Stephen
Esa mujer...
La de los ojos raros...
Estaba la mayor parte de mi tiempo pensando en ella.
Quería volver a verla, si que era muy guapa y esos ojos de distintos colores solo resaltaban su belleza.
Pero eso solo no me había atraído, ella llamó mi atención cuando me golpeó, ya que nunca, ninguna mujer se había resistido a mi.
— Stephen — Me llamó Ethan, quien era un rubio de ojos verdes. Mi amigo. — ¿Quieres ir hoy a un bar?
— ¿Bar? ¿Hablas del nuevo de la calle 12 de julio?
— Sí, ese, vayamos así salimos de la rutina diaria.
Lo pensé — Está bien — Dije finalmente. Quería despejar mi mente, de esa chica de ojos raros por un rato.
La quería volver a ver. Muchas veces me subí al mismo autobús, esperando verla, pero nunca apareció.
(...)
Cuando fuimos al bar, ya era de noche.
El lugar era muy luminoso. Entramos y caminamos hasta llegar a la barra.
Donde fue allí que pedí.
Había una chica de cabello castaño oscuro detrás de la barra— Bartender — La llame.
Cuando la mujer se dio vuelta, la sorpresa que me llevé, fue casi tan igual como la de ella.
Era esa mujer de los ojos raros.
— ¡Tú! — Dijimos al mismo tiempo. — ¿Qué haces aquí? — Volvimos hablar al unisono.
Nos observamos por unos segundos, ambos teníamos el ceño fruncido.
— Vine a tomar algo — Contesté primero, bastante tosco.
— Trabajo aquí — Dijo ella de igual manera de tosca.
— Eehh... — Ethan estaba totalmente confundido, en base a la situación — ¿Cómo se conocieron? — Pregunta.
— Me dio una agradable caricia en el autobús — dije burlón.
— Me manoseo en el autobús — Pude notar el desprecio en su voz. Vaya que no le gustó, no le gustó para nada.
Para aligerar el ambiente Ethan trató de hablar — Nos traerías dos cervezas, por favor. — Ja, era la primera ves que lo escuchaba decir por favor. Ethan nunca había sido cortés, la actitud de esta mujer debe intimidarlo.
Desvío la vista de mi hasta Ethan — Claro — Contestó y se dio la vuelta para buscarlas.
— ¿Qué le hiciste? — Me preguntó Ethan, podía notar el fastidio en su mirada.
Apoye ambos antebrazos cruzados sobre la barra y desvíe mi mirada de él — La toqué en el autobús y ella me golpeó — Dije desganado, pero cuando lo escuché reír eso se transformó en enfado.
— Y ¿Como te golpeó? — Aún seguía riendo el maldito — ¿Te pateó en los huevos? — Estaba por partirle la cara, para luego ser yo quien riera; pero me detuve antes de hacerlo, por la inquietante llegada y presencia del bartender de ojos raros.
— Aquí están sus cervezas — Las apoyó en la barra.
— Gracias — Le contestó Ethan.
Ella me miró, como esperando que le dijera algo, Ja, ni que tenga tanta suerte, no le diría nada, no tenía nada que decirle. Tal vez esperaba una disculpa de mi parte, algo que no pasaría ya que no le pido disculpas a nadie.
Yo simplemente me quedé observándola sin mover la boca, con una, fría y sería expresión en el rostro.
Ella resignada se dió la vuelta y comenzó a alejarse de nosotros.
Ah cierto, lo había olvidado. — ¿Cuál es tú nombre, rarita?Esa mujer no se dió la vuelta, y lo único que pude ver fue su espalda y su hermosa manito, con el dedo del medio levantado — ¡Que te importa! — Era simplemente irritante, no podía con esa mujer, no se doblegaba a mí, no le interesaba mi atractivo, pero ¿Qué le pasa? ¿Acaso no tiene gusto en lo hombres? ¿Por eso no le atraigo?
—Tsk maldita — Murmuré, agarrando la cerveza llevándola a mí boca para tomar de ella.
— Ohh ya veo lo que pasa aquí — Exclamó con cara de tonto Ethan.
Voltee a verlo de mala manera— ¿Qué? — Pregunté enfado.
— Esa mujer, será la futura señora James.
— ¡Pero qué mierda dices! — Escupí — Es una mujer demaciado vulgar y agresiva, me arrepiento de haber tenido un cierto interés en ella, anteriormente.
Levantó las manos — Ok, ok creé lo que quieras creer.
Narrador omnisciente
El turno de trabajo de Mira, había acabado y estaba saliendo del establecimiento.
Caminó por una calle desierta, como todos los días, para ir a su departamento.
Digamos que dónde vivía no era un muy buen lugar. Ella no tiene familiares y apenas puede mantenerse, ese no era muy lindo y seguro, pero no era caro, y mejor que vivir en la calle lo es.
Mira quería estudiar, pero con sus antecedentes de su pasado que la persiguen, hasta provocando que tenga pesadillas, ninguna institución aceptaría a una asesina.
Una larga historia, llena de dolor y sufrimiento, un trauma, que descartaría a cualquiera. Y más si fuera a corta edad, como ella.
Unos pasos detrás de ella la sacaron de su trance mental, y un extraño estremecimiento lleno de miedo le recorrió todo el cuerpo.
Violentamente se volteó — Ustedes otra vez — Dijo al posarse su mirada en aquellos dos hombres.
— ¿Y? ¿Tienes el dinero que nos debes? — Preguntó el de la derecha. Era un hombre bien peinado y arreglado, de cabellos negros e igual color los ojos, y con una corta barba masculina.
— Les dije, que me dieran tiempo, se han retrasado con mi pagó, en el bar, y apenas me alcanza para comer y para el departamento.
— Te dimos tres lapsos Mira, y ya se te acabaron ¿Acaso quieres un cuarto y con mayores intereses? — Esta ves habló el otro sujeto de la izquierda, quien no estaba tan arreglado como él otro, y era un rubio oscuro.
— Sí, por favor — Rogó — Pagaré el próximo mes, por favor necesito más tiempo.
— Tonta — Dijo el de cabello oscuro. — Era mentira tu tiempo se acabó. Max. — En cuanto lo nombró, el rubio oscuro, quien era Max, se avalanzó con rapidez hacía Mira y antes de que ella pudiera reaccionar, él le puso un trapo, con una extraña sustancia en el, somníferos. — Dulces sueños Mira.
Mira era hermosa y no tenía familia, ni nadie para que la respaldara, ellos la querian para prostituirla.
Mira estaba enferma, ella tenía cáncer de pulmón, por eso les debía dinero, por su tratamiento. Y lo más feo, era que no fumaba; el cáncer no siempre aparece por eso, todos lo tenemos, nada más que está inactivo, y cuando se activa, cagaste fuego.
Su enfermedad no les importaba, solo conseguir dinero, y ella les daría dinero por un buen tiempo, ya que ese "trabajo" daba la guita.
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Y te conocí [Stephen James]
RandomStephen, un sujeto con una mala reputación con ciertos rasgos desagradables. Un toquetón que le gusta manosear mujeres en los vehículos públicos y las mujeres al verlo no le dicen nada por su atractivo o que algunas se sienten amenazadas por su inte...