mi ángel guardián

capitulo: 20

MI ÁNGEL GUARDIÁN CAPÍTULO: 20

Miedo y Desesperación

El mismo día en que Kagome le dio la noticia a Sesshomaru de que sería padre, se hizo una cena especial para que todos festejasen la buena nueva. Para asombro de todos, quien irradiaba felicidad por cada poro, además de los futuros padres, era Irasue. No es que pensasen que la noticia no le agradaría, sino que, no era muy demostrativa, y verla ahí organizando toda la celebración y charlando durante la cena sobre los posibles nombres, la preparación de las habitaciones, las cosas que necesitarían Kagome y el o los cachorros resultaba sumamente extraño, sobre todo para el Lord del Oeste, quien veía a su madre como si fuese la primera vez que la conoce.

Pasada la cena y unos momentos de platica con Inuyasha, Miroku y Sango, Kagome y Sesshomaru se retiraron a su habitación, no sin pasar antes checando a los pequeños, Shipo y Rin. Sesshomaru observaba desde el marco de la puerta, como Kagome arropaba a los pequeños, y sonrió, sin duda ella sería una buena madre; mas sin embargo, el estaba inseguro, no es que no quisiese al hijo de ambos que venía en camino, al contrario, desde ya le amaba y al imaginarse a Kagome con su hijo en brazos la felicidad que nunca pensó llegaría a sentir llenaba su corazón; su inseguridad se debía a que a pesar de que él era ya un joven cuando su padre murió, nunca había contado con una figura paterna, debido a eso no tenía muchas de esas experiencias como, momentos padre e hijo y cosas así. Salió de su ensoñación cuando Kagome llegó a su lado y tomó su mano para encaminarse juntos a la habitación que compartían.

-Ha sido un detalle muy lindo de parte de tu madre, organizar la cena y ofrecerme su ayuda- dijo Kagome tomando su mano

-Sí, además ha ofrecido cuidar de ti, si por alguna razón yo tuviese que ausentarme- respondió Sesshomaru mientras estrechaba un poco más fuerte la mano de su mujer entre las suyas

-Sesshomaru, ¿pasa algo?- inquirió Kagome al ver a su youkai un poco inquieto

-Es solo que…no se qué hacer…-dijo el Lord del Oeste un tanto vacilante

-¿A qué te refieres?- preguntó Kagome con el ceño fruncido, no entendía a qué punto quería llegar Sesshomaru

- Kagome…-respondió el youkai un tanto vacilante, y es que para él no era fácil hablar de su pasado, y menos de la casi inexistente relación con su padre- tú sabes que yo no tuve una buena relación con mi padre, te lo conté cuando empezamos a hacernos más cercanos- se sentó en la cama y Kagome se sentó a su lado atrayéndolo hacia ella en un reconfortante abrazo pues, empezaba a comprender cuál era el motivo de la inquietud de su esposo, más no interrumpió-lo que sucede es que yo…yo no sé si podré ser un buen padre- dijo en un susurro el youkai, tanto que si no fuese porque Kagome también era una youkai no hubiese escuchado- yo no tuve un modelo a seguir, por así decirlo, y ahora…amo a nuestro hijo y no quiero fallarle, yo…- Kagome no le dejó continuar, sabía lo duro que era eso para él, sabía que debajo de la máscara del youkai frío y sanguinario, había un ser con sentimientos y sus propios miedos, tal cual como todos nosotros, con la diferencia de que él no los mostraba muy seguido.

-Sesshomaru.- le llamo separándose un poco de él para poder verle a la cara, más el youkai no alzó su rostro- Sesshomaru- volvió a llamarle, esta vez alzando el aristocrático rostro de su esposo entre sus manos, encontrándose con tristeza y un resquicio de temor en su mirada, que para cualquier otro parecería la misma mirada fría de siempre, pero para ella que le conocía bien era fácil identificar el cambio en su mirada y los sentimientos que en ella transmitía- yo sé que la relación con tu padre no fue buena, sé que eso influyó mucho en tu forma de ser, pero también sé que serás un buen padre, se que nos amas y no vas a fallarnos, ¿sabes por qué lo sé?- prosiguió Kagome mientras pegaba su frente a la de Sesshomaru, quedando sus rostros muy cerca- porque tú eres diferente, el hecho de que él sea tu padre no significa que va a ser todo la misma historia, que vas a cometer los mismos errores; además ya has hecho un buen trabajo, solo basta mirar a Rin para saber que ella es feliz porque aún sin decirlo, tu tomaste ese papel de padre para ella, le has dado cariño, protección y a mí no me cabe la menor duda de que así como eres un esposo maravilloso, serás un maravilloso padre para nuestros hijos- finalizó mientras Sesshomaru la veía sorprendido, pues su mujer había encontrado las palabras exactas para enfrentarse a sus demonios, a todas aquellas cosas que le atormentaban