Capítulo 11

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P.O.V Arsilex

Entré a la que solía ser la casa de Vegetta cuando vivía con nosotros y me dirigí a su habitación. No había cambiado mucho a excepción porque había un poco de polvo en ciertos lugares pero en realidad la habíamos mantenido bastante limpia esperando el momento en el que él regresara y aunque eso nunca hubiera pasado nosotros habíamos mantenido esa esperanza de volver a verlo pronto.

Presencié una horrible imagen que me dejó frío, con las manos temblorosas y con la sensación de que alguien había apretado mi corazón después de haberlo apuñalado muchas veces con una aguja; Herny estaba a un lado de la cama en la recámara mirando fijamente el cuerpo de Jesús que estaba ahí tendido sin moverse como lo había estado haciendo desde hace ya 1 semana y media.

Cuando regresamos de la pelea con los héroes de Karmaland el primero en reaccionar fue Herny y lo más rápido que pudo tomó a Jesús y lo llevó a la recámara con nosotros detrás y él dándonos órdenes. Nunca habíamos tenido médico en Wakanda y es por eso que tanto Elyas como Vegetta se habían encargado de que supiéramos cómo curar todo tipo de heridas conscientes de que lo necesitaríamos, pero en ese momento, no pude reaccionar, estaba demasiado consternado por todo lo que había pasado en tan poco tiempo y en lugar de ayudar en ese momento tan importante sólo me dediqué a estorbar, a tal grado que Herny se enojos conmigo y me dijo que me fuera. No lo culpo, entiendo que estaba estresado y preocupado por su niño pero yo sí lo hago.

Tal vez parezca absurdo pero se supone que yo soy el alcalde del poblado, yo debería haber estado ahí y haber ayudado a mis mejores amigos para curar a Jesús, y nunca lo voy a admitir delante de ellos pero la culpa me carcome de pensar que si hubiera ayudado en su momento tal vez Jesú' no estaría en la situación en la que está. Y aunque lo había intentado aún no había conseguido disculparme con Herny, desde que curó a nuestro calvo se la había pasado pegado a él en todo momento preocupado por la idea de que algo más le pasara o que despertara y él no estuviera ahí. Apenas comía y prácticamente no dormía nada, tampoco hablaba, sólo se la pasaba viéndolo y pensando o aveces sólo lloraba todo el tiempo y le susurraba que despertara porque lo necesitaba.

Me dolía esa situación porque era consciente de lo mucho que se amaban ellos dos y aunque nunca se decían nada siempre lo demostraban con acciones que el otro entendía. Formaban una pareja bonita y muy rara a la vez, pero sin duda era auténtica.

   - Herny? - no habló sólo continuó viendo al herido - heladito te traje comida - dije en voz baja, aún no podía hablarle sin sentir la culpa en mí por no haber estado con él, me sentí peor al ver que no respondía y como respuesta me acerqué a dejarle la bandeja con su comida. Cuando me iba a retirar sentí su mano detenerme y me giré para verle. Me rompió aún más verlo. Demacrado era la palabra perfecta para describirlo en ese momento, con ojeras muy profundas, los ojos tan rojos que jamás creí pudieran estar así, sus labios rotos e hinchados por guardar tantos sollozos, su cabello descuidado y su ropa desarreglada, su tez casi tan pálida como la mía y sus manos temblorosas, me dejó sin habla su apariencia, nunca lo había visto tan destrozado y sin que me dijera nada solo me abrazó y comenzó a llorar otra vez.

   - No despierta - me dijo en un susurró tan bajo que por poco no lo oí - debía de haber despertado hace ya una semana y no lo hace - me dediqué a abrazarlo más fuerte - no lo puedo perder, Arsilex no puedo, es mi niño y lo necesito, hemos pasado por tantas cosas que me niego a perderlo ahora y mucho menos por ellos - jamás había oído tanto odio en su voz hasta ese día - te juro que cómo no... iré detrás de ellos y los cazaré hasta matarlos, lo juro - me dijo mientras seguía llorando

   - Herny - le dije lo más tranquilo que pude mientras lo alejaba un poco, sentía un nudo en mi garganta y como me escocían los ojos - lo siento mucho - me miró confuso - debí ayudarte ese día y no lo hice, si algo le pasara a Jesús sería en parte mi culpa y en verdad que... - se separó abruptamente

   - No digas una palabra más - sus ojos... brillaron? Cómo los de Jesús ese día pero... los de él eran una extraña mezcla entre café y pequeños puntos blancos - no quiero volver a oír que te culpas por algo que hicieron esas personas, me oíste? - me dijo serio y por un momento sentí miedo, pero comprendí que no estaba enojado conmigo, sino con los que habían puesto a Jesú' en ese estado - fue su culpa y de nadie más así que no permitiré que termines esa frase nunca - se fue calmando y de a poco sus ojos volvieron a ser los de siempre - jamás te culparía por esto Arsi, y me disculpo por cómo reaccioné ese día, estaba con mis nervios a flor de piel y no fue justo que me desquitara contigo cuando estabas igual que yo, así que lo siento - me dijo ahora algo apenado, este chico es único

   - Calma mi helado, no pasa nada - le di una sonrisa y él hizo un intento por regresarmela, seguía muy preocupado - come algo antes de que se enfríe - asintió y lo abracé por última vez - tengo que ir a ver a Lex, pero cualquier cosa no dudes en llamarnos y aquí estaremos.

Sin más salí y me reuní con el me último mencionado y terminé de hacer las tareas con él, nos habíamos repartido los deberes de Jesús y Herny entre nosotros por obvias razones y eso abarcaba prácticamente todo nuestro día, así que cuando acabamos nos despedimos y nos fuimos a dormir cada quien en su respectiva casa.


Soñé con una habitación algo rara, las paredes parecían hechas de constelaciones y en el centro había una única cama con alguien en ella, al acercarme un poco más noté que esa persona era nuestro Vegetta pero se veía en pésimas condiciones, justo cuando le iba a tocar otras dos personas entraron a la habitación. Uno de ellos tenía colores verdes y negros, mientras que el otro tenía una capucha gris con unos pantalones negros. Venía hablando y parecía que el de capucha le recriminaba algo al otro, entonces se detuvieron frente a Veg y le hablaron. Al mismo tiempo que él despertó yo también lo hice. Sentí un alivio enorme al saber que seguía vivo, aunque algo en su miraba me inquietaba bastante, pero eso quedó en segundo plano cuando escuché a Lexosi entrar a mi casa y gritando

   - Despertó - fue todo lo que tuvo que decir para que saliera corriendo detrás suya.

Cuando la paciencia lastima (Karmaland AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora