Capítulo 21 "Pesadillas y Profecías"

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●☆●

Me desperté, él ya no estaba a mi lado pero era lo mejor ya que si nos descubrirán seguramente nos castigarian.

Salí de la habitación, ¿Que es esto?. No estaba en Hogwarts.
Que frio hace -me rodee con mis brazos- Senti el helado viento golpear mis mejillas, ¿Donde estoy?.
Podia contemplar carros y autobuses edificios de todos los tamaños, personas que iban de un lado a otro ocupándose de lo suyo.
Como la lluvia cae atrayendo melancolía, justo como me siento ahora, lo detesto.
Avance lentamente hacia adelante, miraba todo con el deseo de que cualquier cosa me diera señal de donde estaba.
Alguien llamó mi atención se movía frenéticamente entre la gente hasta finalmente sentarse en un andén. La reconocí inmediatamente, ese abrigo... ese cabello tan amarillo como los rayos del sol, pero había algo distinto, estaba triste, vi como las lágrimas cubrían su rostro rápidamente, como se hundía en la desesperanza y la desesperación.
Me avalance hacia adelante para ir hacia ella.

París. Eran las calles de París. Pero yo nunca e estado en este lugar.

- ¡¿Queenie?! ¡Queenie! ¡Hey! -gritaba a todo pulmón con la leve ilusión de que me viera en medio de todo-
- ¡No os preocupéis!, ¡Aquí estoy, estoy contigo! ¡Estoy a tu lado! -casi iba trotando me acercaba cada vez más-
- ¡Auch!

Algo me detuvo. ¿Que es esto?. No podía verlo pero choqué con algo... una barrera. Tengo mis manos extendidas hacia al frente palpando de derecha a izquierda, de arriba abajo, con tal de buscar un hueco, un filtro, lo que sea que me permita cruzar. Nada. Apreté los puños golpeando el muro. Un golpe. Dos. Tres.

- ¡DÉJENME SALIR, NECESITO IR CON ELLA! -grite de forma desgarradora-
Sacudí la cabeza. La furia, la frustración, la desesperación, el cansancio se agitaban dentro de mí.
Senti las lágrimas rodar calientes por mis mejillas. Mi corazón se estruja aún más al verla llorar.
Esta sola.
Hago de mis manos un puño. Cuarto golpe. ¿Que hago?.

Dentro de la multitud una mujer se acerca a Queenie, tenía un abrigo largo negro, y un sombrero que adornaba su cabeza. Se agachó para estar a su altura. Le hablaba, pero yo no oía nada.

- ¡HEY! -la mujer volvió su mirada hacia mí. ¿Podia verme?- ¡AVISADLE QUE ESTOY AQUÍ! -bajo su mirada y siguió hablándole-
La mujer se puso en pie y le ofreció su mano, Queenie la tomó y la siguió, dejándome ahí. Sola.

- No -murmure- ¡NO! ¡VUELVE! ¡¿A DONDE LA LLEVAS?! -apreté los puños nuevamente y golpee una y otra y otra vez el muro. De repente todo se ensombreció, se tornó lúgubre. Todo era oscuridad. Me asfixiaba.-

Todo era oscuro, tenía la sensación de flotar, no veía nada. ¿Estoy en el agua?, ¡Estoy en el agua!. No podía salir observaba hacia arriba pero se cubría con una gruesa capa de hielo. No puedo respirar. El agua se filtra en mi interior.
- ¡QUEENIE!

●☆●

🐉DRACO🐉

Senti algo que se movía sobre mi pecho, me llevé una mano a los ojos para frotarlos y ver claramente. 4: 50 de la mañana.
Marie tenia su mano empuñada con mi camisa. Su respiración estaba agitada su pecho subía y bajaba muy rápido. De sus ojos cerrados salían muchas lágrimas.

Una pesadilla.

