Capítulo 2.

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Estaba totalmente aterrada. Corrí hasta llegar al consultorio de Jesy. Ni siquiera toqué la puerta, sólo entre. Jesy, al verme con Jade en mis brazos llena de sangre sus ojos se abrieron como platos. Me indico que la deje sobre la pequeña cama que tenía, ella la curaría. Yo me quede ahí, parada y helada sin poder hacer nada. Sólo podía ver como Jesy curaba las heridas de Jade, al parecer fueron muy profundas pues Jesy necesito coserlas. Al terminar de coserlas y limpiarlas, Jesy comenzó a vendar las muñecas de Jade. «con que para eso eran las vendas» pensé.

- ¿Cómo pasó esto? -pregunto Jesy- Te dije que le mostraras el edificio, no que la dejaras suicidarse.

- Yo no la deje -me defendí- Cuando salí al pasillo ella ya no estaba. La estuve buscando y no tuve éxito, hasta que encontré a Liam y le pregunte si la vio, me dijo que vio que la vio ir al comedor, fui corriendo hasta el comedor y me la encontré en la cocina llorando con un cuchillo a un lado. Sólo la vi y entré en pánico, quería salvarla, debía salvarla, pero...no sabía como, por esa razón vine contigo.

- Esta bien -Jesy tomo mis manos- Lo importante es que ya esta bien.

- Tienes razón -le sonreí- ¿Cuándo despertara?

- En un rato -Jesy se dirigió a la puerta- Me informaron que un paciente de la habitación 234 esta enfermo, iré a verlo. Quédate con Jade para que cuando despierte no se asuste.

- Esta bien -dije sonriendo- No te preocupes.

Jesy se fue. Yo me quede sola con Jade. Acerque una silla al lado de la cama para poder estar cerca de ella. La mire, sin duda era hermosa. Labios gruesos, cejas delgadas y bien formadas, piel morena, nariz delgada, sus pestañas curveadas. Con una mano toqué su mejilla, era tan suave, trace con mi dedo el puente de su nariz, me detuve al darme cuenta que se movió, pero no despertó, sólo se acomodó en la pequeña cama.

- Quiero saber más de ti -le dije a Jade, sabiendo que no contestaría- Me gustaría descubrir tu historia y ayudarte a superarla. Quiero descubrir la razón por la que lastimas tu piel. Se que apenas te conozco, pero me gustaría superar contigo esta batalla en la que estas encerrada.

Me detuve al ver unos hermosos ojos chocolate abrirse. Apenas Jade me vio una sonrisa se asomó por sus labios.

«¿Me habrá escuchado?» pensé.

Jade dejo de mirarme y comenzó a ver la habitación, después vio sus muñecas y ahí fue cuando entro en pánico.

- ¡¿Dónde estoy?! -grito- ¡¿Qué paso?!

- Tranquila, Jade -le tape su boca con mi mano.

- ¿Por qué tu camisa tiene sangre? -pregunto Jade con tono miedoso.

- Es tu sangre -le explique- Fue por tus cortadas.

- ¿Cor-cortadas? -pregunto tartamudeando- ¿Qué hice?

- Intentaste suicidarte hace un raro, te encontré y te traje hasta Jesy, ella te curó las cortadas.

- Otra vez...-susurro Jade.

- ¿Otra vez? -dije incrédula- Jade, ¿ya lo habías intentado antes?

- No tengo que darte respuestas -dijo Jade- Apenas te conozco.

-Lo se -le dije- Yo también apenas te conozco y ayude a salvarte la vida.

- Ni siquiera somos amigas -me miro con el ceño fruncido.

- ¿Y si lo comenzamos a ser? -pregunte sonriendo.

- No lo se...-me miro con cara divertida- No soy amiga de las personas de ojos azules.

- ¿Puedo saber la razón? -pregunte apoyando mis codos en la cama.

- Porque me encantan los ojos azules. -me confeso- Y me pierdo fácilmente en ellos. Así que si me hablas y no te contesto ya sabes la razón.

- Seremos buenas amigas -le dije riendo.

Alguien toco la puerta. Conteste con un "Adelante" y la persona abrió la puerta. Era Jesy.

- ¡Jade! -dijo Jesy- Que bien que ya despertaste. ¿Cómo te sientes?

- Me duelen las muñecas -dijo Jade tocando sus heridas- Pero fuera de eso, estoy bien.

Después de estar en el consultorio de Jesy un rato ella me dijo que llevara a Jade a su habitación pues tenía que descansar. Ayude a Jade a caminar pues estaba algo débil porque perdió mucha sangre. Me dijo que su habitación era la 426, camina con ella tomándola del brazo, hasta que ella sugirió que se suba a mi espalda, acepte. Ahora estaba subiendo el elevador con ella en la espalda, la verdad es que no pesaba, estaba muy delgada. Llegamos al piso indicado y seguí caminando hasta llegar a la puerta de la habitación 426, baje a Jade de mi espalda y ella abrió la puerta con la llave que le dieron. Al parecer ya habían subido sus maletas, porque estaban a un lado del armario.

- ¿Es tu primer día? -le pregunte sentándose en la cama.

- Sí -contesto- ¿Se nota mucho?

- Nah -dije sarcástica, provocando que ella sonriera- Creo que lo mejor sería que descanses. Mañana pasare por ti, aún necesito darte ese tour.

- Esta bien -se acostó en su cama y se arropo con las mantas.

- Descansa, Jade. -dije sonriendo.

- Descansa, Perrie.

Sonreí y después me dirigí a la puerta. Miré a Jade para decirle un último adiós pero ella ya estaba durmiendo, se veía tierna.
Una vez fuera de la habitación decidí ir a mi habitación pues yo también estaba algo cansada. Habitación 510, ese era el pequeño "hogar" que yo tenía para vivir. Al llegar noté que aún tenía la camisa blanca con sangre así que me la quite y me la cambie por una para dormir. Mi cama estaba ordenada, creo que el personal de limpieza la arreglo, me metí bajo las sábanas y me acomode. No podía dormir, estaba intentando descubrir la razón por la que Jade intentó acabar con su vida. Hubo un tiempo en el que yo también me quería suicidar, porque yo simplemente no tenía a nadie conmigo, siempre estaba sola, todos los días me la pasaba pensando en mi enfermedad. Si no la tuviera mi familia estaría viva, yo tendría amigos, no estaría encerrada en este lugar, pero...gracias a ella conocí a Jesy, gracias a ella pude ver a la vida de otra forma, y lo más importante...gracias a ella conocí a Jade.

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¡Segundo capitulo!

Gracias a las que comenzaron a leerla.

No olviden comentar, porque yo amo saber que les parece el fic.

- Jessi

Madhouse | Jerrie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora