Nunca es bueno engañar al diablo, podrías morir en el intento
Porque la muerte siempre está al acecho, mejor no la tientes
Evita cometer errores y seguirás con vida
Freya sonrió al ver la mirada oscura del moreno, interesada por saber más sobre él y descubrir por qué la miraba tanto se acercó un poco más a él, casi rozando sus brazos.
─Y dígame señor Lombardi, ¿qué lo hizo acudir a un evento como este? Si me permite, no parece un hombre que viene a estos eventos con frecuencia ─ Señalo, porque esa era justamente la imagen que él daba.
─A ver bellezas como usted, ¿a qué más? – Habló Fabio intentando llamar su atención, ella lo miro de reojo pero no le hizo caso. Volvió a mirar a Giorgio.
─A evitar que mi primo cometiera una locura – Argumentó, recordando por qué estaba allí.
Ella sonrió y asintió.
─Entiendo perfectamente – Dijo con suavidad ─. Aunque yo hubiera usado otros métodos.
─ ¿Como cuáles? – Preguntó intrigado.
─Evitar que saliera sería el primero – Dijo provocando que el ruso detrás de ella riera.
─Lo tendremos presente en una próxima ocasión – Dijo el moreno divertido mientras Fabio fruncía el ceño.
─Yo sé comportarme – Se defendió.
─Tanto que no puedes mantener tu boca cerrada y ojos quietos – Acuso ella ─. Mira niño, debes aprender a comportarte. Estas mujeres saben que son hermosas y no estarían con un niño como tú más que para sacarte dinero, si quieres una mujer de verdad debes demostrar que eres un hombre que vale la pena ─ Lo miro fijo a los ojos ─. No debes ir detrás de ellas como perro faldero, tienes que hacer que ella te busque a ti. Tienes que demostrar que piensas con la cabeza de arriba y no con la que tienes entre las piernas – Concluyo.
Giorgio la miro en silencio y Dimitrio fue el primero que habló.
─Te escuchaste como ella – Dijo en griego, sabiendo que sus amigos no lo entenderían.
Freya lo miro y vio la tristeza que dibujaba sus ojos.
─Aprendí de la mejor ─ Fue toda respuesta antes de dejar su copa en la bandeja de un camarero que iba de paso ─. Si me disculpan debo regresar con el homenajeado de la noche ─ Dijo en un perfecto francés y con una sonrisa comedida se despidió de los hombres.
Fabio fue por bebidas y Giorgio se acercó a su amigo con el ceño fruncido.
─ ¿Qué le dijiste? – Pregunto.
─Que se parecía a mi pequeña diosa cuando regaño a tu primo – Dijo dejando salir un suspiro.
─Ella...
─Era su hermana ─ Dijo antes de excusarse diciendo que iría por un poco de aire.
Giorgio vio a su amigo alejarse, sabía lo importante que había sido para él su pequeña diosa como solía llamarla. Nunca supo su nombre pero sí había visto una foto que Dimitrio conservaba en su despacho de ellos dos juntos, él la extrañaba y en ese momento se sentía fatal por su amigo, encontró el amor y no lo valoro. Y ahora que ya no estaba, se consumía en el trabajo para no pensarla. Pero el dolor seguía allí, sabía que era capaz de dar su fortuna con tal de recuperarla.
A lo lejos unos ojos verdosos analizaban al moreno que se había quedado solo con su copa de champan, Giorgio era un moreno alto de cabello y ojos oscuros como la noche, con un cuerpo que prometía ser una jodida roca debajo de ese traje entallado que solo lo hacía más apetecible. Ella siempre se desencanto por los blancos pero esa piel morena le pedía a gritos ser tocada por sus manos, sentir su calor bajo su tacto, sentir sus manos recorrer su cuerpo. Era jodidamente excitante solo imaginárselo.
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Freya Michelakis
RomanceFreya Michelakis es una mujer seductora, egoísta, impulsiva y que no le importa ensuciar sus manos de sangre. Total, está acostumbrada a ello. Freya creció en una de las familias más temidas de la mafia, su infancia no fue fácil, su adolescencia muc...