06┃oxytocin

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【 CAPÍTULO SEIS 】OXITOCINA

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CAPÍTULO SEIS
OXITOCINA

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             ESA MISMA NOCHE, un coche negro aparcó frente a la entrada de Alfea. Bloom había salido, y rápidamente sus amigas habían corrido a abrazarla y a asegurarse de que se encontrara a salvo. Misteriosamente, otro coche había llegado a su lado y de éste había salido Beatrix con una expresión de dolor. Aura podía recordar perfectamente cómo Silva, que ya se encontraba recuperado al completo de la herida del Quemado, prácticamente arrastraba a la muchacha hacía el interior de Alfea. La trataban como si fuera una delincuente. Pero lo peor de toda la situación (si es que las cosas podían empeorar aún más), era que Bloom había defendido a Beatrix. Aura, Aisha, Musa y Terra se quedaron bastante sorprendidas tras sus palabras.

Para finalizar el día, como si todo lo anterior no hubiera sido suficiente, las cuatro compañeras de cuarto vieron que las cosas de Stella ya no se encontraban en la habitación que compartía con Aura. No había ni una sola pertenencia suya. Se había ido sin dejar rastro. Extrañamente, aquello le disgustó un poco a la morena. Se había acostumbrado a dormir a su lado todas las noches y, aunque no se llevaban muy bien, a veces compartían un par de conversaciones ligeramente amigables.

La ausencia de Stella en seguida fue prácticamente olvidada para Aura. En su lugar, toda su preocupación se centraba en el entrenamiento que Dowling y Silva habían impuesto a todos los alumnos. Habían emparejado a cada hada con un especialista para practicar combates al aire libre y así poder estar preparados en caso de que los Quemados atacaran el colegio. La gente estaba tan concentrada en entrenar que incluso parecía que los Quemados nunca habían llegado a existir.

Aura suspiró con cansancio por enésima vez. No soportaba tener que utilizar sus poderes (los cuales pensaba que eran completamente inútiles) más tiempo del necesario. Su pareja se entrenamiento era nada más y nada menos que Dane, que no cooperaba mucho a la hora de practicar. Además, ella aún le tenía un poco de rencor por hablar mal de Terra a sus espaldas, y eso no ayudaba en nada para su entrenamiento.

—¿Acaso sabes usar magia? —preguntó Dane sin aliento. Tenía las manos apoyadas en sus rodillas y descansaba como podía después de haberse enfrentado a otro compañero. Aura tendría que haber usado sus poderes como práctica pero, una vez más, su concentración falló.

Detestaba ser un hada espiritual.

No sólo se debía a la dificultad a la hora de canalizar su magia, sino a las oscuras emociones y frías sensaciones que llegaban a su cuerpo cuando invocaba a algún espectro o creaba una ilusión. Todo se resumía a una sola cosa: ser un hada espiritual era sombrío, deprimente y escalofriante.

—Me rindo —sentenció ella finalmente. Se remangó las mangas de su camiseta y se puso en posición de combate. Luego miró al chico de tez oscura con sus ojos entrecerrados—. Paso de este rollo mental, vamos a lo físico.

𝐏𝐇𝐀𝐍𝐓𝐀𝐒𝐌𝐀𝐆𝐎𝐑𝐈𝐂 ─ fate: the winx sagaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora