El suceso de la oficina había quedado atrás hace poco más de dos días, días que Jeon se dedicó a querer consentir en todo a Taehuyng y que también tenía como propósito conseguir la dirección de donde vivía su precioso Omega.
Por obvias razones, Taehuyng no se atrevió a dar ninguna pista de su antes cruel paradero, así que Jungkook tendría que esforzarse más si deseaba arrancar la cabeza de aquel “padre” despreciable.
—Buenos días precioso —susurró el alfa, sentado a un costado de la bolita dormida en la cama.
Pues, a pesar de que la relación entre ellos iba creciendo considerablemente, Taehuyng seguía pensando que era muy pronto como para dormir en la misma cama.
—Vamos cachorro, es hora de despertar —susurró de nueva cuenta mientras acariciaba la silueta que el edredón le permitía ver.
Poco a poco, la pequeña bolita se removió y las manos de Jungkook tendrían que haber frenado sus caricias, pero por alguna razón aquello no sucedió.
—¿Mhm? —los ojitos hinchados del Omega se dejaron ver por fuera de la blanca colcha —¿Alfa? —y su ronca voz mañanera se dejó escuchar entre susurros.
—Hola príncipe, es hora de despertar, hay que ir a la escuela y no quiero que te vayas sin desayunar —sus manos fueron frenando la acción de las caricias.
—Mjamh —refunfuñó el castaño y se removió, sorpresivamente en busca de más caricias.
Pero Jungkook solo podía apreciar la tierna imagen de un Taehuyng hecho bola, moviéndose cuál gusanillo en busca de salir de un capullo.
Al pelinegro se le escapó una risa.—¡Alfa! —reprendió aniñadamente al hombre mientras salía de golpe por debajo de las cobijas —más, más... —y estiró sus brazos en dirección al mayor.
Oh por los dioses, que alguien llame a la ambulancia porque Jeon Jungkook acaba de tener un paro cardíaco de ternura.
Taehyung estaba vestido con una de sus playeras negras largas, no se veía rastro de algún pantalón o shorts, pero la verdad es que el alfa no quería ver más allá como para comprobarlo porque, vamos, es un alfa en las fechas cercanas al apareamiento y ya era suficiente tentación de la cintura para arriba como para que se tentara él mismo mirando de la cintura hacia abajo.
Los bracitos del menor se estiraban con insistencia para indicarle a Jungkook lo que quería, así que Jeon se estiró sobre la suave cama hasta tener los brazos de Kim recargados en sus hombros y su cara muy pegada a la otra.
—¿Qué quieres bebé? —tanteó terreno el hombre.
—Y-yo —Taehuyng se encogió, como últimamente lo hacía cuando estaba muy apenado e intentaba esconder su sonrojo.
—Cariño, si no me dices lo que quieres de mí ¿Cómo esperas que sepa qué hacer? —la voz de Jeon era tan inocente que el cachorro no sabía si confiar en esa pregunta o intentar buscar mayor trasfondo.
—Y-yo —Ah~ Jungkook como adoraba cuando Taehuyng tartamudeaba de pena —Y-yo quiero que... —¡Vamos Taehuyng! Se dijo a sí mismo —yo querer que alfa acariciar.
Y Taehuyng cayó en cuenta sobre la horrible formulación de su petición. Cielos, tendría que practicar un poco más lo de la confianza.
—¿Qué? —Jungkook sonrió de medio lado y frunció las cejas divertido.
Entonces el Omega resopló, puso los ojos en blanco y empujó el cuerpo del alfa hasta regresarlo a su posición inicial: sentado en la orilla de la cama.
Después, Kim se arrodilló frente aquel hombre y tomó sus manos delicadamente.

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Mi perfecto Omega
Random-¿Y por qué yo? -¿Y por qué no? -Pues míreme, no creo alcanzar la expectativa de un esposo Omega ejemplar... -Eres lo más bello que he visto en mis jodidos siglos de vida, lo más hermoso y lo más perfecto. -... -Mírame Omega. Eres perfecto y aunqu...