Capítulo 12.

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(Nicolás)

Decidí contestarle su mensaje de Whatsapp con un simple: "Ok, a las 15:30." y me duché rápidamente para luego vestirme y salir.

No comí nada por el simple hecho de no tener apetito, allá me compraría algo para comer, supongo.

Llegué a las 15:23 al parque, era muy grande y al parecer, ya estaban comenzando con las fondas y los juegos chilenos. Veía a todas esas personas felices... ¿y yo? Esperando. Esperando a alguien que seguramente me daría las mismas excusas de siempre y me diría sólo mentiras.

Época de empanadas, comida, juegos, payas, volantines... pero especialmente, COMIDA. Y como yo soy un chancho de mierda casi (o todo) el año, era muy difícil no estar con apetito de algo, es más, no tenía ganas de nada, sólo de mirar al Jaime toda la tarde, de contemplar esas dos estrellas oscuras que se posaban en su rostro.

Me senté en el suelo y jugué con el pasto, la espera se me hacía eterna, ya quería tener a mi hombre (o a lo que era mi hombre anteriormente). Necesitaba besar esos dulces labios que me hacían temblar de emoción, ahora probablemente temblaría de angustia.

Me tumbé contra el fresco pasto y cerré mis ojos. Mi cabeza se concentró en pensamientos nulos y en ideas erróneas.

¿Qué pasaría si el Jaime quisiera volver con esa perra? Tal vez para eso quería juntarse conmigo hoy, para terminar con todo esto, para contarme sus verdaderos sentimientos.

De tan sólo pensar eso, me crujía el corazón y sentía que rompería en llanto.

Olvidé todo y mi mente quedó en blanco, un confuso y raro blanco. Me encerré en mi mente, por ahí pasaban imágenes pasadas, rostros desconocidos, frases no entendibles, en teoría, pura mierda.

La voz de alguien me hizo despertar de un salto y me sacó de mis pensamientos.

Xx: Disculpa, ¿te llamas Nicolás? -se quedó observándome un buen rato, para luego sacar una tarjeta y mirarla atentamente-

Yo: S-sí... ¿qué sucede? -alzé mi voz en un tono nervioso-

Xx: Mmm, me parece que este carnet es tuyo. ¿Cómo es tu apellido? -su voz era de mujer-

Yo: Gaule... ¿c-cómo es que tienes mis cosas personales?

Xx: Sí, es tuyo. -sonrió- Disculpa, encontré esta billetera en el suelo, saqué el carnet que había dentro y el sujeto de la foto se parecía a ti. -me entregó la billetera-

Yo: Gracias... ¿por qué estás con tantas bufandas y polerones?

Xx: Ah... el... el resfrío, haha.

Yo: ¡Pero hay más de 30°! Me caíste bien, deja ayudarte con esos gorros, no entiendo cómo no te mueres de calor.

Xx: -me agarró la muñeca- No, no te preocupes y... denada, adiós.

Su voz... ¿dónde había escuchado esa voz?

Yo: Tranquila, no soy malo. Estoy esperando a un... un amigo. ¿Tú qué haces por acá?

Xx: Nico, ¿no me reconoces?

Yo: -estaba confundido, ¿debía conocerla?- Eh no, ¿quién erí?

Me miró fijamente a los ojos, esa mirada penetrante... la había observado en otro momento, ¿tal vez en mis sueños?

Soy muy malo para adivinar cuando no veo ni la mitad del rostro de una persona. En ella solamente veía sus dos ojos cafés, tenía una mirada triste y arrepentida.

Yo: Que bonitos tus ojos. -me sonrojé- Dime, ¿los he visto antes?

Xx: -su voz se apagó- Claro... -bajó la mirada-

Risas nerviosas / JainicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora