Once

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Taehyung se paseó sonriente por los pasillos de su escuela en busca de su amigo Jimin y es que no había razón más bella de su sonrisa que el amor que crecía en su pechito orgulloso.

Hace unos instantes se había despedido de aquel hermoso alfa que aludía ser de su propiedad y Kim estaba que no cabía en su felicidad por tan bello ser en su vida.

Hace no mucho había estado pensando que su vida no iba a ser más que dedicarse a estudiar para conseguir un buen trabajo y lograr salir de aquel infierno que llamaba “hogar”, pero ahora, ahora no podía pensar en otro plan futuro que no fuera Jeon y su marca en su cuello.

Sabía que estaba perdido, que quizás la vida no era tan buena como últimamente y sospechosamente había sido para él, pero solo la diosa luna sabía que aquel hermoso y etéreo angelito era merecedor de todo el amor del mundo después de haber sufrido tanto, así que aunque Kim estuviera aún con la defensa en alto, la madre luna no tenía pensado arruinar la felicidad en aquel acanelado rostro.

—¡Minnie! —llamó al pelirosa saltarín y le abrazó cuando lo tuvo cerca.

—¡Tae Tae! —correspondió el otro Omega —Tae, cariño, sé qué vas a pensar en cuanto te diga esto, pero te juro que es verdad —habló esta vez seriamente mientras obligaba a un contacto visual.

—¿Qué pasó? Me asustas, bola de arroz.

—Y solo por la seriedad del asunto es que no me quejaré de ese horrible apodo, tigre —entonces Taehyung entendió que el asunto era de temer.

—Pues habla...

—Okey... —habló seriamente Jimin —comenzaré con la noticia de que acabo de escuchar en el pasillo que Baekhyun está diciendo que tú eres su Omega...

Los ojos de Taehuyng se salieron de órbita por la noticia.

—Y mientras más caminaba escuché a la maestra de artes hablando con la de historia... —Taehyung seguía en shock por la primera noticia —escuché que decían que “El gran alfa” había estado muy pegado últimamente con un Omega —Kim sonrió orgulloso de pensar en la idea de hacer pública una relación con Jungkook —pero no sonrías amigo, porque estaban refiriendo a un Omega de sexo femenino y... Creo que la llamaron IU.

Y el mundo de Taehyung se vió pausado en un instante por un mínimo de palabras, más específicamente: reducido a dos letras simples. IU.

—¿Qué? —y no es que no entendiera, si no que precisamente por el echo de comprender es que no podía creerlo.

No podía creer porque eso significaba aceptar que su pareja no pareja lo estaba engañando, que a su vez no era un engaño porque no eran nada oficialmente, pero aún así no quitaba el hecho de que su pechito se comprimiera en anticipación por el dolor de imaginar a Jungkook con alguien que no fuera él.

La voz de Jimin se hizo lejana, tan lejana que tal vez no se percató de cuando se encontraba solo en el pasillo, pero tampoco es como si le importara, así que sólo camino automáticamente al patio de su escuela y se sentó debajo de aquel árbol que tantas veces le había escuchado llorar y penar de su vida.

Taehyung no quería llorar por algo que no tenía fundamentos y que simplemente no quería creer, así que se obligó a tomar una siesta para olvidar el nudo que se formaba en su garganta y, con una sonrisa, Kim cayó en los brazos de Morfeo debajo de aquel frondoso árbol.
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No sabía cuánto tiempo había pasado, ni siquiera sabía si ya había despertado correctamente, pero de lo que sí estaba seguro es que no estaba bien seguir durmiendo ahí.

Su nariz se sentía congelada y sorbió los moquitos que comenzaban a escurrir por el frío, sentía los ojos hinchados y las manos le tiritaban por la exposición al aire a la que se había sometido todo ese tiempo, ¿Cuánto había sido?

Mi perfecto OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora