Cuando dos miradas se cruzan no hay marcha atrás
Es como un pacto silencioso, un contrato que se debe firmar
Cuando dos miradas se cruzan, el destino está sellado
París, Francia.
Marzo de 2016.
A través del espejo se visualizaba una mujer deslumbrante, más madura y más elegante que hace dos años atrás. Freya había cambiado mucho, ya no era la misma niña de antes que corría hacia los brazos de sus padres o que se acostaba con cualquier imbécil, ahora era un poco más selectiva pero seguía teniendo sexo como una puta loca, era su adicción favorita.
Su aspecto físico había cambiado un poco también, tenía la cintura más acentuada y lucía unas piernas estilizadas derrumbando los hombres a sus pies. Sus curvas eran la perdición de quien la mirara y su mirada seguía siendo un bosque de oscuridad pero sin tanto dolor, ella había aprendido a aceptar la muerte de sus padres y su hermana de una forma más madura, los lloro el tiempo necesario y los dejo ir pero prometió siempre tenerlos en su corazón. Ahora su cabello caía en ondas delicadas que rozaban su barbilla enmarcando su fino rostro dándole un toque más angelical, perfecto para ocultar su verdadera esencia.
Al mirarse en el espejo detallo que el vestido que había escogido era cuanto más, fascinante. De un color lila que resaltaba su piel blanquecina y este se adhería a su figura enmarcando su pequeña cintura, el vestido contaba con un pequeño y disimulado escote delantero ya que esa noche no era de su interés llamar la atención más de lo necesario, además tenía un profundo escote en la parte de atrás que mostraba su espalda hasta el inicio de su trasero, bastante frío ya iba a pasar.
Un grito se escuchó detrás de ella y con una sonrisa a través del espejo miro a su muy buen amigo Fabricio, quien la abrazó desde atrás y dijo:
─Me vuelves loca ─ Ella rio ante su comentario ─. Enserio, si no me encantaran los pitos tú y yo no saldríamos de esta habitación.
─ ¡Perra! ─ Exclamo divertida abrazándose hacia él.
─Enloquecerás a esos hombres ─ Le dio una nalgada y se alejó ─. ¡Cómo me encanta tu trasero! ─ Exclamo yendo hacia su habitación para terminar de alistarse.
Freya se rio ante las ocurrencias de Fabricio y mirándose una última vez en el espejo, dijo:
─Tienes un trasero exquisito diablo ─ Sonrió y se fue a por su bolso y teléfono, pronto estarían en camino hacia el hotel donde se llevaría a cabo el evento.
Minutos después ambos salieron entre risas de la habitación del hotel. Esa noche se llevaría a cabo una gala en honor a su amigo Fabricio, quien era uno de los diseñadores más reconocidos a nivel mundial y ella como su amiga, y socia debía acudir, no podía permitirse ausentarse de un evento tan importante como aquel.
Meses después de la muerte de Tamara, ella y sus hermanos decidieron crear negocios alternos que le permitieran disfrazar sus grandes sumas de dinero. Ella había escogido el mundo de la moda y Rebekah se inclinó por la creación de una línea de maquillaje, terminando ambas ayudándose entre sí para lograr ser las mujeres reconocidas que eran en la actualidad.
Dean por su parte decidió estar en el anonimato, se desencanto por el mundo de la mafia y muertes.
Descendieron del vehículo y los flashes no se hicieron esperar, estaban siendo rodeados por montones de paparazzi habidos de información de todos los acontecimientos de aquella gala. Ese era un evento importante en la industria de la moda, reunía a los mejores diseñados de la temporada y de épocas pasadas, e incluso acudían las más hermosas y reconocidas modelos, sin duda era un evento imperdible.
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Freya Michelakis
RomanceFreya Michelakis es una mujer seductora, egoísta, impulsiva y que no le importa ensuciar sus manos de sangre. Total, está acostumbrada a ello. Freya creció en una de las familias más temidas de la mafia, su infancia no fue fácil, su adolescencia muc...