La avaricia por el dinero y el reconocimiento en algún puesto, ciega a las personas.
JiMin es testigo de eso.
El chico es testigo al ver como su esposo se enfoca más en resaltar en su trabajo, que en notar como se van distanciando paulatinamente...
Realmente, JiMin no se quería ir del lado de TaeHyung, pero sabía que lo tenía que hacer.
—Tengo que irme, TaeTae.
—Pero, JiMinnie, puedes quedarte con nosotros. ¿Verdad que puede, Kookie?
El menor de todos asintió entusiasmado.
—Lo vez, haríamos una pijamada, como lo hacíamos cuando estábamos en la preparatoria, con muchas películas, dulces, comida chatarra, por favor, Mochi, quédate.
Estaban tentando a YoonGi.
—Si me siento incómodo con YoonGi regresare. ¿Está bien?
Tae suspiro. —Esta bien.
JiMin abrazo a TaeHyung. —Te quiero mucho, mucho Tae, más que nada.
El del piel acaramelada le respondió. —Yo también, mucho, mucho, mucho, demasiado.
JiMin se despidió de la pareja y se fue hasta su enorme hogar (el no lo sentía como un hogar, pero en eso vivía) no quería ir, definitivamente no.
Abrió la puerta y le recibió un YoonGi esperándolo en el sofá, tenía una mueca de enfado, seguramente por lo de hace un rato.
Cerro la puerta tras el, y se dirigió hasta la cocina, por alguna extraña razón, tenía miedo de ver al pálido, no quería estar a su lado por ese momento.
—JiMin— el pálido ya estaba con el en la cocina. El menor tenía miedo de mirar al mayor.
YoonGi al ver que JiMin no miraba a verle, tomo su muñeca, obligándolo. La extremidad se volvió tensa en su tacto. No sé inmutó al sentirlo.
—¿Por que mierda no querías venir cuando te lo estaba pidiendo?
El tono de voz del mayor era muy oscuro.
JiMin no tenía el valor de levantar la cabeza.
Min al ver que su pregunta no era contestada, ejerció fuerza en su agarre.
—Yoon-YoonGi, suél- suéltame, me due-duele.
—¡Responde, carajo!
JiMin se encogió en su lugar.
—Déjame, déja-déjame. Tu n-o er-eres así.
—¡Trabajo como un idiota para darte lo mejor, y no me haces caso cuando necesito hablar contigo! ¿¡Que te crees o que?!
—Suéltame, alé-aléjate de mí. No me to-toques.
—¡Responde, maldita sea, que demonios quieres!?
JiMin se armó de valor para gritarle. —¡Quiero al Min YoonGi con el que me case!
No se escuchó nada, solo el ruido de como una mano era impactada en la piel de alguien.
Y ese alguien era JiMin, el fue el que recibió la bofetada, callendo al piso, por lo débil que se sentía su cuerpo. Con los ojos bien abiertos, mientras que en ellos caían sus lágrimas como cascadas.
De un momento a otro, YoonGi reaccionó, miro a su pequeño que juro no lastimar jamás, en el suelo, con su mano tratando de callar los sonidos de su boca.
Intento acercarse a el y rogar por su perdón pero no lo consiguió, JiMin se alejaba cada vez que el se acercaba.
—Tu no er-eres YoonGi. Ese Yoon-YoonGi que me a-ama desa-desapareció.
—No, no, no, mi amor, fue un error, no qui-quise hace-hacerte nada.— intentó yo tomar su mano.
—Aléja-te de mí, no te me-me acer-acerques, por fa-vor.
JiMin corrio escaleras arriba, tomando ropa cualquiera y metiéndola en la una mochila grande. Tomaba lo que veía y como sea, la acomodaba. Lo hacía tan rápido, que poco a poco la ropa ya no cabía. Bajo corriendo las escaleras, importándole poco si YoonGi estaba ahí o no.
—¡NO, JIMIN, ESPERA, NO TE VALLAS, AMOR, REGRESA!— YoonGi gritaba mientras que veía a JiMin correr para tomar un taxi. Cuando paro uno, rápido subió y dió la dirección de TaeHyung, alejándose cada vez más del agitado YoonGi venía atrás de el.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.