Capítulo 15

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Stephen

Cansado... Agotado... Palabras que se quedaban cortas a comparación de mi estado.

No había dormido en toda la noche, y solo quería cerrar los malditos ojos.

No tengo idea de qué hora es, mi celular había muerto; estaba sentado en un pequeño sofá, que pertenecía a la habitación de hospital en el que estaba Mira.

Ella y yo habíamos hablado sobre lo que pasó, antes de todo esto. Le expliqué y le aclaré bien, que un conocido se encargaría, de limpiar y desaparecer cualquier prueba o huella, que haya respecto al asesinato. Ya no debería preocuparse por ello.

No consideré necesario decirle sobre las drogas. No las utilizó en ella, así que... No debería por qué saber.

La puerta fue abierta y un hombre de aspecto familiar, apreció ante ella. Sino me equivoco, creo que era el amigo de Mira.

Parecía que había venido corriendo. Lo noté por su estado, respiraba muy rápido, y demasiado agitado.

— Menos mal estás bien — Con pasos grandes caminó hasta llegar a Mira. Acarició su cabeza y la abrazó. — Annie quería darte una sorpresa esta mañana, pero no fuiste al trabajo, así que fuí a tu departamento, pero no estabas allí. Le pregunté a los vecinos, pero no sabían nada. Así que pensé que algo, tal vez grave te había sucedido y te busqué en el hospital más cercano ¡Que bueno que estés bien!

— Sí... — Aún tenía la cabeza apoyada en el pecho de él, pero luego se apartó para verlo — Fue gracias Stephen.

El hombre se volteó a verme, yo aún estaba sentado. Su rostro estaba serio y caminó hasta mí. Tenía el codo apoyado sobre el respaldo del sofá y mi cabeza estaba encima de mi mano hecha un puño, mientras lo miraba de frente, sin transmitir alguna emoción.

Me extendió la mano — Gracias. — Apreté su mano — Para mí eres un extraño, pero gracias por cuidar de Mira. — Con un leve asentimiento moví la cabeza.

El hombre regresó junto a Mira. Y cerré los ojos, quería tratar de descansar un poco.

Narrador omnisciente

— ¿Qué pasó? — Le preguntó Aarón — ¿Es el cáncer? — Estaba preocupado.

— No. Pero tendré que hacerme la cirugía, para extirpar el tumor.

— ¿Cuánto necesitas? — Dijo sin siquiera pensar o dudar. Mira no quería que le prestarán dinero, por eso siempre se esforzaba para trabaja, pero sus esfuerzos no eran suficientes — Y no quiero que me vengas, con que no quieres mi dinero. Porque voy a ayudarte quieras o no... Puedo conseguirlo de alguna parte.

— Gracias... Pero no es necesario. No sé cómo, pero Stephen lo pagó todo.

— Este sujeto — Se volteo a verlo como dormía — Puedes decirme cómo carajos lo conoces

— Es buena persona

Mira... — Respecto a su tono, él estaba hablando muy en serio — ¿Qué pasa? Nos conocemos desde adolecentes, no me ocultas nada ¿Por qué ahora no me quieres contar?

Ellos dos habían crecido juntos, enfrentando los problemas del otro y ayudándose entre sí. Pero luego, Mira empezó a ocultarle algunas cosas para que no se preocupara, ya que él tenía algo más importante por lo que debía poner su atención, Annie.

Sin embargo ya no podía mantenerle nada oculto, y le contó todo a Aarón. Desde que se conocieron en el autobús, lo del prostíbulo, que les debía dinero a esos tipos. Todo menos que había matado a su agresor.

— Maldito bastardo — Se refirió a Stephen — Me estás diciendo que sino fuera por este tipo, tu estarías en... — Ella lo interrumpió.

— En problemas... Stephen, con defectos y todo, me ha ayudado bastante — Ella se había volteado a verlo, mientras hablaba. Sus ojos brillaron, y cualquiera que prestara atención, notaría que en esa mirada había cariño.

— Oh... Ya veo por donde va la cosa — Se agachó un poco junto a ella, apoyando las manos al rededor de su cuerpo en la cama, y su cara estaba cerca de la de ella — Tú, señorita... Te enamoraste del tatuado.

Desvío sus ojos algo apenada, los ojos de Aarón la penetraban de una intensa manera — Tal vez...

El inhaló profundo y soltó — Como sea... El punto es que estás bien. Pero ya no cometas estupideces como pedir dinero a esa clase de personas, niña tonta.

— Sí, mamá.

Algunas horas pasaron y Stephen finalmente despertó

— Despertaste — Mira lo estaba viendo. Sus ojos no se despegaban de Stephen.

Él se frotó la cara, y frunciendo el entrecejo dijo — ¿Quién no despertaría si lo estuvieran acosando con la mirada? — Desde el momento en que Aarón se fue, ella se había dispuesto a observarlo dormír. Le pareció... Lindo. Y disfrutó la vista.

— Es que eres bastante guapo.

Se había desperezado por completo — ¿Qué hora es?

Mira, le señaló un reloj que estaba por encima de la puerta.

— ¡Oh! No lo había visto

— Tú nunca ves nada — Se burló de él.

— Mmm — Hizo un gesto de hombros — También no recuerdo muchas cosas. — "Para que negar la verdad" — Por cierto, ya casi es hora de la cirugía ¿Nerviosa?

— Algo... Creo.

— Y... ¿Dónde está tu amigo? — Preguntó al percatarse de que solo estaban ellos dos — El tal... A...a... Tu amigo. — Dijo finalmente. Aunque ya una vez Mira le había presentado a Aarón, él no podía recordar su nombre. Era como una maldición que tenía, solo podía acordarse de los nombres de personas que son importantes para él, o las que se lo repitieron muchas veces.

— Aarón — Contestó, diciendo su nombre, ya que él no sabía — Debía ir al trabajo. ¿Te conté que trabaja como guardaespaldas?

— No. — Su rostro se torció, parecía que estaba recordando algo — Pero creo que ya lo había visto en alguna parte, mucho antes de que me lo presentarás... — Hizo una breve pausa por una milésima de segundos y luego agregó — Me resulta bastante familiar.

Habían estado conversando por unos minutos hasta que unos enfermeros entraron con una camilla.

Ya era hora.

La subieron a la camilla y Stephen los acompañó en el camino.

Subieron al ascensor. Él tenía una mano agarrada fuerte mente sobre el barandal de la camilla. Está más nervioso que, Mira.

Y ella que no dejaba de observarlo, lo notó con una inmensa claridad. Fue como si pudiera leer todo lo que pasara por su mente; para ella Stephen era como todo un libro abierto.

Estiró su mano y la posó sobre la de él. Al momento de sentir su tacto, debido al dorso de su mano, Stephen bajó sus ojos para verla; Mira le estaba dedicando una sonrisa, que increíblemente logró tranquilizarlo un poco.

Las puertas del ascensor se abrieron y salieron de allí.

Te quiero — Sus manos se soltaron. La camilla se estaba alejando y Stephen no podía acompañarla más. Lo habían detenido. No podía pasar a la sala de cirugías.

Esas últimas palabras se quedaron retumbando en su cabeza "Te quiero" "Te quiero".

— ¿Por qué suena como si fuera un adiós? — Él ya se había dado cuenta, ya lo había confirmado. Quería a Mira... Se había enamorado de ella, sin saber exactamente cuando. Y la sola idea de perderla... Lo aterraba, lo asustaba... No le gustaba.

Se quedó allí. Esperaría hasta que la cirugía terminara, con el corazón palpitante en la boca y un terrible ardor en el pecho.

No había palabra que describiera como se sentía. ¿Preocupado? No. No era significado suficiente para describirlo.

Y esas palabras de "Te quiero" seguían sonando dentro de su cabeza. Tal vez estaba entrando en la paranoia. 

Y te conocí [Stephen James]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora