Capítulo 21.

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(Edgar)

Tuve sueño pesado, de repente me desperté mareado y tomé mi celular para ver la hora, 14:45, ¡chucha! Me levanté rápidamente de mi cama y me puse los calcetines, sí, duermo a pata pelada. Abrí la puerta de la habitación y bajé corriendo las escaleras.

Nicolás: ¡Despertó el bello durmiente! -rió-

Yo: Ja, ja, qué chistoso.

Oscar: Nico culiao aweonao. -sonrió-

Belén: Hola Edgar. -se sonrojó-

Yo: H-hola. -reí levemente con un poco de nervios- Oigan, ¿y los demás?

Nicolás: Yo fui a ver al Jaime y anda raro, no quiere nada así que más rato lo veo de nuevo.

Belén: Yo no he visto a mi hermano así que... -observé cómo el Nico golpeaba suavemente su hombro- ¿Qué? -susurró mirando al Nico-

Oscar: -miró la escena- Ah... el Yelo estaba durmiendo cuando lo fui a despertar.

Jaime: Hola cabros... -sonrió de lado pero realmente no se veía bien-

Yo: -lo miré fijamente, tenía sus nudillos rotos- Y... ¿llegué al almuerzo? -reí dudoso-

Nicolás: ¡Obvio po weón, si te despertai a la hora del pico! Ya, ayuda a poner la mesa.

Belén: ¿Me disculpan? Voy a ver al Manu.

Manuel: No hace falta que vengas, buenas tardes. -sonrió-

¿¡Qué mierda le había pasado al Manu en su cara!? Observé el ambiente y era el único que estaba sorprendido por el aspecto del Yelo.

Yo: ¡Manu! Eh, me acordé que... q-que te quería m-mostrar algo. -caminé hacia la escalera- ¡Ven!

Subí las escaleras y el Yelo venía detrás mío. Cuando estabamos en la entrada de mi habitación, empujé al Manu hacia dentro, luego entré yo y cerré la puerta.

Yo: ¿Qué te pasó?

Manuel: ¡Ah! ¿Mi cara? M-me caí en la tina, jaja.

Yo: Si claro, ¿tú crees que me voy a creer eso? Ya estai bastante peludo como para caerte en la tina. -lo miré con cara seria- Manu, dime la verdad por favor.

Manuel: -se sentó en mi cama y se puso las manos en la cara- N-no puedo, Edgar.

Comenzó a salir un río de lágrimas de sus ojos, odiaba ver al Manu llorar. Ayer lamentablemente no escuché nada, estaba profundamente dormido.

Yo: P-pero, ¿cómo no vas a poder? ¡Vamos, dilo de una vez weón!

Manuel: -se levantó velozmente y colocó su rostro a centímetros del mío- No puedo dejar mal a esa persona, y con eso ya te dije suficiente.

Los nudillos rotos, esa cara despreocupada, su sonrisa falsa... ¡El Jaime!

Yo: ¿Y por qué te hizo esto? -acaricié una de sus tantas heridas-

Manuel: Ya no tiene sentido dar más explicaciones. Sí, él me hizo esto pero, ¿quién es el que se entromete en su relación con el Nico? ¿Quién es el culpable? Yo, y lo reconozco... es comprensible, él me hizo esto para proteger su relación, está bien.

Yo: ¡No Manu! ¡No está bien! Ok, está bueno cuidar una relación pero las cosas no se solucionan a golpes, ¿por qué no te def...

Manuel: Lo besé Edgar, lo besé.

¿¡Lo besó!?

Yo: -agaché mi vista- Entonces será mejor que te alejes de él simplemente.

Y lo miré, esa cara de decepción, de frustración por no poder tener lo que quiere, es penca verlo así pero debe enfrentar lo que ya está hecho, la realidad.

Risas nerviosas / JainicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora