Ocho

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Taehuyng no sabía si era correcto decirle a Jungkook lo que había pasado pero tampoco estaba seguro de ocultarlo.

Es decir, Jeon lo había ayudado y le había dado un lugar mejor que su casa y lo había consolado en sus prontos ataques de ansiedad, lo había abrazado convirtiéndose en el primer alfa al que no le tenía tanto miedo... Solo un poco.
Pero luego estaba el hecho de que él no tenía por qué saber todo de su vida y tampoco era su responsabilidad ayudarle.

¡Agh! ¿Por qué era todo tan complicado?

—¿Joven Kim? —la mirada del mencionado se dirigió al chófer.

—¿Si?

—Estamos a unos minutos de llegar y...

—¡Jung! ¿P-puedo pedirte u-un favor? —esperaba que de verdad el señor le escuchara.

—Dígame joven, ¿Para que soy bueno?

—Pues... Y-yo quería... Y-yo, ¡No le diga al señor Jeon de lo que sucedió! Por favor —y puso los ojitos de cachorro más convincentes que le salían.

—Pero joven Kim, el señor preguntará por la marca en su rostro y yo no sabré qué decir —era eso y que en verdad quería que su señor le metiera un escarmiento al tipo que Taehuyng tenía por padre.

—Yo veré qué invento, pero por favor no digas nada ¿Sí?

Un suspiro resignado se escuchó en el amplio espacio del automóvil y casi Taehuyng se sintió seguro de haber conseguido discreción.

—Lo siento joven, pero si mi señor me pide información quiero que esté enterado de que no voy a mentir.

Y era justo, porque Taehuyng jamás le pediría algo así al señor Jung si con eso se comprometía su trabajo y, por tanto, su fuente segura de ingresos.

—Está bien~ —susurró no muy convencido Kim y bajo la mirada cuando reconoció la verja de la casa del alfa.

El auto entró hasta detenerse frente al final de las escaleras y escuchó el motor siendo apagado por el mismo hombre.

Sonrió en dirección al chófer y este mismo le regresó el gesto, como diciendo: "es hora". Pero realmente no quería que lo fuera.
Su mano temblando hasta alcanzar la manija de la puerta y sus labios siendo maltratados por los nervios.

¿Qué se supone que diría? "Hola alfa, ¿Qué crees? Mi padre me golpeó y ahora tengo marcas" o quizás algo como "¿Qué tal? ¿Te dije que tenía un padre abusador?... ¿No?"
¡Lunas!

—¿Cariño? —oh dioses, que alguien recoja el corazón de Taehuyng del piso porque Jeon acaba de derretirlo —¿Cómo te fue?

De nuevo los nervios le atacaron y no supo cómo reaccionar, ¿Es que tiene que decirle?

—Y-yo -Taehyung habló con la mirada gacha, la cabeza inclinada y las largas mangas de su sudadera cubriendo sus mallugadas manitas.

—¿Omega? ¿Qué sucede? —entonces Jeon bajó las escaleras lentamente, con esa gracia que le caracterizaba y un aura pesada, impregnada de dudas.
Si bien, Jungkook había estado sintiendo una leve irritación en el pecho que decidió ignorar, pero al ver a su pequeño así de vulnerable como el día anterior supo que algo no estaba del todo bien.

Una vez sus negros zapatos sonaron una última vez en la última escalera, dirigió su mano al mentón de su chico para asegurarse de ver qué sucedía.
Grande sorpresa cuando Taehuyng se alejó.

—H-hola alfa~ —pues ¿Había algo más que le preocupara a Jungkook? Porque se le olvidó cuando aquella delicada vocecita le reconoció.

—Ven acá cariño, déjame verte
—insistió.

La actitud que Taehuyng estaba tomando estaba provocando ansiedad en su lobo.

—¿Taehuyng? —pero este solo bajó más la cabeza —ven acá —y ya no era una petición, sino una orden.

Kim avanzó el pasito que había retrocedido anteriormente hacia el alfa.
La mano del mismo volvió a acariciar su mentón y esta vez no se lo impidió.

—¡¿Pero qué...?! —la rabia acrecentándose en su pecho —¡¿Qué te sucedió?! —y la exasperación también aumentó cuando los ojitos llorosos de su Omega le miraron
—Taehyung, ¿Qué ha pasado? —pero es que el chico parecía en shock —bien, vamos adentro para hablar.

Jaló el delgado brazo del Omega hasta introducirlo detrás de las puertas de madera y lo arrastró hasta su habitación, solo por si quería escapar como de costumbre.

Una vez las puertas selladas con ambos chicos dentro, Jeon sentó a Taehuyng en la cama y se hincó delante de el tembloroso cuerpo canela.

—Amor~ mírame —casi imploró el alfa.

Taehuyng obedeció.

—Eso es, ahora dime ¿Qué pasó?

—Y-yo, es que y-yo...

—Tranquilo, respira y cálmate
—sentenció y cuando lo sintió más calmado, continuó —ahora sí, habla.

—Fuí por m-mis cosas a m-mi casa como habíamos quedado...

—Ajá~ —incitó a continuar.

—En-entonces Jung me dejó avanzar y y-yo —la duda de contarle la verdad o no le carcomía, pero al final le ganó —y yo me caí antes de entrar.

Su mirada se despegó de la chocolatada del alfa y sollozó una vez más.
¡Dioses! Cuánto quería decirle a Jungkook la verdad.
Cuánto quería que lo protegiera y le ayudara.

Quizás por el vínculo y sus pensamientos fue que Jeon dudó.

—¿Estás seguro de que eso fue lo que pasó? —trémulo, Taehuyng asintió
—mírame a la cara cuando te hablo cariño —medio exigió medio suplicó, obligándose a calmarse.

Taehuyng lo miró, pero no con la cabeza elevada, si no que solo su mirada se conectó mientras su mentón apuntaba al piso: dándole un aire sumiso y obediente.

—Bebé, dime la verdad.

—... —silencio.

—Si tú no me dices me veré obligado a preguntarle a Jung —confesó seguro el alfa —y créeme que no será agradable enterarme de malas noticias sobre ti de otra persona.

La mirada de Jeon podía decir lo seguro que estaba de conseguir la verdad a cualquier costo, así que Taehuyng tembló aún más en su lugar cuando lo vió levantarse y dirigirse a la puerta a pasos firmes.

Las piernas no le respondían, la voz atorada en su garganta y su lobo aullando desesperado por dar una respuesta a su alfa, el sudor recorriendo su piel... ¡Lunas! Cómo hubiera deseado detenerlo y decirle la verdad ahí mismo, pero fue demasiado tarde cuando la puerta se cerró y lo único que quedó dentro fue el sonido de sus sollozos.

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«ZT»

Una disculpa por la tardanza.
Gracias por el apoyo lector, es muy grato saber que lo disfrutes.
Sin más, espero hayas disfrutado y me apoyes con una estrellita... ¡Lindo día!

Mi perfecto OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora