Capítulo 11

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Stephen

Esa misma mañana, despertamos abrazados el uno al otro. Era tan raro, pero se sentí muy bien, muy normal.

Hasta comencé a pensar en que estoy sintiendo cosas muy fuertes por Mira, cosas tan inexplicables y difíciles de entender, al menos para mi.

Yo...

Durmiendo con una persona, a la cual le tengo un increíble afecto, el cual no puedo explicar el por qué. Porque simplemente lo siento y ya.

Y esta rarita que está a mi lado, causa muchas sensaciones en mi.

De pronto, Mira comenzó a despertarse.

— Buenos días — Dije mientras la acariciaba y le quitaba el pelo de la cara.

— Mmm ¿Qué hora es? — Preguntó algo somnolienta, mientras se estiraba.

Revisé un reloj que estaba en la mesita de luz, junto a la linterna.

— Las 9:35

— ¿¡Qué!? — Se sobre exaltó. Con rapidez se levantó de la cama y abrió el ropero, para sacar ropa.

— ¿Qué haces? — Pregunté al ver como actuaba

— Debo irme al trabajo — Dijo apurada

— ¿Al bar? — Pregunté incrédulo

— No, a otro — Dijo y salió de la habitación

— ¿Cuántos trabajos tiene esta mujer? — Me pregunté levantándome de la cama

Caminé hasta la puerta, y salí de la habitación, al hacerlo, la ví a ella también salir del baño.

Estaba vestida con una camisa blanca, y unos pantalones negros.

Mientras la veía, tomó mi ropa — No hay nada para desayunar, ten — Me dió la ropa — Cámbiate. — dijo apura volviendo a entrar a la habitación. — ¡Rápido! — gritó.

Comencé a ponerme la ropa y cuando ella salió, ya estaba listo.

Tenía un bolso en la mano, y al cruzarme con su mira dijo — ¿Qué esperas? Vamos — Señaló la puerta.
La miré extrañado — No voy a dejarte aquí solo, así que vamos.

Comencé a caminar hacia la puerta y salí detrás de ella.

Una vez que estuve afuera Mira cerro la puerta con llave.

— Bien, espero volver a verte — Se acercó a mí para despedirse con un beso en la mejilla y luego alejarse.

— Espera — Le dije tomándola de la muñeca — ¿Quieres que te lleve?

Mira pareció pensarlo, pero al final termino diciendo sí.

Salimos del edificio hasta llegar a mi moto.

Una vez allí, me subí y a ella le puse el casco. Mira se sentó detrás de mí y me rodeó con sus brazos.

— ¿A dónde vamos? — Le pregunté una vez que arranqué.

— ¿Conoces la cafetería relativamente nueva que está en el centro?

— Eh... — Me quedé tratando de recordar — Sí, si, creo que ya se dónde es.

...

La llevé hasta la cafetería del centro.

Allí ella se bajó y se sacó el casco, para devolvermelo.

— Gracias — Mi mirada se cruzó con esos ojos raros pero hermosos que Mira tenía.

— MIRA — Le gritó un hombre desde atrás. Ella se volteó, y juntos vimos que era el mismo hombre con el cual ella estaba hablando la noche anterior en el bar.

Y te conocí [Stephen James]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora