EL PEQUEÑO PRÍNCIPE-DRACO MALFOY Fanfic

Capítulo 35 "No llegaste"

Al levantarme vi mejor su rostro, era Collins quien vestía con un elegante pantalón negro y una camisa Blanca que le quedaba de maravilla.

- ¡Collins!, vaya... que sorpresa, no esperaba verte aquí -dije, ya que se supone que a esta hora los estudiantes deberían estar en sus cuartos-
- Tampoco yo... pero aquí estamos -dijo despreocupado-

Me sentí un poco avergonzada al verlo, no habíamos hablado desde que intentó atacar a Draco.

- No te veía desde... -dije sintiendo como la tensión subía a mi cara-
- Déjalo, eso quedo atrás. -dijo amablemente con su impecable sonrisa- ¿Que haces? -pregunto con curiosidad-
- Busco constelaciones. ¿Quieres acompañarme? -dije, ya que Draco no llegó, seguramente algo más se presentó con aquella chica-
- Claro -dijo y se sentó a mi lado-

Me había ubicado bajo un árbol, casi a la orilla del lago, estábamos juntos sentados en el suelo, él a mi lado, y yo con el telescópico en frente.

- ¿Cuál es tú constelación favorita? -pregunte para así poder iniciar una conversación, y aliviar la tensión que yo sentía-
- Creo que no tengo una. -admitió, mientras ponía la mano en su barbilla, como pensativo- Seré sincero no se mucho sobre Astronomía -dijo y se cruzó de brazos-
- Pues entonces, llegaste con la persona indicada. -dije muy feliz, mientras acomodaba el telescópico para poder ver alguna constelación-

Había pasado ya un tiempo; le expliqué todo lo que se de Astronomía, vimos el cinturón de Orión, Sagitario y Virgo. Me hizo preguntas, y muchos comentarios que me hicieron reír. Era gracioso y simpático, creo que lo había juzgado mal.
Luego de que se agotará de hablar del mismo tema, nos recostamos en el árbol y solo hablamos de cosas sin sentido, nos quedamos admirando el reflejo de la luna en el agua.

- Podrías dejar de verme así -exigí ya que me estaba incomodando que me mirará tanto, se supone que estábamos mirando el lago-
- ¿Cómo? -pregunto con una sonrisa socarrona-
- Justo así -señalé-

No dejaba de verme con esa expresión como si conociera todo sobre mí.
Sin pasar desapercibido, sus ojos son hermosos, aquel color verde y esa encantadora y deslumbrante sonrisa enloquecería a cualquiera. Su rostro pálido y terso, su cabello negro como el alquitrán, y a la luz de la Luna daba un aire angelical.

- Lo lamento, no puedo evitarlo, eres hermosa... -admitió, casi con timidez-

No supe cómo responder a eso, solo lo mire levantando mis cejas.

- ¡Es cierto!, eres radiante, simplemente despampanante -dijo él con fogosidad-
- Solo exageras... -dije colocando mis ojos en blanco-, puedo nombrar chicas hermosas de verdad -Me sentí extraña ante su muestra de aprecio-
- ¿Enserio?. Deja de estar solo en tú mundo. -dijo y me empujó suavemente-
- ¿De que hablas? -pregunte confundida-
- No me digas que no sabes que tienes a todo Hogwarts suspirando por ti -dijo exagerando la voz-
- Por merlín... eso no es posible. -dije con voz casi Audible- Soy muy común incluso más que la mayoría, no tengo ojos claros, mi cabello no es dorado, soy pálida eso sí. - dije enseguida enumerando las ventajas y desventajas-.

- ¿Eres idiota?... -pregunto riéndose de mí-
- ¿Porque todos son tan ofensivos? -pregunte interrumpiendolo-
- ... El físico no lo es todo, no existe la chica perfecta. -continuo él, ignorando mi pregunta por completo-
Tus rasgos peculiares son lo que te hacen notable, tu amabilidad; aquel brillo en tus ojos cuando hablas de algo que te gusta, el poder de hacer sentir especial a alguien con tan solo brindarle una sonrisa, eso que a... ¡Ti! no te agrada suele ser lo mejor de ti... solo tienes que verlo. -dijo con dulzura-

No la belleza sin sentido, eso abunda aquí y entre los Muggles.
Donde en su mayoría solo son criaturas vacías. Su superficial belleza las llena de color y textura, y hasta de misterio. Pero no hay misterio en un terreno baldío. Solo es tan significativo como te puedas engañar en creerlo. -terminó el sermón-