Stephen
Esa mirada.
La que Mira tenía en ese momento. Debo admitir que me incomodaba, me molestaba.
No lo decía, pero sus ojos demostraban miedo.
Cuando me contó la situación...
No puedo describir bien lo que sentía. Ya no sé cómo son mis emociones
Con el paso de los años, me he enfriado y abandonado mi corazón. Tanto así, que no he sentido empatía por nadie.
Hacia ya mucho tiempo, que nadie lograba hacerme sentir. Bien.
Y en ese momento; solo no quería dejarla sola.
También que desde el principio ese lugar no me traía buena vibra.
Luego de la inútil discusión que tuve con Mira, sobre si me quedaba. Al final ella me hizo pasar al edificio, hasta que llegamos a su departamento. Donde abrió la puerta y entramos.
Me quedé observando el lugar mientras ella cerraba la puerta.
¡Mierda! Ella no mentía, si que era pequeño.
— ¿Tienes hambre? — Preguntó detrás mío mientras caminaba hacia la cocina.
— Mm solo un poco — Dije sin mucha importancia.
Ella empezó a revisar la alacena y ví como sacaba un paquete de allí
— No tengo mucho, pero... — De repente su tono cambio a uno más emotivo — ¿Te gusta el ramen? — Se volteó con una sonrisa.
Por otro lado, yo estaba perdido, dijo ¿Damen? — ¿Damen? ¿Qué es eso?
— No sordo; dije Ramen
— Ahh Ramen — Seguía sin entender — ¿Qué es eso?
Ella dejó de verme y golpeó su frente con la mano — Son fideos instantáneos.
— Ahh pero para la próxima que vuelvas hablar de comida, que sea en español por favor.
— ¡Uy maldito ignorante! — Elevó la voz — ¿Como es posible que no lo conozcas? En el chino lo venden.
Fruncí el ceño mientras la escuchaba hablar — ¿Me gritaste? — Dije mientras me acercaba lentamente.
— Eh no, solo elevé un poco la voz — Dijo Mira pensando en cada palabra
— ¿Me insultaste? — dije quedando a dos pasos de ella.
— Si, bueno — También las pensó — Es que es muy raro que no los conozcas o al menos haber escuchado de ellos.
Fije mi mirada en ella con intensidad — No permito que me griten o insulten. ¿Sabes que le hago a esas personas?
Ella movió su cabeza dubitativamente de costado, pero sin quitarme la mirada — Leee... Dices que no lo hagan?
Sonreí. Era increíble la manera en cómo se hacía la tonta — Buen intento — fuí agachando mi cabeza — Pero como eres tú... — Acerqué mis labios a su boca y la besé con ternura. Ella no se lo esperaba y por eso sus labios estaban rígidos, pero luego se movieron lentamente y con algo de torpeza sobre los míos.
Cuando deje de besarla, le acaricié la cabeza — I-ire a preparar el ramen.
Le dí dos palmaditas suaves sobre la cabeza, antes de que se alejara de mi — Muy bien.
Comencé a caminar sobre su departamento mientras la esperaba. Me acerqué a la ventana y corrí un poco las cortinas para ver afuera.
Allí, de noche en la oscuridad, no se veía a ninguna persona; además de que ya era algo tarde. Las 1:37 de la madrugada. Por eso me pareció un tanto raro, ver pasar por la calle a un tipo.
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Y te conocí [Stephen James]
RandomStephen, un sujeto con una mala reputación con ciertos rasgos desagradables. Un toquetón que le gusta manosear mujeres en los vehículos públicos y las mujeres al verlo no le dicen nada por su atractivo o que algunas se sienten amenazadas por su inte...