Capítulo 18.

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2 años después.

- ¡Damas y Caballeros! ¡Abróchense los cinturones y reciban con fuertes aplausos a nuestro luchador de visita...Tom Rickard! -anunció el anunciador en un gran altavoz. Mi contrincante Tom Rickard entro unos segundos después de ser anunciado, inmediatamente se comenzaron a escuchar algunos abucheos. Sonreí al saber que mi publico siempre abucheaba a los que me enfrentaban.
Me preparé golpeando algunas veces el aire para calentar los músculos de mis brazos. En unos segundos Mark entro por la puerta trasera de mi pequeño camerino.

- ¿Lista? -preguntó.

- Siempre estoy lista -contesté sonriendo.

Se escucharon algunos gritos para después escuchar la gruesa voz del anunciador.

- ¡Reciban de pie a la Reyna de las peleas! ¡Si te atreves a molestarla debes saber que ella se vuelve loca! -gritó.

Sentí como me golpeaban. Antes de cada pelea unos hombres me golpeaban con algunos látigos y unos palos. Lo hacían para molestarme, así podrá ganar la pelea. Uno me golpeo el trasero y suspire molesta.

- ¡Perrie Edwards! -anunció.

Mi mandíbula se tensó y mordí mi labio inferior tan fuerte que comencé a sentir un sabor a metal indicándome que la sangre comenzaba a salir. Entre por la gran puerta de metal hasta la arena. Corrí hasta llegar al circulo, no podía esperar más tiempo teniendo un ataque.
Mire a Tom, este tenía una expresión de completo miedo. Sonreí y me acerque a el para patearle la entrepierna. Una vez que estuvo en el suelo le patee la cara y la levante para golpearla con un duro puñetazo. Comencé a tirar de su cabello con mis manos hasta dejarle algunos puntos vacíos.
Sentí una soga en mi cintura que me alejaba de Tom. Me gire con el ceño fruncido hacia el hombre que me tenía atada. Tome la soga por mis manos y la rompí en dos. Alguien me golpeo la cabeza haciéndome caer al suelo. Intente levantarme pero un cuerpo estaba sentado sobre mi mientras golpeaba mi cara, alcance a ver que era Tom completamente molesto. Comencé a reír mientras sentía la sangre salir de mi boca, fue en ese momento cuando tome la oportunidad de que Tom estaba distraído y escupí la sangre de mi boca en la cara del castaño. El se alejó intentando sacar la sangre de sus ojos, supuse que le ardía. Me levante, fui hasta el y le patee la pierna. Supuse que se la rompí, ya que escuche un crujido y después el lanzó un gemido de dolor.
El mediador comenzó a contar hasta diez, y Tom seguía en el suelo. Llego al diez y levanto mi brazo izquierdo en señal de victoria. Sonreí por los gritos y aplausos.

(...)

El Jefe estaba entregándome mi ganancia de la noche, y con ella estaba de regalo una botella del mejor vodka y unos cuantos cigarros hechos a mano. Le agradecí y salí de su oficina dirigiéndome hacia mi pequeña casa.
Había construido una pequeña casa por el lago, para estar cerca del trabajo y par estar lejos de la civilización. Tenía que caminar unos cuantos minutos por un sendero de árboles para llegar. La luna estaba sobre mi, me servia para iluminarme el camino. Mis pasos se escuchaban entre el gran silencio del bosque. Al llegar a la casa que comparto con Mark toque tres veces seguido de tocar cuatro veces más, esa era la señal de que era yo. Mark me abrió mientras bostezaba. Sonreí y entre.
Deje la botella sobre la mesa de la cocina y guarde los cigarros en el bolsillo de mi pantalón. Al voltearme Mark no estaba. Supuse que se fue a dormir, así que camine hasta la sala para ver una película. Mientras encendía la televisión escuche como alguien se aclaraba la garganta.

- Ha pasado tanto tiempo, Pezz -una voz hizo eco en la habitación.

Me voltee lo más rápido que pude encontrándome con unos ojos oscuros mirándome.

- ¿Leigh-Anne? ¡Dios mío! -me acerque a ella para abrazarla.

Ella me abrazo de la misma forma mientras dejaba un beso en mi frente.

Madhouse | Jerrie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora