Capítulo 17.

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(Jaime)

Ya habían pasado dos meses y algunos días. Hoy era 24 de Diciembre, noche buena y obviamente tenía que pasarlo con mi familia.

El Nico seguía enojado conmigo y dudo que llegue a perdonarme por la weá que hice. ¿Por qué chucha soy tan caliente?

Estaba acostado en mi cama, eran las 11:30, pensaba en algún regalo que podría darle al Nicolás pero no se me ocurría nada y no creo que me lo reciba tampoco.

El Edgar organizó una pequeña junta en su casa en la noche, ya que su familia iba a estar en Valparaíso celebrando la Navidad. Invitó al Panes, al Nico y a mi. Yo ya tenía el regalo para los dos weones, ah, y menos mal no invitó al Manu, porque no sé cómo lo habría podido mirar después de lo que pasó. En todo caso, el Yelo es su vecino así que igual estoy en peligro.

Explicaría qué pasó esa noche en la casa del Panes pero la verdad ni yo estoy seguro de lo que en verdad pasó. Sólo escuché unos últimos sollozos y unos pasos alejándose del lugar así que supuse que el Nico se había marchado de la casa, yo por mi parte seguía en shock, mi cabeza no podía apartarse del hombro del Yelo hasta que él mismo se alejó de mi, ahí abrí mis ojos y vi al Manuel dirigiéndose a la puerta principal de la casa. Luego observé al Edgar mirándome con una cara de "Ahora si las cagastes".

Estaba concentrado pensando en algún regalo para el Holy cuando de repente sonó mi celular.

*llamada telefónica*

Mamá: ¿Aló Jaimito?

Yo: Mamá cuántas veces te he dicho que NO ME LLAMES ASÍ. -respondí enojado-

Mamá: Oye, voy llegando a la casa como en una hora, cuando llegue quiero que ya estés vestido porque necesito que me ayudes con la cena.

Yo: Ya ya ya, chao.

*fin llamada telefónica*

Restregué mis ojos con mis dedos y estiré un poco mi cuerpo, luego me paré y me di una recuperativa ducha para empezar bien el día, aunque siempre me enojaba por cualquier weá.

Cuando terminé de bañarme, me vestí y bajé a ver televisión un rato mientras esperaba que mi mamá llegara.

Miré la hora en mi celular, -12:30-, y tocaron la puerta. Abrí y vi a mi mamá con una cola horriblemente larga de puras bolsas de Supermercado.

Mamá: Ya, partiste a ayudar con las bolsas.

Yo: Qué paja. -dije mientras tomaba unas cuantas bolsas y entraba a la casa-

Mamá: Y saca altiro el pavo. -me gritó desde afuera-

Yo: Cagué, tengo que cocinar el pavo. -coloqué una cara de desagrado-

Mamá: Ya, cocina el pavo y yo haré las ensaladas. -dijo mientras dejaba las bolsas en el suelo y empezó a guardar los productos que se encontraban dentro de las bolsas-

Yo: ¿Y mi hermana? -reclamé-

Mamá: Ella hará el postre, deja de reclamar y has la weá, cabro weón no más.

Ayudé a mi mamá a guardar las cosas en su lugar y luego me fui a lavar las manos para empezar a "construir" el pavo.

¿Y con qué mierda iba a condimentar el pavo? ¿Un jugo de zanahoria con naranja por dentro? Y afuera para la decoración... ¿aceitunas? A la chucha todo.

Empecé a picar zanahorias en forma vertical y pelé unas naranjas, luego eché todo en la licuadora y le agregué un poco de agua a la cosa.

Coloqué la tapa y prendí la licuadora mientras buscaba una jeringa para inyectarle el jugo justo en la venita al pavo. Y conchetumaaaaare, de repente comencé a escuchar un sonido raro, me di vuelta y estaban todas las paredes manchadas con jugo.

Risas nerviosas / JainicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora