La avaricia por el dinero y el reconocimiento en algún puesto, ciega a las personas.
JiMin es testigo de eso.
El chico es testigo al ver como su esposo se enfoca más en resaltar en su trabajo, que en notar como se van distanciando paulatinamente...
JiMin se congeló en su lugar, sus ojos estaban bien abiertos. A la persona que menos quería ver estaba detrás de él, llamándole, JiMin estaba muy nervioso, sus manos empezaron a apretar las agarraderas de las bolsas de plástico, haciendo que sus nudillos empezarán a tornarse blancos.
—Yoo-YoonGi— tartamudeo JiMin.
A YoonGi le dolió, le dolió que JiMin ya no le hablara como antes, con esa sonrisa, o con el apodo que le había dado, o esa calidez en su voz que había extrañado. No, ya no había eso, ahora era, normal, ya no estaba esa sonrisa, ni nada, como un completo desconocido.
—JiMinnie, bebé, no sabes cuánto te he extrañado, demasiado. No sabes cuánto he querido ver a nuestro bebé, lo he querido tanto. —JiMin bajo su cabeza cuando YoonGi se acercó a él y acarició sus nudillos.
El menor apartó su mano sin ser brusco. —Lo pudiste haber hecho, YoonGi, pero preferiste tu trabajo antes que a tu hijo.
—No, bebé, no fue así, por favor, necesito hablar contigo, mi amor, te lo suplico. Habla conmigo.
—No, YoonGi, yo no quiero hablar, ya no más. Tomaste tu decisión.
—JiMin, por favor, entiende que lo hice por su bien, para que pueda tener la mejor educación, y las mejores cosas, solo quería que viva de la mejor manera posible, que no le falte nada.
—Te equivocas, Min YoonGi, mi hijo no necesita de todas esas cosas, lo único que necesita era a su padre, su amor, su cariño, no necesita lujos, ni nada de eso.
YoonGi estaba perplejo. JiMin nunca le había dicho eso, pero JiMin estaba dispuesto a hacérselo saber.
—Solo quiero lo mejor para ustedes, lo sabes, quiero que estén cómodos.— YoonGi quería hacerle saber que era lo que pasaba en su cabeza cuando hizo todo lo que hizo. —Quería que alguien llegue a ver quien realmente soy.
—YoonGi, no lo necesitamos, te necesito a ti, no necesito lujos, joyas, restaurantes caros, no, nada de eso, solo necesitaba tú amor.
YoonGi bajo la mirada.
—Me hiciste tanta falta. ¿Qué ocurrió con esos buenos días, o todos nuestras besos de las buenas noches, nuestras cenas y desayunos juntos, nuestras noches de películas en un cómodo sillón? ¿Qué ocurrió con todos esos te amo, y esas promesas rotas?— pauso un momento —Esta bien. Quieres ser alguien, pero... ¿Cuál es el costo de todo?— sin esperarlo, JiMin ya estaba dejando caer todas sus lágrimas otra vez. —Lo único que quiero.— se corrigió —Lo único que quería era que tú estés a mi lado, como lo prometiste el día que me case contigo. Pero al parecer no pasará.
—No, JiMin, no di-digas eso— el menor lo corto.
—Se que no cambiarás, por qué te conozco perfectamente.— las lágrimas de JiMin se hicieron más gruesas por la que iba a decir —No podemos estar más juntos. Lo mejor será que... Nos olvidemos de este matrimonio, y cada quien tome un camino diferente.
YoonGi, levantó su rostro de golpe. ¿Como JiMin se atrevía a decir eso?
—¿Que?— el no se lo creía. —Es una jodida broma. ¿N-no es así?— le dolía cada palabra que salía de la boca de su menor.
—No, YoonGi, creo que es lo mejor, para ambos, tú podrás concéntrate en tu trabajo, sin alguien de por medio.
—¿Te estas dando cuenta de que me estás pidiendo una estupidez? Cómo crees que yo te daré eso, te amo, y tú me amas, jamás harías algo así, tenemos un hijo, tengo que estar a su lado, es mi responsabilidad.
—Pero no la cumples. Prefieres tu trabajo. ¿Qué no te das cuenta? Nos estamos lastimando. Solo cuando aprendas a poner tu trabajo en su lugar, tal vez, podremos estar juntos.
—No, no, me niego, no te firmaré nada. Ni creas que te lo mandaré, no nunca, estás mal si crees algo así. JiMin por favor, te lo ruego, te lo suplico. No nos hagas esto, piensa en nuestro bebé.
—Pienso perfectamente en el y por el lo hago. Adiós YoonGi— se soltó del agarre que YoonGi tenía sobre él, y empezó a caminar. El mayor empezó a gritar el nombre de la persona que amaba. Al no ver resultado, se dirigió a su auto y con mucho trabajo, lo encendió, pero cuando quiso buscar a su menor, este ya no se encontraba dónde lo había visto.
JiMin estaba en la entrada del departamento de sus papás, abrazando sus rodillas, hipando y acallando sus fuertes sollozos. Se tranquilizó lo mejor que pudo, y entró al departamento, directo se fue a la cocina, dejando las compras, su padre Jin lo había seguido.
—Mi amor, ¿Estás bien?— la preocupación era mucha por parte de Jin.
JiMin lo único que pudo hacer es caer de rodillas frente a su padre, llorando desconsoladamente, mientras se jalaba el cabello con brusquedad. Jin se cubrió la boca evitando un grito de susto, corriendo a socorrer a su pequeño. Lo abrazo lo más fuerte que pudo, dándole a entender que están con el, y que lo amaba demasiado.
—Le pe-pedí el divo-divorcio a Yoon-YoonGi.
Jin abrió los ojos desmesuradamente, había escuchado bien.
—Cariño. ¿Por qué hiciste eso?
—Papá, el no va a cambiar, me duele estar viviendo sin él, no estuvo cuando JiHoon nació, no estuvo en los chequeos, no hizo nada por mi pequeño, se va con la excusa de que quiere lo mejor para mí y para JiHoon, no puedo vivir así, no, no, ya no quiero. Me dijo que no firmaría nada.
—Cariño, ¿Crees que estás haciendo bien?
—¿A qué te refieres, papá?
—Amas a YoonGi. YoonGi te ama a ti. Tu crees que YoonGi no cambiaría por ti? Antes de pedirle eso, ¿Le dijiste lo que querías?
—Si.
—Entonces porque no esperamos y vemos si el cumple eso que le pediste, y si vemos que no lo cumple, estarás en todo tu derecho de tramitar los papeles del divorcio, ¿De acuerdo?
JiMin suspiro —No lo sé, papá, ¿Y si no cambia?
—El tiempo lo dirá.
JiMin cambio de tema.
—¿Donde está JiHoon?
—Tu padre lo está cuidando mientras que yo hablaba con un tipo del trabajo de tu padre.
—Muy bien. Subiré a verlo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.