La madre de Taylor desde la muerte de su hija ya no iba a su amado salón de belleza, ni salía con sus amigas, solo se limitaba a beber mientras veía telenovelas, ya no se maquillaba y tampoco arreglaba su cabello, estaba sumida en una profunda depresión, su esposo le prometió pagarle un psicólogo, ya que según él, le preocupaba su situación. El cuerpo de su hija aun seguía en la morgue, la mujer se negaba a aceptar que su hija se había suicidado, pero su esposo y el forense la convencieron de lo contrario, así que su funeral sería ese fin de semana. Aquel Martes al medio día, la mujer estaba recién despertando, cuando notó la presencia de su esposo, en horario de trabajo, ella sabía que el era uno de los altos cargos en aquella empresa y que no era tan necesaria su presencia en el lugar, pero él siempre solía pasar mucho tiempo allí o eso era lo que le decía
- ¿No deberías estar en el trabajo? - preguntó la mujer algo adormilada
- He venido a buscar unos documentos, hubieron problemas con un cliente - explicó sonando poco creíble
- Entiendo - respondió la mujer poco convencida
- Nos veremos en la tarde cariño - se despidió él depositando un corto beso en los labios de la mujer para luego irse del lugar
La señora Myers luego de que su esposo saliera de la habitación, caminó hasta donde se encontraba la chaqueta de donde él había sacado unos papeles, introdujo su mano dentro del bolsillo pero no se encontró con nada, estaba vacío, la mujer sospechaba que algo raro estaba ocurriendo, desde el fallecimiento de su hija, se había vuelto más perceptiva. Caminó hasta donde se encontraba la oficina de su esposo, normalmente ella nunca entraba allí, pero en ese momento sabía que debía entrar allí, del bolsillo de su bata, sacó una pequeña horquilla para el cabello y la introdujo en la cerradura, nunca antes había hecho esto pero esperaba que le diera resultado y así fue, la puerta se abrió, miró hacia los lados por si la ama de llaves se encontraba allí y decidió entrar, la habitación era muy grande, tenía un enorme ventanal, cuadros con pinturas muy caras, las paredes eran de color marrón claro, en una esquina había un sofá de terciopelo de color verde esmeralda y en la esquina contraria se encontraba un escritorio en donde estaba la laptop de su esposo, la mujer no dudó en acercarse hasta allí, pero antes comenzó a revisar los cajones del escritorio, los cuales curiosamente no estaban bajo llave, la mujer al abrir el primer cajón notó que había un álbum de fotos, comenzó a revisarlo y notó que en el solo habían fotografías de Taylor, algo que le llamó bastante la atención a la mujer, luego siguió buscando y notó que habían muchas cartas, que eran del año 1995, mucho antes de que ellos se casaran, aquellas cartas estaban escritas por Blake Tate el padre de Russel Tate, la mujer pensaba que ambos se habían conocido por el noviazgo de Taylor y Russel, creyó que allí había surgido su amistad, pero se dio cuenta de que no conocía en realidad a su esposo y esto la asustaba, las cartas hablaban cosas muy extrañas, acerca de un culto y sobre una extraña promesa que les hizo un tal "Mensajero", la señora Myers mientras más leía más comenzaba a asustarse, no entendía nada, pero quería saber que era todo eso, también hablaban acerca de un reloj, que el mensajero le obsequiaría a uno de ellos, la mujer dejó de leer y guardó aquellas cartas en los bolsillos de su bata, siguió revisando los demás cajones, allí se encontró con unos pendrives, los cuales también se guardó, de la nada sintió los pasos de alguien subiendo las escaleras, así que salió rápidamente de allí, cerró la puerta atrás de ella y se encontró a mitad del pasillo con la ama de llaves
- Buenas tardes señora Myers, el almuerzo esta listo - informó la mujer
- Buenas tardes, enseguida bajo - afirmó la señora Myers entrando a su habitación
La mujer luego de entrar a la habitación cerró la puerta, tomó su laptop e conectó su pendrive allí, estaba nerviosa, no sabía con que iba a encontrarse, el pendrive contenía una carpeta que decía "Taylor", la señora Myers al ver esto no pudo evitar que sus manos comenzaran a temblar, abrió dicha carpeta y se encontró con un video, el cual al reproducirlo le heló la sangre, en el video se podía ver como el monstruo de su marido obligaba a su hija a desnudarse y posteriormente la obligaba a tocarlo, la mujer comenzó a llorar, ¿Cómo nunca notó esto?, ¿Cómo pudo dormir todos esos años junto al abusador de su hija?, ¿Cómo pudo casarse con un pedófilo?. La mujer luego de esto se vistió rápidamente, guardó los pendrives en su cartera y salió sin desayunar, se subió a su auto, no se había maquillado y tampoco se había peinado, pero eso ya no le importaba, solo quería golpear a ese hijo de puta y denunciarlo, sabía que el orden en que pensaba hacer esto quizás debía ser al revés, pero estaba tan furiosa y desesperada, que se aferraría a sus impulsos con todas sus fuerzas.
ESTÁS LEYENDO
EL CLUB DE LOS SILENCIOSOS
KorkuUn extraño profesor de filosofía decide crear un club después de clases para conversar en más profundidad con sus alumnos, con la idea de aconsejarlos y ayudarlos con sus problemas, pero no todo es tan bueno como parece.Los problemas de sus alumnos...