- Marie... -le susurre moviendola suavemente-
Pero no tenía resultados.
- Marie... -insistí-
Respiraba con pesadez y dificultad apretaba mi camisa cada vez más fuerte, me asute y me acomodé mejor para despertarla.
Me senté y la tomé de los hombros levantandola cuidadosamente. De repente ella abrió los ojos y comenzó a toser fuertemente, como si se estuviera ahogando. Le ayudé a sentarse a la orilla de la cama para que se calmará.

- ¿Draco? -dijo ella-
Note temor e inseguridad en su voz
- Aquí estoy, solo fue un mal sueño -dije colocando mi mano sobre su hombro-
Ella levantó la mirada hacia mí aún tenía sus ojitos llorosos.
- Todo está bien, ¿Quieres contarme que soñaste? -dije-
La tomé de la espalda y de las piernas para levantarla y colocarla en mi regazo. La abracé como si fuera un bebé, ella recostó su cabeza en mi pecho y tomo en su puño mi camisa nuevamente. Le besé la cabeza y la atraje más hacia mí.

- Yo... -habló finalmente- yo... soñé que me ahogaba. No se donde estaba, pero no podía salir... estaba sola, -se entrecorto su voz- nadie me escuchaba. Tenia miedo. -su voz se quebró y estuvo a punto de romper en llanto-
- No estás sola -acaricié suavemente su cabello- Aquí estoy y te protegeré, no te pasará nada, Marie.

Tenia la cabeza oculta en mi pecho, como si allí se sintiera segura, como si al fin hubiese encontrado un refugio. Le tomé el mentón haciendo que me mirará, ahí estaban... esos hermosos ojos que tanto me fascinan ver.
Agaché mi rostro y levanté el suyo, sentí el roce de su nariz con la mía, la besé, suavemente, ella tomó mi rostro con sus manos profundizando más el beso.

- ¿Esto está mal? -pregunto entre mis labios-
Me separé de ella pensando un momento, de pronto vino a mí una frase que alguna vez escuché pero que hasta ahora no había tenido significado para mí:
-"Si por besarte tuviera que ir después al infierno, lo haría. Así podré después presumir a los demonios de haber estado en el paraíso sin nunca entrar". -recite, ella es mi paraíso-
Ella me miró asombrada, fascinada, encantada, en su rostro se curvo una sonrisa inocente y tierna. Tomo mi mejilla dulcemente, acariciandome, luego, me besó, con ansías, con anhelo.

🐉

Lo besé, no sabía si esto era lo correcto pero lo necesitaba, quería tenerlo cerca y olvidarme por un minuto de toda la locura que pasa en mi cabeza.
Nos separamos y nos acomodamos para volver a dormir, ya que en unas pocas horas tendríamos que ir a clase.

- Buenos días profesora Trelawney -dijo un estudiante, entrando al salón-
Tenia clase de adivinación, solo una perdida de tiempo para alguien que puede leer mentes. Quiero irme.

- Bueno vamos a leer las hojas del té, beban su té y denle la taza a su compañero -dijo Trelawney-
Todos bebieron el té e intercambiaron tazas. Mi compañero Marcus Flint me pasó su taza.
- Que estupidez -susurre- No veo nada aquí más que las sobras del té -rode los ojos colocandolos en blanco-
- ¡AH! -grito la maestra, haciendo que me estremeciera- ¿Esta taza le pertenece a ella? -pregunto Trelawney acercándose a Marcus-
La profesora tomó la taza y se acercó a mí diciendo:
- Estás preocupada, querida -me dijo tristemente- Mi ojo interior ve más allá de tu valiente rostro hacia el alma atribulada que hay dentro. Y lamento decir que tus preocupaciones no son infundadas. Veo tiempos difíciles por delante para ti, por desgracia... lo que haz visto acontecerá... a tu pérdida conducirá. -ella levantó la mirada y siguió su camino como si acabase de salir de un trance-
- ¿Disculpe?
- La clase terminó pueden salir -dijo y empezó a ocuparse en una bola de cristal-
- Perdida de tiempo... -dije con enojo y salí del salón-

EL PEQUEÑO PRÍNCIPE-DRACO MALFOY FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora