A veces la verdad duele
Y nos toca aceptar, cuando otro tiene la razón
Fabricio miraba como el vestido se ceñía a las pequeñas curvas de la rubia, era un traje único y que fue confeccionado para ser exhibido en un museo, realmente ese vestido era el destinado para dar el cierre al desfile.
Era un vestido color azul rey con hombreras rectas similares a las de los oficiales, con mangas largas que se ajustaban bien a los brazos de la rubia. También contaba con un escote en V que llegaba hasta la mitad de su abdomen y luego venía la caída del vestido, con dos aberturas desde la mitad del muslo en cada lado de las blanquecinas piernas dando un toque deslumbrante. El atuendo tenía detalles dorados que realzaban por sobre el color del mismo y con el cabello rubio de Freya, se veía hasta más exquisito.
-Parece que fue hecho a tu medida -Dijo observando que ella realmente no parecía estar allí, sino perdida en sus pensamientos.
La rubia lo miro a través del espejo y fue en ese momento que Fabricio vio la verdad en sus ojos, ella se había enamorado de aquel hombre, solo que no lo quería admitir debido a que durante todo el camino hasta allí había negado sentir algo hacia él. Pero la tristeza en su mirada reflejaba todo lo contrario, porque ¿si no estaba enamorada, cómo podía parecer tan triste?
-Es muy bonito, esta vez te luciste en grande Fabricio -Sonrió ella, pero no había es chispa en su mirada que tanto la caracterizaba.
Luego de la prueba del vestido regresaron al salón en donde se llevaría a cabo el desfile, Laura había avanzado mucho con los preparativos que tanto fue así, Freya no tuvo mucho por hacer así que regreso al hotel con el propósito de tomar sus cosas pero cuando llegó ya las de él no estaban, por lo que se dejo caer en el sillón mirando hacia la nada sintiendo una fuerte opresión en el pecho, algo que le evitaba respirar con tranquilidad.
-Deberías dormir un poco -Le dijo el rubio a su lado, ella lo miro sin ganas.
-¿Crees que no valgo la pena como mujer? -Preguntó sin más, ganándose una mirada fruncida de su amigo.
-¿Cómo puedes decir eso Freya?, ¿Acaso te haz visto en un espejo? -Dijo señalándola.
Ella se sentó recta y lo miro con los ojos humedecidos.
-Jackson prefirió a la que limpia habitaciones antes que a mí, que ese imbécil no es que me importe mucho pero si como mujer me dolió su traición -Dijo mirándolo a los ojos -. Y luego está Giorgio que prefiere a una maldita modelo italiana.
-A ti te queda mejor el vestido -Señaló él dándole un punto a favor.
-En eso tienes razón, me queda exquisito - Sonrió -. Pero enserio, ¿hay algo mal en mí? No creas que soy insegura ni que por un hombre mi autoestima descenderá hasta los suelos pero sí me siento como si algo...
-Te estás cuestionando todos tus principios por un hombre ¿si te das cuenta de eso?
-Me siento herida.
-A comparación con lo sucedido con Jackson, ¿qué tanto te afectó lo que sucedió con Giorgio? -Ella lo miro y luego bajo la cabeza, pensativa.
-Siento que me falta el aire y que algo dentro de mí se rompiera -Dijo intentando expresar lo que sentía.
-Te enamoraste de él -Dijo con franqueza.
-¡No me he enamorado de nadie!, ¡No digas...!-Exclamó levantándose pero fue interrumpida por su amigo.
-Se te nota en la mirada Freya -Se levantó imitándola y la señaló -. Si lo deseas puedes hacerte creer a ti que eso no es verdad, pero sabes muy en el fondo que algo dentro de ti se rompió porque realmente estabas teniendo sentimientos hacia él. Lo de ustedes no era solo sexo, por lo menos no de tu parte porque sino no estuvieras en esta situación -Ella lo miro con ojos llorosos sabiendo que tenía razón -. Si no fuera así ya hubieras conseguido su reemplazo en vez de estar aquí cuestionándote por qué hizo lo que hizo.
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Freya Michelakis
RomanceFreya Michelakis es una mujer seductora, egoísta, impulsiva y que no le importa ensuciar sus manos de sangre. Total, está acostumbrada a ello. Freya creció en una de las familias más temidas de la mafia, su infancia no fue fácil, su adolescencia muc...