Capítulo 18

5.5K 246 47
                                    

Narrador omnisciente

Esa misma noche ambos se acostaron en la cama. Habían cenado, se habían bañado, y Stephen estaba más relajado, más calmado al saber que ya se había confesado a Mira. Que ya no le guardaba ningún secreto oscuro.

Mira se sentía muy cómoda recostada en el pecho de Stephen. Su cuerpo estaba relajado. Era increíble como este hombre la volvía tan dócil.

Mayormente cuando estaba cerca de uno, su cuerpo se ponía rígido y duro, a excepción de Aarón y obviamente Stephen, quien con su toque en vez de perturbarla, la tranquiliza; su tacto cálido y áspero le encantaba.

Bajo los brazos de Stephen... No había mejor sensación que esa.

— Tengo una duda... — Ella rompió el agradable silencio entre ambos.

— ¿Cuál? — Cortante, sus manos viajaban acariciando la espalda de la mujer. Su tacto era tan suave que casi podía provocarle cosquillas.

— Si tienes tu moto... ¿Por qué el día que nos conocimos viajaste en autobús?

— Oh, eso... — Dubitativo pareció tratar de recordar aquel momento que hoy parecía tan lejano. — Mi moto estaba en el taller, y bueno, estaba yendo a buscarla.

— Ah, ¿Y siempre hacías eso? — Se refería a cuando la manoseo. Lo cual increíblemente, aunque le costó unos segundos caer, Stephen entendió a qué se refería.

— ... Bueno... — Se rascó la nuca algo incómodo — No lo hago siempre... Ya que no suelo viajar en autobús...

— Pero lo haces cuando te subes en uno — Inquirío con el dedo

— ... Bueno... Es un raro y extraño fetiche mío... Eh... Son defectos, cualquiera los tiene — Dijo quitándole importancia. — Aunque sé que no es muy bueno.

— Al menos eres consciente...

— ... — Un breve silencio se presentó entre ellos, hasta que él volvió a hablar — Tal vez lo deje de hacer...

— ¿Solo lo dejaras si no viajas en autobús? — Se aseguro ella de su duda.

— … Eh... Sí. Es algo raro, solo tengo ganas de hacerlo en ese momento, cuando viajo en transporte público.

— Entonces no dejaré que viajes en transporte público solo. — Su brazo ya estaba sobre el pecho del hombre, pero Mira se aferró con más fuerza.

— ¿No me dejaras solo? — Su tono suave pero ronco debido a su voz gruesa, hizo que el murmullo estremeciera sus oídos.

— ¿Te molesta?

— Es la única molestia que me gustaría...

De repente el cuerpo de Mira empezó a arder por dentro. Las caricias sobre su espalda no se detuvieron en ningún momento. Ella cruzó su muslo izquierdo entre las piernas de Stephen, y aún recostada sobre él, se levantó un poco para verlo a los ojos. Él aceptó su mirada penetrante y con más pasión le gustó cuando ella lo besó.

Sus cabezas de lado se cruzaban, sus lenguas se tocaban, se rozaban, se lamian y se chupaban mutuamente. La boca de él se abría para absorber la de ella.

Stephen la detuvo cuando ella comenzó a frotar su pierna sobre su miembro.

La alejó con los brazos — ¿Estás segura? — Al verla a los ojos notó lo caliente que estaba.

— Sí... Quiero que me toques, que solo lo hagas tú... — Se acercó a su cuello y en un cálido murmullo le susurró — Solo me gusta si tú me tocas.

Y te conocí [Stephen James]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora