Capítulo 5

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P.O.V Vegetta

No sé cuánto tiempo ha pasado, tampoco sé dónde estoy, no veo nada y hace ya varios días que no como nada, estoy huyendo, adónde? No tengo idea, de qué estoy escapando? De todo tipo de mobs, cómo pasó esto? Fácil, cuando llegamos decidimos ponernos a picar, así podríamos tener materiales, saldríamos de la cueva donde nos encontrábamos y tendríamos posibilidades de encontrar una manera de salir de aquí, pero al parecer los dioses de Karmaland nos había preparado una sorpresa nada más al llegar, según picamos había como una especie de coliseo con toda clase de monstruos frente a nosotros esperando nuestra llegada y nosotros sin saber caímos justo en la trampa. ¿Sabemos pelear? Sí, y no es por ser egocéntricos pero antes de que nos expulsaran éramos los mejores guerreros que habían en el pueblo, pero luchar en el inframundo era muy distinto que hacerlo en la tierra, empezando por el hecho de que hacía mucho calor y por consecuencia nos cansamos más rápido, no conforme con eso hay lava y fuego por todas partes así que también debemos cuidarnos de ese factor y por si no fuera poco encima los monstruos eran a prueba de fuego o tenían poderes de fuego. Sí, éramos buenos luchando, pero tampoco hacíamos milagros.

Venía cargando a un Luzu inconsciente, se había desmayado hace unos... no tengo idea, verán, el tiempo en el inframundo pasa más rápido que en la tierra, osea, que 5 minutos en la tierra puede ser hasta 1 año aquí, pero me estaba preocupando mucho que siga dormido después de mucho tiempo, pero tampoco tuve tiempo de revisarlo porque segundos más tarde de que se perdiera nos empezaron a atacar, era lógico que no lo iba a dejar sólo e indefenso, así que lo tome entre brazos y salí corriendo del pequeño escondite en una grieta de alguna pared que habíamos encontrado. Escuchaba a los monstruos detrás y Luzu seguía sin despertarse, me sentía muy cansado, llevábamos mucho sin comer ni dormir a gusto, no sé cuanto más aguantaría en este estado pero debía intentar seguir luchando por él, no era sólo mi vida de la que dependía y no dejaría que le hicieran nada a mi Borja.

Con ese último pensamiento reuní fuerzas suficientes para seguir corriendo pegado a las paredes por si encontraba otra grieta que nos sirviera como refugio aunque sea por un breve tiempo y teniendo por primera vez suerte en mi vida a unos metros más adelante logré identificar mi objetivo, sin pensarlo mucho me dirigí allí lo más silencioso posible y una vez hube llegado me dediqué a atenderlo

   - Luzu, por favor despierta, no me dejes solo - le rogué - tú no

P.O.V Lexosi

Me encontraba encima de mi caballo con Arsilex delante mío dormido mientras yo le abrazaba para que no se cayera, era de noche y el cielo estaba despejado así que se podían ver las estrellas y la Luna brillar encima de nosotros, estábamos pasando por un claro e impresionantemente estaba despejado de monstruos por lo tanto íbamos tranquilos, Herny y Jesús iban delante de nosotros cada quien en su caballo e ignorando todo lo que pasaba fuera de la burbuja que ellos se habían creado. Mi alcalde tenía su cabeza reposada en mi hombro y sus ojitos estaban cerrados, se veía tan tranquilo y tan hermoso durmiendo, su rubia cabellera estaba un poco despeinada por la situación pero inclusive así se veía demasiado perfecto, por la comisura de sus labios salía un hilillo de baba y en vez de ser asqueroso se veía demasiado tierno y cómodo, estaba hecho bolita y traía una chamarra mía a modo de cobija ya que hacía frío y por momentos temblaba no quería que sufriera frío, se podía enfermar y luego tendría que soportar los síntomas de lo que padezca, yo tenía recargada mi cabeza en la suya con su sedoso cabello haciéndome cosquillas en mi piel, amaba estar así con él, me embriagaba con su aroma el cual ahora estaba mezclado con la naturaleza, me encantaba sentirlo cerca y poder observar cada uno de los detalles que hay en él, sí, estaba enamorado de él de sus ojos, de su pelo, su cuerpo, su personalidad, risa y timbre de voz, estoy colado por él y desde hace ya bastante tiempo lo he estado, pero no quería perder su amistad por alguna confusión entre nosotros, así estaba bien, no hacía falta declararme y arriesgarme a perderlo, mientras estuviera cerca de él era suficiente para mí.

   - Está hermosa la noche no? - preguntó el alcalde espantandome

   - Joder Arsilex! - puse una mano en mi pecho - Creí que estabas dormido! - escuché su pequeña risa

   - Lo siento tomatito - me dijo con una sonrisa en su bello rostro y yo correspondí el gesto

   - Sí, está hermosa la noche, pero más hermoso estás tú alcalde - le dije con honestidad mientras le sonreía de forma coqueta

   - De verdad Lexosi, nunca cambias hombre - me dijo a la vez que giraba su rostro, pero eso no evitó que lograra ver el pequeño sonrojo que se instalaba en sus mejillas

   - Acaso quieres que cambie Arsi? - le pregunté. De verdad estoy disfrutando esto

   - Hombre, claro que no...así me gustas - dijo algo al final pero fue tan bajo que no lo llegué a escuchar - cuánto falta para que lleguemos tomate?

   - No lo sé, espero que ya no mucho, estoy cansado de viajar - suspiré

   - Tío, que han pasado 84 años - hizo un pequeño puchero con sus labios logrando verse demasiado lindo

   - Lo sé, si quieres vuelve a dormir, cualquier cosa yo te...Ey! - Herny y Jesús se habían detenido y yo al venir hablando con aquella persona que robó mi corazón no me había dado cuenta, por ende, sin quererlo chocamos contra ellos

   - Chicos, mirad - dijo Herny embobado viendo el pueblo que estaba frente a nosotros

   - Hemos llegado a Karmaland - continúo Jesús - vengan, debemos encontrar a Vegetta.

Cuando la paciencia lastima (Karmaland AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora