Cuatro

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La tarde pasó volando en aquel callejón.

Jungkook y Taehuyng estaban tan cómodos con la presencia del otro que fue imposible separarlos, lo de menos fue estar en el piso a un lado del basurero o siquiera tener a toda la guardia a unos metros de ellos, lo único que parecía relevante en ese entonces era que estaban juntos.

—¿Jungkook? Disculpeme que los interrumpa pero ¿Qué hago con el Omega pelirosa? —Yoongi irrumpió por fin en escena al saber que no saldrían en un buen tiempo.

Inmediatamente después de que Min terminó de hablar, como si fuese una alarma su voz Taehuyng levantó la cabeza del hueco entre el cuello del alfa en el piso, miró al peliplata enfrente de ellos con la cara hecha un tomate y se levantó de las piernas de Jeon.

Trató de retroceder como si el toque en su espalda de hace un momento quemara, tropezando en el proceso de alejarse y quedando hecho ovillo en la pared contraria al alfa castaño.

Dicha acción provocó que un gruñido saliera del pecho de Jungkook y este mismo se levantó por acto reflejo en dirección al Omega.

—n-no... —la delicada voz de Kim salió como un susurro y se hizo más pequeño aún, alejándose de la mano del alfa y arrastrándose hacia atrás para evitarlo.

La cara de terror en Taehuyng era desconcertante, quien pasase por ahí y viera su carita diría que definitivamente Jeon lo estaba lastimando, pero la realidad era otra: Taehuyng vivía con miedo... O al menos su Omega, quien estaba controlando su ser en esos momentos.

El lobo de Taehuyng bajó la cabeza sumiso y obediente al acto de su portador y el alfa de Jeon quedó pasmado, ¿Por qué su Omega evitaba su toque? El hecho lo molestaba tanto que quería aullar de cólera, pero no fue hasta que reaccionó que su comandante estaba ahí cuando pensó lo peor ¿Por qué Min tenía que interrumpir? ¡Era su culpa que su sol estuviera asustado!

—*Grr* —un gruñido de advertencia salió de la garganta de Jeon y se fue levantando lentamente, creando la ilusión de una altura el doble de la real y el triple de lo intimidante.

Yoongi abrió los ojos atónito ante la reacción del alfa y retrocedió preso del miedo por ser atacado.

—Jeon —la voz del peliplata era firme, contrario a lo que sentía en ese momento.

—Tú. —la única palabra que logró salir de Jungkook y lo suficiente para saber lo que sucedía.
Estaba siendo gobernado por su lobo y, a su vez, su lobo estaba siendo gobernado por los sentimientos de desprecio de su Omega.

El lobo de Taehuyng levantó las orejas atento al escuchar la voz de su alfa y se sacudió nervioso por el aura de amenaza en el lugar.
Kim sentía que comenzaba a hiperventilar y la actitud de su lobo no ayudaba en nada. La fuerza con la que Taehuyng trataba de retomar el control en su cuerpo se esfumó, dejando así que el control total fuera una vez más tomado por su otra mitad.

—¡Alfa! —salió el llamado más chillante de lo normal debido a que era el Omega quien hablaba y los ojos azules brillantes respaldaron lo pensado.

Jeon se giró obediente a su Omega y sus ojos dorados centellearon. Lo había reconocido.

—Omega...

El pequeño Omega y Taehuyng eran polos similares, pero el único problema era que Tool solía ser más...Omega que Tae ¿Se entiende?

Tool bajó la cabeza al piso dejando su cuello canela a la vista del alfa y se hincó en el piso con las manos escondidas detrás de su espalda.

Tan sumiso.

Jungkook no dudó en ir corriendo hacia su Omega y lo levantó como un pedazo de papel entre sus brazos, con las piernas del chico enroscadas a sus caderas y las manos del mismo sosteniéndose de su cuello mientras él aspiraba el aroma del pequeño.
Miel, canela y frambuesa.

Mi perfecto OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora