Capítulo 2.

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(Nicolás)

¿Qué había visto? ¿El Jaime y la Ignacia no habían terminado? Justo ese día iba a declararle mi amor al Jaime, estaba dispuesto a comprar unas flores (Que soy fleto) y... ¿Y la veo con esa maraca? Estoy de mal humor, escucho los gritos desesperados del Jaime tratando de hacer que deje de correr. Pero ya no puedo, ya no quiero.

De repente mi corazón y la presión en mi cabeza dijeron que me detuviera, estaba exhausto. Me senté en el pasto tratando de relajarme. Mi mente daba vueltas, entre tanto cansancio y a la vez la imagen de cómo el Jaime besaba a ella.

Acomodé mi cabeza en un árbol y cerré mis ojos. Inesperadamente, sentí como una mano rozaba mi hombro, abrí mis ojos muy rápido, por lo cual me mariée y mi cuerpo cayó de golpe al pasto.

Jaime: ¡Nico! ¿Qué te pasa? -dijo en tono de preocupación-

Yo: Ándate por favor, te lo digo de buena manera. -dije cortante-

Jaime: No weón, no me voy a ir, dime lo que te pasa. ¿Por qué me miraste y corriste llorando?

Yo: ¡ÁNDATE! -grité con lágrimas en los ojos-

Jaime: Ándate vo, pero bien a la chucha, chao. -dijo con tono seco y enojado-

Me quedé solo. ¿El Jaime me había dicho eso o lo soñé? Cómo me enamoro de una persona tan... ¡no se le puede ni describir! Lo odio, odio por haberme tratado mal y por hacerse el fuerte, el firme.

*Fin flashback*

(Jaime)

Sí, debe ser ese recuerdo que lo atormenta tanto. ¿Cómo fui tan duro con él? Me siento mal, mejor lo iré a ver, quizás me cierre la puerta en la cara pero no saco nada sin intentarlo.

/Casa del Nicolás/

Yo: Abre la puerta cabro culiao.

Nicolás: -abrió la puerta- ¿Qué quieres?

Yo: Hablar contigo.

Nicolás: ¿Ya? ¿Y sobre qué? Fleto. -rió-

Yo: ¿Ya no te sientes mal? -puse una cara tierna-

Nicolás: Es que llegaste tú. -susurró y se sonrojó-

Yo: Habla más fuerte oh, no te escuche ni mierda. -reí-

Nicolás: Nada weón, ven, pasa.

Yo: Ah dale... -pasé a su casa-

Nicolás: ¿Y qué onda? ¿Qué querías hablar? -se sentó en el sofá-

Yo: No nada, quería pedirte perdón. Te traté súper mal y estoy muy arrepentido. ¿Cómo podría solucionar las cosas? Eres mi amigo y no quiero perder nuestra amistad. -dije despacio y calmado-

Nicolás: -se acercó a mi rostro- No lo sé, ¿se te ocurre algo? -dijo con tono cautivador-

El Nico cada vez se acercaba más a mi, eso me provocaba cosquilleos en mi estómago, quería abrazarlo y nunca soltarlo. Él me hacía sentir extraño, pero de una manera linda.

Fue ahí cuando pasó. Nos besamos en el momento justo y perfecto.

Nicolás: Jaime, te amo. -sonrió-

No lo podía creer, ¿dijo que me amaba? Para ser sincero, me gustó el beso, pero lamentablemente no sentía lo mismo que él... No quería romperle su corazón, por lo que inventé una excusa.

Yo: ¡Me acordé que tenía que ver a mis papás! -dije nervioso-

Nicolás: Bueno, ¿te acompaño a la puerta?

Yo: Eh n-no, no te preocupes... -me sonrojé-

Nicolás: Oh, ok. -su voz sonó triste-

Yo: Eh... ya... m-me voy. Q-que estés bien. -abrí la puerta y me fui corriendo-

/Casa del Jaime/

No puedo creerlo, ¿qué acaba de pasar? Deja procesar, tengo un gran lag mental.                             ¿Nos besamos y luego me dijo que me amaba? Él no estaba triste porque le mentí diciendo que había olvidado a la Ignacia y luego la besé en el parque, ¡ÉL ESTABA TRISTE PORQUE YO LE GUSTO! Ahora entiendo por qué salió corriendo cuando me vió besando a la Ignacia.

No puede ser, nos conocemos hace años, somos simples amigos... Aunque debí haberlo pensado antes y claramente... ¡El Nico siempre se preocupaba mucho por mi y me abrazaba a cada rato!

¡Qué bien! Ahora tengo una mezcla infinita de pensamientos, sentimientos y emociones en mi cabeza... y en mi corazón.

Me acosté en mi cama y miré al techo, sonó mi celular y contesté sin ver quien era.

*Llamada*

Yo: ¿Quién es? -respondí desanimado-

Edgar: Wena Jaime, ¿cómo estamos? -rió-

Yo: No muy bien, me han pasado muchas weás. -tenía mi voz quebrada-

Edgar: Si caché, me llamó el Nico súper alegre. ¿Qué onda? -rió con tono pervertido-

Yo: ¡Conchetumare! ¿Qué te dijo? -exclamé asustado-

Edgar: No te hagai el loco. El Jaime y el Nico se aman, el Jaime y el Nico se aman. -empezó a cantar-

Nico conchetumare, lo voy a matar.

Yo: Cállate, ya chao. -corté bruscamente-

*Fin llamada*

¿Qué le habrá dicho el Nico al Edgar? Sea lo que sea que haya dicho, lo mataré. Ni yo estaba tan seguro de ese beso y él se lo dice al Edgar... ¡Al Edgar po weón!

Me llamaron otra vez.

*Llamada*

Yo: YAAAAAAAAAA, ¿QUÉ WEÁ QUIEREN? -me enojé-

Oscar (Panes): Oe tranquilo. -su voz estaba al aire-

Yo: Ya suelta la pepa, ¿qué querí?

Oscar: Así que ahora andai con el Nico. -rió coquetamente-

Yo: Putalaconchetumareylaweanicoculiaoedgarculiaotodosculiaos. -dije todo muy rápido, estaba al borde de explotar de enojo-

Oscar: ¡NICO Y JAI...

*Fin llamada*

Puta cabros culiaos, de seguro el Edgar o el mismo Nico le dijeron al Oscar. 

Pensándolo bien... no me molesta que me (valga la redundancia) molesten con el Nico. Me agrada, si no hubiera pasado lo de esta tarde, creo que estaría reaccionando de distista manera, es decir, peor.

Vi la hora en mi celular, de pronto tocaron el timbre de mi casa. ¿A las 8:30 de la noche? 

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KGHSKLDJGSKLH ¿Quién estará tocando el timbre de la casa del Jaime?

Nyanyanyanya, l@s dejé con la duda :3

Ya llegamos a los 123 leídos, ninininini estoy muy feliz >3<

Sushi fuerans (っ˘w˘ς)

Risas nerviosas / JainicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora