La guerra

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Aquella mañana de dia soleado descansaba a la sombra de un árbol mientras leía una novela romántica y jugaba con los mechones caoba de mi cabello, que a la luz del sol parecían tener un color más rojizo que el que ya tenían normalmente, entonces llego la carreta de la Sra Macready, el ama de llaves, suspiré, en esa época del año el abuelo tenia mucho más trabajo por lo tanto ella se ponía más estricta de lo normal, pero ese día parecía apurada, apenas detuvo la carreta fue casi corriendo a adentro de la casa, la curiosidad hizo que cerrará mi libro y fuera a averiguar la razón de su preocupación.

En la el estudio mi abuelo estaba organizando algunos papeles y la Sra Macready hablaba con rapidez, acerque a mi oido a la puerta entreabierta esperando no ser descubierta 

-Estas son noticias terribles, un verdadero desastre, todavía no entiendo cómo es posible. La Sra Macready tenía un tono agudo al hablar.

-Debo decir que me parece una situación lamentable, sin embargo nosotros no podemos hacer nada. El abuelo hablo con firmeza y serenidad.

- Tiene razón profesor, las guerras no son nuestra decisión pero tiene apenas algunos años que se llevó a cabo la primera, ahora la segunda, que horror y escuché esto... Londres está bajo amenaza de bombardeos. Lleve una mano a mi boca con sopresa ¿Bombardeos? Habíamos escuchado hace meses de que la guerra estaba en curso pero no que estaban ahora atacando a la gente inocente.  

- Tranquilícese Sra Macready, lleve a las oficinas nuestro ofrecimiento de refugio para las familias de Londres, esta vez quitaremos la excepción de niños.

- ¿Aceptará niños en su casa profesor?. No podía ver su rostro pero me imaginé la mueca de disgusto y sorpresa, una risilla escapó de mis labios, rápidamente intente callarme para no ser escuchada pero fue tarde el silencio fue lo único que se escuchaba.

- Elira... entra por favor ¿Que haces aquí? Pense que estabas afuera. En cuanto escuche mi nombre supe que había Sido descubierta, entre temerosa a la habitación.

-Niña, ya te he dicho que escuchar conversaciones privadas no es propio de una señorita. La sra Macready me miró con reproche. 

- Perdón abuelo, es solo que ví a la Sra Macready tan apurada que me dió curiosidad saber que pasaba ¿Abuelo por qué están bombardeando Londres? ¿Quienes van a ser los niños que estén en nuestra casa?.

- Eres muy joven para hacer ese tipo de preguntas. Dijo la Sra Macready mirandome.

- Tengo 13 años soy perfectamente capaz de entender las cosas. Dije algo molesta, odiaba que me subestimaran por mi edad o por ser una chica eran cosas que nunca toleraba.

-Sabemos que lo eres, querida y escucha los bombardeos son cosas que pasan en las guerras una forma de intimidación y venganza muy crueles, en cuanto a los niños todavía no se quienes serán, ahora ya que estás tan interesada en nuestros próximos visitantes  tu acompañaras a la Sra Macready por ellos y los acompañaras en su estadía. Eso tenía toda la pinta de ser un castigo, el abuelo sabía perfectamente que si podía ser sociable pero que prefería quedarme aislada y leer todo el día.

- esta bien abuelo lo que tú digas.

Los días pasaron y una carta de las oficinas de Londres llegó a la casa, los 4 hijos del Sr .y la Sra. Pevensie serían los que pasarían todo lo que quedará de la guerra con nosotros a partir de mañana.


LA PROTECTORA ( Experiencia Shifting Narnia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora