Capítulo 11: Instinto

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A la mañana siguiente, Zhan se despertó primero... poco a poco fue recobrando el sentido y la noción de donde se encontraba... Después de un largo paseo hasta la madrugada, habían decidido pasar la noche juntos en aquel hotel, podría decirse que había sido una cita completamente perfecta y mágica para los dos. Suspiró profundamente, al girar la cabeza, vio a Yibo junto a él y sintió un fuerte abrazo sobre su cintura.

Sonrió al verlo... era la primera vez que no dormitaba, en realidad estaba dormido cosa totalmente rara en un vampiro. Con la punta de los dedos siguió el contorno de su rostro... su nariz y sus pómulos hasta llegar a esas largas pestañas. Admiraba cada parte de su perfecta anatomía... su cuerpo verdaderamente parecía tallado en piedra. Permaneció en silencio durante un largo rato hasta que vio que los primeros rayos del sol se colaban entre las cortinas.

Sin hacer movimientos bruscos se levantó sigilosamente, tomó su bóxer y la camisa de Yibo para ponérselos, después fue a acomodar las telas que colgaban del cortinero, al girar para regresar a la cama sintió un leve mareo y una fuerte náusea se apoderó de él. Corrió rápidamente al baño... apenas si alcanzó a llegar a la taza para agacharse y devolver todo lo que había cenado la noche anterior. Una vez que terminó todo, se quedó sentado unos minutos en el piso, a su mente vinieron los recuerdos más intensos de la noche, sin querer se llevó la mano al cuello sintiendo una leve picazón.

Se levantó lentamente y se miró al espejo... fue entonces que pudo observar las pequeñas marcas que Yibo siempre le dejaba en la piel, solo que ahora, un par de ellas eran mucho más profundas que las anteriores. Cerró los ojos y al mismo tiempo una oleada de calor en su vientre le hizo recordar todo... habían entrado al hotel y poco después de que la recepcionista les entregara su tarjeta, subieron por el elevador hasta el piso correspondiente. Empezaron a caminar por el corredor entre juegos, besos y caricias.

Al cerrar la puerta de su habitación, Zhan dejó su mochila sobre un pequeño sillón de la sala de estar y casi al mismo tiempo, Yibo lo jaló para besarlo con desesperación, esos besos tiernos y vacilantes al principio, se fueron haciendo cada vez más y más profundos... lo fue llevando a la cama, en el camino, las prendas fueron cayendo una a una. Zhan se estremeció cuando sintió que le quitaban la playera dejando su pecho desnudo y Yibo no pudo evitar soltar un fuerte jadeo al sentir el contacto con esa cálida piel, al mismo tiempo que algo despertaba debajo de su pantalón, de repente, unas manos hábiles y traviesas liberaron la presión al quitarle el cinturón, escuchando un golpe metálico sobre el piso.

Yibo lo depositó con ternura en la cama, en pocos segundos estaban completamente desnudos tocándose con hambre como aquella primera vez semanas atrás. El contacto piel con piel les brindo a ambos una sensación de infinita paz, Zhan hundió los dedos en el sedoso cabello de su novio y entendió que esa noche no habría marcha atrás. Yibo se acomodó entre sus piernas frotando suavemente su parte más sensible... permanecieron una eternidad abrazados en silencio y besándose hasta perder el aliento.

Poco a poco, la respiración de Zhan se hizo agitada mientras Yibo jugueteaba con sus rosados botones... los acariciaba con la punta de la lengua y al mismo tiempo acariciaba su miembro. Sin poder evitarlo Zhan soltó un fuerte gemido al mismo tiempo en que se aferraba a las sábanas... esa noche, su aroma se hizo más intenso, Yibo podía percibirlo, era como un fuerte lazo que los unía y se sentía completamente atraído a él. De pronto, Zhan se decidió a tomar el control de la situación, en un solo movimiento lo hizo girar sobre la cama rápidamente para poder montarlo, deseaba tanto sentirlo dentro que no hizo caso del gruñido de desaprobación de Yibo, quien enloqueció al sentir esa calidez y ese cuerpo que lo apretaba delicadamente, esas caderas meneándose con ritmo estaban a punto de llevarlo al límite.

De pronto, Yibo no pudo contenerse más y se levantó para sentarse atrapando a Zhan entre sus brazos... ahora lo hacía subir y bajar sobre su regazo hundiendo los dedos en sus caderas... lo besó con furia en los labios... mordisqueando con desesperación dejándose llevar por las emociones que lo abrumaban. Ambos respiraban con dificultad, Yibo besó a Zhan deslizando su lengua al interior de su boca y sintió como le correspondía con la misma intensidad.

GUERRAS DE SANGREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora