Capítulo 12

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Nota: el ganador fue la opción número 1. Ahora sí, seré constante y todos los lunes tendrán un nuevo capítulo de cada historia

Narrador omnisciente

El hombre había tomado y agarrado a Mira, tapándole la boca desde atrás.

Ella comenzó a forcejear para librarse del agarre, pero el hombre era mucho más fuerte que ella, provocando que cada movimiento de fuerza, la lastimara.

El miedo, pavor, y terror se intensificó en ella, logrando que sus piernas le temblaran, casi incapaces de soportar su peso. La oscuridad y la poca iluminación de esa noche, más los gritos ahogados provenientes de Mira, le trajeron espantosos recuerdos del pasado. Recuerdos que siguieron en su mente, persiguiendola hasta el día de la fecha, sin poder ser olvidados.

Su mente casi se bloqueaba por el terror que emanaba su cuerpo. Había llamado a Stephen, pero tenía la sensación de que cuando él llegara, ya fuera tarde. Así que antes de que los pensamientos se le nublaran por completo, se acordó de la debilidad de todo hombre, y dejo de hacer aquel forcejeo inútil. Con la palma de su mano, le dio un golpe en los huevos, agarrándolos al mismo tiempo, que los jalaba hacia adelante; estrujaba y apretaba con fuerza. Causándole un gran e inaguantable dolor al hombre. Quien la soltó bruscamente.
Al causarle semejante dolor, el hombre ya era de Mira.

Aquel hombre cayó al suelo, debido al ardor desde la ingle, que subía por su cuerpo. Ella sin pensar y desesperada por temor a que él se recuperara y la volviera a atacar, le golpeó en la cabeza, una y otro y otra vez. La manera en que lo hacía era tan frenética y violenta, que terminó desfigurandole la cara. No se detuvo hasta la décima quinta patada. Cuando al fin su mente dejó de nublarse por el miedo y había vuelto a recuperar la conciencia, al ver todo su zapato cubierto de aquella sangre que no era suya, horrorizada por el descontrol se echó hacia atrás. Viendo con sus propios ojos de un color distinto, al hombre que yacía muerto, tirado en el piso de aquel edificio.

Para su mala suerte un vecino había salido y visto aquella escena tan horrible. Pero cuando ella se volteó a verlo, aquel sujeto solo la observó a ella y a el cadáver, una y otra vez, sin decir palabra y lleno de sorpresa, y espanto; en silencio volvió a entrar a su departamento N°23.

Era la segunda vez que alguien era asesinado en ese edificio, pero la primera en que la asesina fuera una mujer.

Los minutos pasaban, mientras que Mira se traumaba más con la sangre, e incapaz de tener la fuerza para levantarse, su cuerpo había sido petrificado, impidiendo así que se moviera.

El sonido de los autos y motos que pasaban. Todo era tan normal como cualquier día. Quien se imaginaria que detrás de las paredes yaciera un cadáver. Y los vecinos seguían sin salir afuera de sus puertas por temor.

Se escuchó el sonido de una moto estacionarse afuera. Y luego los gritos de un hombre que estaba desesperado

— ¡MIRA! — Pero mientras más se acercaba, mientras más caminaba, menos se le venía a la mente aquella imagen, que causó que sus ojos se abrieran — ¡Carajo! — Exclamó al verlos, mientras se acercaba a ella y la levantaba en sus brazos — ¡Mira! ¡Oye Mira! — La llamaba para obtener su atención, pero ella no lo veía, era como sino lo escuchara. Hasta que el cuerpo de ella reaccionó y se aferró al de Stephen. Fue allí cuando las lágrimas salieron y empezó a llorar contra su pecho, tapándose la cara, para no ver más al cadáver.

Llegaste tarde — Sollozó abrazándose al cuerpo de Stephen

Pero él no pudo decir nada, y solo tomó con la mano, la cabeza de ella para acariciarla con cariño. — Yo me encargaré de esto. Me desharé del cuerpo.—
Con el cuerpo de Mira sobre sus brazos, Stephen la llevo a afuera hacia la moto. La sentó encima. — Tranquila — Le volvió a acariciar la cabeza, pero está vez le dio un tierno beso en la frente. — ¿Alguien te vio?

— Solo uno, creo que era del departamento 23 — Stephen está vez la abrazó con fuerza

— Terminaré esto, no te preocupes — Le susurró al oído.

Se alejó un poco, buscó su celular y marcó un número en el. El celular sonó, unas tres veces, hasta que atendieron, respondiendole con un "¿Qué?" — "Landon necesito un favor" — Dijo Stephen. — "Quiero que vengas a la dirección que te mandaré, y te deshagas de un cadáver."

— "¿A quién mataste ahora?"

— "Intentó atacar a mi novia, así que le reventé la cabeza a patadas" — Mintió. Él sabía, que si le decía a Landon que era su culpa, el otro sujeto se encargaría de deshacerse del cuerpo y de los testigos que lo vieron. Ya que Stephen le agradaba a Bivo — "Y hay un testigo, departamento 23. Deshazte de el" — Cortó la llamada en cuanto obtuvo una respuesta "Muy bien" y le envío la dirección.

Volvió hacía Mira, quien lo estaba observando

— Vámonos cariño — Le colocó el casco en la cabeza.

Pero ella lo detuvo, estaba curiosa, ¿Qué mierda pasaría ahora? ¿Cómo quería terminar con esto, Stephen? — Espera, ¿Qué fue lo que hiciste?

— Llamé a alguien que se deshará del cuerpo de el tipo que te atacó. Tranquila y olvida esto.

¿Olvidar esto? Se preguntó Mira así misma. Esto no es algo de lo cual simplemente se puede olvidar. Mira había vuelto a asesinar a alguien más.
   Sí, la había atacado, pero aún así, ella tenía que detenerse, y cuando el hombre quisiera levantarse, debería volver a atacarlo, hasta que Stephen llegara. Pero no hizo eso; se encargó de acabarlo ella misma.

— Stephen yo lo maté — Dijo antes de que él subiera a la moto — Eso me convierte en asesina

— No cariño, fue en defensa propia, tú no eres...

— Defensa propia o no, aún así yo lo maté Stephen, eso no cambia el hecho de que soy una asesina.

Stephen, sin saber cómo consolarla, porque ahora lo que Mira en verdad necesitaba era que la consuelen, simplemente trató de volver a ponerle el casco

— Solo ponte el casco maldita sea — Él la iba a llevar a su casa, dónde creía que podrían hablar y tratar de asimilar está situación. Pero de la nada, Mira empezó a toser, era una tos seca y fuerte, capaz de lastimar la garganta. Se tapó la boca con el codo mientras tosía, ante la preocupación de Stephen al verla así. Pero esa tos se intensificó aún más fuerte, y ella empezó a escupir sangre. Fue allí cuando el rostro de Stephen se transformó.

— ¿Sangre? ¿Mira qué tienes? — Preguntó con algo más allá que  preocupación. Primero pensó, si es que ella, estaba lastimada, pero no tenía heridas, "¿Algún golpe interno?" "¿POR QUÉ CARAJOS ESTÁ ESCUPIENDO SANGRE?" se preguntó, sin tener las respuestas — ¿¡Mira qué tienes!? — La sacudió al ver que no obtenía respuestas, mientras ella no dejaba de toser.

Y te conocí [Stephen James]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora