Mi barbilla me dolía al igual que mi cabeza. Me levante del frío piso y comencé a toser. Mire a mi alrededor y estaba en mi habitación. No entendía que pasaba, hasta que vi un cuerpo idéntico al mío tirado en el piso al lado de una mancha de sangre en la pared. Cerré los ojos y desvíe la mirada, no podía ni siquiera mirar mi propio cadaver.
Comencé a acercarme, pero la puerta abriéndose de golpe me interrumpió. Era Jade, y estaba junto a Jesy y Leigh-Anne.
Todo paso tan lento. Leigh gritaba mientras lloraba, Jesy cayó al piso llorando, y Jade, bueno, Jade solo se acercó a abrazarme mientras me decía que abra los ojos. Sentí la culpa caer sobre mis hombros, no había sido la mejor idea que había tomado pero era mi única salida. La habitación entera se lleno de sollozos y lamentos. Me acerque a Jesy que estaba siendo abrazada por Leigh-Anne y me agache para quedar a su altura, ya que seguía de rodillas en el piso. Solo coloque mi mano en su hombro, no sabia si podía sentirme, pero espero que sepa que le estaba dando las gracias por todo.
Me asuste cuando Jesy se levanto corriendo hacia un lado. Tomo a Jade en sus brazos, ya que al parecer ella había puesto la pistola en su cabeza y estaba apunto de presionar el gatillo.- ¡SUÉLTAME! -grito Jade mientras Leigh-Anne le arrebataba la pistola y la tomaba entre sus manos- ¡QUIERO ESTAR A SU LADO MALDITA SEA!
- ¡Matándote no hará que vuelva! -le grito Jesy.
Su voz era rasposa por su llanto. Después de unos minutos entre los brazos de Jesy, Jade se calmo relajando su cuerpo y arrodillándose en el piso. Las tres lloraban, mientras que yo estaba a su lado y ellas no lo sabían.
- ¿Por qué nos dejo? -pregunto Jade mientras miraba hacia el piso.
- Supongo que el dolor de saber que nunca te podría tener la consumió -contesto Leigh-Anne mientras tomaba la mano de Jade.
Unos paramédicos entraron a la habitación tomando mi cuerpo. Lo ultimo que pude ver de mi fue mi cara sin ninguna expresión alguna. Cerré los ojos y me toque el cabello. No sabia que mi partida podía ocasionar tanto dolor. Todos salieron de la habitación, yo intente pasar pero la puerta pero por alguna razón no podía hacerlo. Se me hacia imposible pasar por la puerta, así que solo me quede y me senté en la cama con las piernas cruzadas.
No me arrepentía de haber dicho adiós, de lo único que me arrepentía era de no haberle robado un ultimo beso a Jade.
Estuve como una hora recorriendo la habitación con la mirada, incluso me acerque a la ventana para mirar como unas cuantas personas llegaban. Me preguntaba que era lo que pasaba, ya que todos traían flores y venían vestidos de negro. El sonido de la puerta abriéndose me asusto y voltee. Me encontré con mi princesa de ojos color chocolate, solo que ahora el color chocolate tenía una pizca de color rojo. Su cuerpo estaba decorado por un vestido negro que la hacia ver tan hermosa. Ella se acercó a la cama, se sentó y acaricio la sabana. Salto al darse cuenta que había algo sobre el colchón y lo tomo entre sus manos.
Era mi carta. Ella no había leído mi carta, y lo estaba haciendo ahora.
Las lagrimas comenzaron a caer por sus delicadas mejillas mientras su mano cubría su boca. Yo solo me acerque a su lado y descanse mi barbilla en su hombro leyendo junto a ella. Escuche un sollozo escaparse de su boca, así que bese su hombro mientras abrazaba su espalda. Podría jurar que Jade leyó la carta unas cuatro veces y en todas esas veces ella lloraba cada vez más y más.- No quiero decirte adiós -dijo con la voz un poco rasposa- Quiero tenerte aquí a mi lado.
Rodee su cintura con mis brazos mientras descansaba mi frente en su hombro.
- Estés en donde estés quiero que nunca me dejes. No puedo vivir sin ti, y es tan duro el simple hecho de pensar que no pude volver a besar tus labios otra vez -la voz de Jade se corto, y aclaró la garganta- Se que serás un ángel, por que tu no eres una mala persona. Eres de esas personas que se merecen el mundo, pero el mundo no se las merece a ellas. Te juro que hubiera preferido sufrir yo a que sufras tu, por que tu no mereces sufrir, Perrie. Mereces ser...tu mereces ser amada.
La abrace más fuerte, aunque ella no podía sentirme.
- Soy una idiota, por que perdí al amor de mi vida y no puedo hacer nada para que vuelvas -dijo mientras suspiraba- No volveré a lastimarme, por que te lo prometo. Y con el simple hecho de se ser una promesa contigo la hace verdadera. Cumpliré con esta promesa, si tu me prometes algo, Perrie.
Fruncí el ceño mientras la miraba.
- Prométeme que esperas por mi, por que yo lo haré por ti -Jade miro hacia arriba y reí, ya que se veía graciosa y tierna- ¿Lo prometes?
- Lo prometo -le dije mientras dibujaba una cruz sobre mi corazón.
La puerta se abrió lentamente, dándole la bienvenida a la imagen de un Harry con los ojos rojos.
- Esta por comenzar el funeral, Jade -aviso mientras limpiaba unas lagrimas con uno de sus largos dedos.
Jade negó con la cabeza mientras cerraba los ojos fuertemente.
- ¿Por qué ella sufrió tanto? -pregunto mientras acariciaba la cama- ¿Por qué justamente ella? Hay tantas personas malas en el mundo y todo bueno les pasa, cuando personas como Perrie son tan buenas, y siempre se llevan la peor parte.
Harry solo sonrió ligeramente de lado, y se acercó hasta sentarse en la cama para después abrazar a Jade por los hombros.
- Este mundo es tan cruel, pequeña, ya que siempre las personas más increíbles son las que se llevan la peor parte -contesto mientras le besaba la frente a Jade y la abrazaba.
Jade lloro en los hombros de Harry, hasta que su cuerpo se quedo sin más lágrimas. Ambos se levantaron y caminaron hacia la puerta. Antes de salir, Jade le dio una ultima mirada a la habitación y a mi sin que ella lo sepa.
- Estoy seguro que ella esperara por ti -le susurro Harry en el oído.
Jade solo sonrió sobre sus lagrimas, ya que sabia que yo cumpliría con mi promesa.
- Y yo esperare por ella, Harry.
Y así fue. Espere por Jade durante cuarenta años, y ella espero por mi, hasta que ella enfermo terriblemente.
Ahora Jade se encontraba sobre la cama de un hospital con unos monitores que la ayudaban con su problema en el corazón. Yo estaba sentada en la cama a su lado, ya que le prometí que nunca la dejaría sola.
No me arrepiento de haber muerto, de lo que me arrepiento es de haber dicho tantas veces que estaba bien cuando no lo estaba. El orgullo que sentía por Jade era increíble, ella no se había lastimado por que me lo había prometido y apreciaba mucho que cumpliera con su promesa.
Todos me decían que era una loca, y que nunca iba a tener solución alguna. Quizás tenían razón, yo estaba loca y me encantaba estarlo. Es triste como ahora con ser diferente ya te etiquetan como alguien loco, cuando en realidad solo eres especial.
Escuche como la maquina dejo de latir, y mire a Jade. Ella ya no estaba en este mundo, una lágrima cayó por mi mejilla y a los segundos sentí una mano en mi hombro. Levante la mirada y me encontré con los ojos color chocolate que tanto me gustaban.- Hola, Jazmín -le dije mientras sonreía.
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No tenía planeado hacer un epílogo, pero como todas me lo comenzaron a pedir pues se los di.
Espero les guste, y ahora si, oficialmente he acabado mi primer fic.
Muchas gracias por leer esta nada normal historia.
- Jessi.
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Madhouse | Jerrie.
Fanfiction❝Seremos locas psicópatas juntas.❞ Perrie Edwards es internada en el manicomio por su enfermedad de bipolaridad, sigue su vida normal en dicho lugar pero de la nada aparece Jade Thirlwall, una chica que es suicida. Ella y sólo ella logrará calmar a...