Madhouse | Jerrie.

Capítulo 20.

Caí al suelo y sus brazos seguían alrededor de mi cintura. Respire hondo y después suspire. Cerré los ojos y después los abrí lentamente. Mire hacia abajo y sus delgados pero perfectos brazos me sujetaban delicadamente.
No quería estar en otro lugar que no sean sus brazos. Me sentía incompleta antes de sentirla tan cerca. Solo quiero quedarme así toda la vida. Con ella a mi lado nada más importa. Pero dolía al mismo tiempo, por que sabia que ella no era mía como lo fue hace unos años.

- Suéltame -le pedí mientras me intentaba levantar pero ella no me dejo ir.

- No puedo -dijo mientras apoyaba su cabeza en mi espalda- Tengo miedo de que te lastimes.

Intente hablar pero el nudo en mi garganta me lo impedía. Cerré los ojos y unas cuantas lagrimas cayeron por mis mejillas.
Pasaron unos segundos y sus brazos me soltaron, cuando mire hacia atrás Sam tenía los brazos de Jade entre sus manos. Ella no aparto su mirada de mi, y yo no aparte la mía de la de ella. Sus ojos. Esos ojos transmitían miedo, cariño, y una extraña pizca de lujuria.

- Será mejor que te vayas -dijo Sam- El viejo se fue corriendo cuando te calmaste, quizás vuelva con más hombres. Vete.

Ni siquiera lo mire. Solo asentí mientras miraba hacia la nada.

- ¿Donde vives? -me pregunto Jade.

- En una pequeña casa cerca del lago -le conteste sin mirarla.

- Te acompañaré -dijo mientras tomaba su bolso y se dirigía a la puerta.

- No quiero que me acompañes -dije fríamente.

- Déjame hacerlo -suplico mientras me miraba con esos grandes ojos chocolate.

- Mejor ve con tu novio, con lo débil que es hasta el viento podría lastimarlo -dije burlonamente mientras sonreía- Mejor quédate y cuídalo.

- Te recuerdo que provoque que te desmayes, preciosa -dijo Sam mientras me miraba el cuerpo. Que asco.

- Y yo te recuerdo que estaba distraída -dije mientras miraba a Jade de reojo- Si no lo hubiera estado estarías en el hospital en este momento llorando por que tu bigote de adolescente en desarrollo se mancho con sangre.

Sam estaba apunto de acercarse a mi pero Jade se puso en medio de nosotros dos. El era más alto que yo, pero no tenía problema.

- ¿Quieres volver a repetirlo? -me pregunto Sam desafiante- No me da miedo pegarle a una mujer.

- Fuiste criado por animales entonces -dije con la mirada fría. Este tipo me caía muy mal, de solo ver que estaba cerca de Jade me daban ganas de arrancarle la quijada.

- Mira maldita rubia d- -Jade lo interrumpió.

- ¡Basta! Dejen de pelear -dijo Jade con poca paciencia- Espérame en el hotel Sam, llevare a Perrie a su casa.

Sam solo me miro con la mirada llena de fuego mientras salía de la oficina. ¿Donde se lo consiguió Jade? ¿En la tienda de mascotas? Ella merece alguien mucho mejor, alguien que la respete y la trate como la dama que es.

- Bueno, vamos -dijo mientras me regalaba una pequeña sonrisa de lado.

- ¿No me escuchaste? No quiero que me acompañes -le dije mientras caminaba hasta la puerta y salía por ella. Quería abrazarla y besarla pero no podía hacerlo, por que ella ya no era mía.

Camine unos segundos sola por el pasillo hasta que sentí como unos pasos corrían a mis espaldas, y cuando me di cuenta ya la tenía a mi lado caminando.
No hable, y ella tampoco hablo. Solo caminamos en silencio, y fue extraño sentir que ese silencio fue cómodo. De reojo podía ver como ella aveces se quedaba mirando mi cara. No dejaba de preguntarme internamente si ella sigue sintiendo lo mismo, por que aunque paso tiempo, yo sigo sintiéndome de la misma manera cuando la tengo cerca.
Llegamos a la puerta principal. Al salir pude notar como ella se dirigía a su auto, supuse que quería que la siguiera pero seguí caminando hasta entrar al bosque. Escuche como ella lanzó un suspiro y corrió hasta llegar a mi lado otra vez. Solo que esta vez ella estaba más cerca que antes, supuse que era por que le tenía miedo al bosque de noche.
Caminamos por un rato en silencio hasta que decidí romperlo. No entendí por que me sentía nerviosa, quizás era por que estábamos solas de nuevo.