"¡Esta respirando!" "¡Esta viva!"
Los gritos de las enfermeras se escuchan a la lejanía mientras mi cabeza dolía como nunca antes. Abrí los ojos para ver en donde estaba, una sabana blanca estaba sobre mi cuerpo, y una lámpara blanca iluminaba la habitación cegando mis ojos. Intenté levantar mi mano pero mis débiles brazos no pudieron. Estaba débil. Morir y revivir no es fácil. ¿Morir y revivir? Eso no se escucha todos los días. Desafíe a la muerte, me dieron otra oportunidad, pero nada ha cambiado. Sigo siendo una loca que vive en un manicomio. Esto es extraño, aunque ya no me acostumbre a vivir con lo extraño.
La puerta se abrió dando paso a un doctor y un hombre desconocido. El musculoso hombre se acercó para mover la camilla. Al parecer me llevaba a una nueva habitación.
Las ruedas sonaban mientras eran golpeadas en el piso, me habían quitado la sabana para remplazarla con una bata azul típica de un hospital.
Una enfermera tenía mi brazo entre sus manos mientras me ajustaba el suero y vitaminas. Respire hondo, como ella me pidió, para después suspirar pesadamente, al parecer mi corazón estaba bien. La enfermera me sonrió para después abandonar la habitación y dejarme con mi propia compañía. Recosté mi cabeza en la almohada cerrando mis ojos. Con la punta de mis dedos toqué mi piel, estaba fría, mejor dicho congelada.
- ¡Aquí esta! -la puerta se abrió de golpe para mostrar a una Leigh-Anne con la sonrisa más grande que vi.
Ella se acercó y me abrazo tan fuerte que por un momento pensé que dejaría de respirar. Al soltarme note como unas lágrimas caían por su mejilla, levanté mi mano para limpiarlas. Ella sonrió.
Otros tres cuerpos se subieron a la cama aplastando mi débil cuerpo. Reí al sentir como me besaban las mejillas. Al levantarse pude notar como Jesy me miraba con el ceño fruncido.
- ¿Qué pasa? -pregunté al verla con una expresión molesta. Ella golpeo mi brazo con la palma de su mano- ¡Hey! ¿Qué hice?
- ¡Me asustaste! -contestó levemente enojada- ¿Sabes que mal la pase? Pensé que...que te perdería.
Sonreí. Extendí mis brazos al notar las lágrimas amenazando por salir de sus ojos, ella se acercó y me rodeo con sus brazos. Escondió su rostro en mi hombro, Jesy siempre quería parecer fuerte al ver que yo era débil, así yo podía acudir a ella, pero no es malo expresar tu sensibilidad de vez en cuando.
Acaricie su cabellera castaña al sentir sus leves sollozos.
- Aquí estoy. Sigo viva -dije mientras le acariciaba la espalda- Y lo seguiré estando, aunque si muero joven espero convertirme en un arcoiris para así poder brillar sobre ti y hacerte saber que estoy bien.
Jesy se separó de nuestro abrazo para mirarme, sus ojos estaban rojos por llorar. Quede atónita al mirar que Leigh-Anne, Harry y Louis estaban llorando también.
- Dejen de llorar o provocarán que yo lo haga también -dije mientras sonreía.
Todos rieron. Adoraba estos momentos en los que todo parece estar bien. Amaba a cada uno de ellos, aunque mi corazón ya estaba gobernado por Jad...¡Mierda! ¡Jade!
- ¿Dónde esta Jade? -cuestioné preocupada.
Harry miro a Jesy, esta asintió mientras se levantaba de la cama para pasar al lado de Harry que la esperaba con los brazos abiertos. Louis se acercó a la cama para sentarse a mi lado. El miedo me invadió, esperaba lo peor.
- Perrie -dijo Louis, tomo mis manos entre las suyas- No quiero que entres en pánico, ¿esta bien?
Fruncí el ceño.
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Madhouse | Jerrie.
Fanfic❝Seremos locas psicópatas juntas.❞ Perrie Edwards es internada en el manicomio por su enfermedad de bipolaridad, sigue su vida normal en dicho lugar pero de la nada aparece Jade Thirlwall, una chica que es suicida. Ella y sólo ella logrará calmar a...