-Hey Marie -dijo Malfoy con una amplia sonrisa-.
-Necesito hablar contigo -dije y lo agarré del brazo apartandolo del grupo-
- Vaya... si que te mueres por estar conmigo -dijo como un suspiro acercando su rostro al mío, lo empujé hacia atrás y doble el brazo que tenía vendado- ¡Auch! ¡Sueltame me duele!
- ¿Ah si?. No te creo nada. Mentiroso. -dije ganando una mirada de odio-. Madame Pomfrey es la mejor en lo que hace, y yo estuve cuidándote, te dejé comida y se que estas bien. -afirme-
¿Que fue lo que le dijiste a Potter?- Así que no me quitaste la mirada de encima -dijo con aires de grandeza-.
- No te ilusiones. Le dijiste a Harry que lo que hiciste fue a propósito -dije con brusquedad-.
- ¿Y eso que te importa? -pregunto arrastrando las palabras-.
- Hagrid, es mi amigo
- ¿Acaso yo no? -dijo él- ¿Ahora lo prefieres más que a mí? -continuó frunciendo el ceño y con tono molesto-.
- Pues yo creo que sí. Eres un imbécil. -dije y me fui furiosa a mi siguiente clase-.♧
Estaba furiosa y Draco lo sabía perfectamente, pero aun así se sentó a mi lado al fondo del salón.
El profesor Lupin no estaba en el aula cuando llegamos a la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras.
Todos se sentaron, sacaron los libros, las plumas y los pergaminos, y estaban hablando cuando por fin llegó el profesor.
Lupin sonrió vagamente y puso su desvencijado maletín en la mesa.-Buenas tardes -dijo-. ¿Podrían, por favor; meter los libros en la mochila? La lección de hoy será práctica. Sólo necesitarán las varitas mágicas.
La clase cambió miradas de curiosidad mientras recogía los libros.
-Bien -dijo el profesor Lupin cuando todo el mundo estuvo listo-. Si tienen la
amabilidad de seguirme...
Desconcertados pero con interés, todos nos pusimos en pie y salimos del aula con el profesor Lupin. Este nos condujo a lo largo del desierto corredor. Doblamos una esquina.
Al primero que vimos fue a Peeves el poltergeist, que flotaba boca abajo en
medio del aire y tapaba con chicle el ojo de una cerradura. Peeves no levantó la mirada hasta que el profesor Lupin estuvo a medio metro. Entonces sacudió los pies de dedos retorcidos y se puso a cantar una monótona canción:—Locatis lunático Lupin, locatis lunático Lupin, locatis lunático Lupin...
Aunque casi siempre era desobediente y maleducado, Peeves solía tener algún
respeto por los profesores. Todos miramos de inmediato al profesor Lupin para ver cómo se lo tomaría. Para nuestra sorpresa, el mencionado seguía sonriendo.-Yo en tu lugar quitaría ese chicle de la cerradura, Peeves -dijo amablemente-.
El señor Filch no podrá entrar a por sus escobas.Filch era el conserje de Hogwarts, un brujo fracasado y de mal genio que estaba en guerra permanente con los alumnos y por supuesto con Peeves. Pero Peeves no prestó atención al profesor Lupin.
El profesor Lupin suspiró y sacó la varita mágica.
-Es un hechizo útil y sencillo -dijo a la clase, volviendo la cabeza-. Por favor;
esten atentos.
Alzó la varita a la altura del hombro, dijo ¡Waddiwasi! y apuntó a Peeves.
Con la fuerza de una bala, el chicle salió disparado del agujero de la cerradura y fue a taponar la fosa nasal izquierda de Peeves; éste ascendió dando vueltas como en un remolino y se alejó como un bólido, zumbando y echando maldiciones.
-¡Increíble, profesor! -dijo Dean Thomas, asombrado.
-Gracias, Dean -respondió el profesor Lupin, guardando la varita-.
¿Continuamos?Nos pusimos otra vez en marcha, mirando al desaliñado profesor Lupin con creciente respeto. Nos condujo por otro corredor y se detuvo en la puerta de la sala de profesores.
-Entren, por favor -dijo el profesor Lupin abriendo la puerta y cediendo el paso.
En la sala de profesores, una estancia larga, con paneles de madera en las paredes y llena de sillas viejas y dispares, no había nadie salvo un profesor.
Snape estaba sentado en un sillón bajo y observó a la clase mientras ésta penetraba en la sala. Los ojos le
brillaban y en la boca tenía una sonrisa desagradable. Cuando el profesor Lupin entró y cerró la puerta tras él, dijo Snape:
-Déjela abierta, Lupin. Prefiero no ser testigo de esto. -Se puso de pie y pasó
entre los alumnos. Su toga negra ondeaba a su espalda. Ya en la puerta, giró sobre sus talones y dijo-: Posiblemente no le haya avisado nadie, Lupin, pero Neville Longbottom está aquí. Yo le aconsejaría no confiarle nada difícil. A menos que la
señorita Granger le esté susurrando las instrucciones al oído.
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EL PEQUEÑO PRÍNCIPE-DRACO MALFOY Fanfic
RandomMarie Scamander es una de las brujas más poderosas de la generación, junto con sus amigos vivirá muchas aventuras emocionantes donde tendrán que tomar decisiones sobre su futuro. Fragmento. Tome su hermoso rostro entre mis manos sintiendo bajo mi t...