Risas nerviosas / Jainico

Capítulo 8.

(Nicolás)

Estaba desesperado, mis manos temblaban y mi voz cada vez se hacía más frágil, sentía como poco a poco me iba desvaneciendo y mi amor ya estaba derrumbado ahí, en el piso helado y húmedo.

Pero no, no debo caer rendido y perder al Jaime, me paré y corrí a mi habitación para tomar mi celular y rápidamente llamar a emergencias. Mientras esperaba la llegada de la Ambulancia, levanté el cuerpo del barbón, parecía peso muerto y empecé a tocarle su pelo ruliento y desordenado, puse mi dedo debajo de su nariz pensando en que podía estar respirando, pero no. 

"Por la chucha que se demora la Ambulancia", pensé. En verdad yo soy muy tranquilo y sosegado pero en estos casos de emergencias, soy bastante impaciente y me aparecen mucho los nervios.

¡Hasta que por fin llegaron! Me paré y fui corriendo a abrir la reja del patio de mi casa, entraron 4 paramédicos a socorrer al Jaime, colocaron su cuerpo indefenso en una camilla con ruedas y lo trasladaron a la ambulancia por la parte de atrás donde yo también me subí, necesitaba tener al Jaime cerca y saber sus síntomas con lujo detalle.

Mientras nos transportábamos hacia el Hospital, un paramédico me preguntaba lo que había sucedido y no lo sabía, no sabía el por qué mi amigo quiso terminar con su vida, el por qué cambió de ánimo tan de pronto, el por qué se había hecho tanto daño a sí mismo, ¡POR QUÉ MIERDA NO PUDE AYUDARLO! Siento una culpabilidad interna que no me perdonaré jamás, el no haber estado insistiendo para que el Jaime me contara qué le sucedía, el estar ahogado entre pensamientos que me llevaron a escuchar esos golpes... Esos golpes, malditos golpes.

Entre tanta weá junta, le conté al paramédico lo que vi con mis propios ojos, lo que reaccioné a hacer, Y antes de que este señor se acercara a preguntarme estas dudas, veía cómo al Jaime lo "asfixiaban" entre tanto cable y máquinas para volver a dar respiración.

Tenía muchas weás juntas en mi cabeza, menos mal que nadie escucha lo que pienso porque si no tendrían una visión extraña de mi persona, reí. Cómo es posible que de repente un día perfecto, o por lo menos que había comenzado bien, se vaya a la mierda de un segundo a otro. Sólo quiero llegar al Hospital, que revisen al Jaime y me digan que todo estará bien, estos nervios me están matando lentamente, necesito alguna buena noticia.

¡Qué bien, llegamos! Los paramédicos actuaron rápido y llevaron a mi barbón a una sala de emergencias de tercer grado, ¿tan poco peligroso había sido? Entonces, si este "accidente" es leve, imagínense los de cuarto o quinto grado... No quería ni pensarlo.

Me quedé en la sala de espera, movía mis piernas con mucha desesperación y estaba apunto de comerme mis uñas de lo nervioso que me encontraba en ese momento. Pasó una hora y no habían respuestas de parte de los médicos, estaba realmente aterrado, tenía mis brazos como piel de gallina, mi frente sudaba, y mis labios cada vez se rompían más.

A la media hora después, se acercó a mi un doctor de pelo corto, estaba vestido todo de blanco. Su cara parecía ocultar algo, pero no sabía si era algo bueno o malo, espero que sea una noticia buena, ¿por qué siempre soy yo quien sufre más? Sólo quería que esto pasara, que se terminara de una vez por todas. ¡NO QUIERO SUFRIR MÁS WEÓN!

Doctor: ¿Usted es acompañante del señor Jaime Navarro?

Yo: Sí doctor, ¿qué le sucedió?

Doctor: Jaime se encuentra más o menos, dado a que sus heridas son muy graves, tendrá que quedarse por varios meses en el Hospital, ahora está conectado a máquinas respiratorias. Llegaron justo a tiempo.

Yo: ¿Llegaron justo a tiempo? ¿Cómo es eso?

Doctor: Exacto, las heridas del señor están en muy mal estado, y tiene varias quemaduras de segundo grado, hay que tratarlas con mucho cuidado. Además, su ritmo cardíaco estaba bajo, de hecho, casi en 0. ¿Nicolás es tu nombre? -hice un gesto con mi cabeza indicando que sí- Ok Nicolás, Jaime está verdaderamente mal, todavía no despierta, cuando llegó acá se desmayó por completo. Habrá que esperar a que despierte y hacerle un chequeo médico, ahora está respirando por las máquinas respiratorias.