La mansión

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¿Alguna vez has tenido la sensación de que alguien te mira? Esa sensacion de cosquilleo en la nuca, ¿Has sentido como te late el corazón rápidamente por el miedo? Y tú mente comienza a pensar en todo tipo de criaturas espeluznantes a las que podrían pertenecer los ojos que te miran... Bueno justamente eso estaba sintiendo yo, en una de las salas de estar a lado de la biblioteca, una sala muy poco iluminada lo que daba un ambiente muy aterrador, quizá la sensación era sugestión por el libro de terror que tenía en mis manos y que había leído completamente, un estrepitosos sonido en la cocina no ayudo a calmar mi acelerado corazón, así que deje el libro en la mesita a la derecha del sillón donde me encontraba y salí a la cocina dispuesta a ver qué era lo que había provocado el sonido. Al bajar las escaleras hacia la cocina mi mente comenzó a jugar con ideas de monstruos o demonios que me esperaban en la cocina para raptarme, dude en seguir bajando, pero me obligue a alejar esas absurdas ideas de mi cabeza, tamblando un poco abrí la puerta a la cocina, solo para  encontrar a mi abuelo lleno de harina y recogiendo cazuelas de metal del piso.

-ayy abuelo eres tú, por poco me matas de un susto. Dije aliviada y respirando ondo.

- Perdón querida, pensé que las galletas estaban en las alacenas de arriba, pero creo que me equivoqué. Mi abuelo rio suavemente mientras se sacudia la camisa llena de Harina.

- Las galletas siempre están en la despensa del medio, la señora Blacke las esconde para que ni tú ni yo tomemos demaciadas. Le sonrío y tomo las galletas, nos repartimos 3 para él y 3 para mí.

- ¿Que haces despierta a estás horas? Deberías estar en la cama durmiendo. Me miró con ojos acusadores, mientras se llevaba una galleta de nuez a la boca.

-ah solo estaba leyendo un poco, pero fue mala idea leer historias de terror en la madrugada. Dije mientras un escalofrío recorría mi espalda.

-Me hace falta un buen susto, ¿Podrías prestarmelo cuando lo termines?. Mi abuelo era muy bueno para leer, además de un gran profesor, era respetado por muchas familias en Inglaterra, a él le gustaba leer tanto como a mí y normalmente disfrutábamos de los mismos títulos.

-claro, puedes leerlo mañana lo termine hace un rato.

Terminamos las galletas, limpiamos la cocina y nos dirigimos a la sala de estar donde había una gran chimenea, me senté en un gran sillón y mi abuelo se sentó en su sillón azul favorito.

-por lo visto tu no te irás a dormir en un buen rato ¿Cierto? 

-Despues de lo que leí no creo que pueda.

- quizá si distraigo tú mente con una buena historia puedas descansar. A mi abuelo le gustaba contarme historias de su juventud, de sus viajes o de las aventuras con su amiga Polly Plummer, que claro nos visitaba en navidad y siempre me regalaba un buen libro y una bufanda que ella tejia.

- quizá tienes razón, ¿De que será la historia de hoy?. Pregunté emocionada 

- escoje tu la historia está vez, querida. El sabía que tenía una historia que me gustaba más que las demás, que nunca me cansaba de escuchar.

- cuantame la historia del lugar que visitaste de niño junto con la tía Polly, Narnia . Efectivamente no le sorprendió que pidiera esa historia nuevamente así que carraspeó para dar inició a su narración.













LA PROTECTORA ( Experiencia Shifting Narnia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora