El llamado

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Desperté abrumada, había tenido ese sueño nuevamente: un farol, un león, una persona de cabello castaño, la misma voz sabia e imponente llamándome y la sensación de unas manos cálidas,  tenia casi un año que no tenia ese sueño, decidí no pensar demasiado en eso, quizá yo misma me estaba sugestionando 

Después de desayunar entre a la biblioteca tenia 2 días leyendo una novela muy buena y estaba totalmente dispuesta a terminarlo, el tiempo paso rápido sin embargo apenas podía concentrarme en la lectura, apenas había pasado unas cuantas paginas cuando el abuelo entro a la biblioteca.

-sabia que te encontraría aquí. Dijo mirándome sentada en mi habitual sillón azul

-¿necesitas que te ayude en algo? Dije poniendo el separador al libro, cerrándolo y colocándolo en la pequeña mesa circular en mi izquierda, de todas maneras mi concentración no era mucha por lo que no tenia caso seguir intentando leer.

-Gracias, pero no soy yo quien necesita de tu ayuda si no Polly, acaba de llamar y me dijo que necesita que le ayudes en su jardín, tiene geranios nuevos y necesita replantar algunas plantas.  La tía Polly tenia un jardín enorme y lleno de variedad de plantas, me encantaba ayudarle en lo que podía.

-Claro, iré enseguida. Tome el libro que estaba leyendo y lo coloque en su estante correspondiente, esperaba que cuando regresara pudiera continuar con mi lectura.

Polly Plummer, la mejor amiga de mi abuelo y mi madrina, una mujer admirable y fuerte, la gran mayor parte de mi carácter es gracias a ella, es una especie de figura materna para mi, vive a unos cuantos Kilómetros de nuestra casa de Campo, así que tuve que pedirle a la Señora Macready su carreta para poder trasladarme, después de hora y media llegue a la enorme y vistosa casa de la Tía Polly, baje de la carreta y me dirigí al invernadero de hierro ubicado a un costado de la casa,  donde tenia sus flores y plantas favoritas o que requirieran un cuidado mas delicado, en cuanto entre la encontré arriba de una escalera con un rociador en la mano.

-Hola pequeña, que bueno que pudiste venir, toma tu delantal y  ven agárrame la escalera que este suelo puede ser traicionero ¿Cómo esta tu abuelo? solo pudimos hablar poco por teléfono. Me puse el delantal color azul con negro y tome la base de la escalera con firmeza.

-Hola Tía Polly, el abuelo esta bien, tiene algunos pendientes y nos estamos preparando para que volvamos a la ciudad por eso creo que no hemos podido llamar. ¿tu como te encuentras?

-Bastante bien, querida también he estado ocupada, me llegaron lotes nuevos de geranios, están preciosos ahorita los veras, ¿Cómo sigue tu abuelo del azúcar?. Bajo de la escalera y me paso una regadera para plantas llena de agua sin pensarlo comencé a regar las plantas a mi alcance mientras ella ponía tierra en una pequeña maceta.

-Se mantiene estable aunque ya lo conoces no puede vivir sin sus galletas, así que tenemos que escondérselas para que no se las acabe, pero no sirve de nada siempre las encuentra. Rio levemente mientras le cuento eso, termino de regar y me acerco a ayudarle con las macetas.

-Oh, Digory nunca cambiaras- ella ríe alegremente - No te preocupes pequeña, acabo de perfeccionar  mi receta de unas galletas sin azúcar que le encantaran las haremos en un rato y podrás llevarte unas cuantas, ahora ven ayudarme a replantar los lirios. 

La energía de la Tía Polly pareciera interminable, es muy dinámica y veloz, estuvimos unas cuantas horas en el jardín y después fuimos a la cocina a preparar las galletas, platicamos durante un rato y después tuve que volver, ella prometió visitarnos antes de partir a la ciudad para despedirse, pues la volveríamos a ver el próximo verano.

Llegue a la casa exactamente a las 10 de la mañana, por un momento pensé que seria mucho mas tarde, deje mi sombrero en el perchero del recibidor.

LA PROTECTORA ( Experiencia Shifting Narnia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora