William

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"Que ese sobre lacrado defina mi destino, que ese sobre diga lo que la mente ignora y lo que las bocas callan"


Se despertó asustado y dio gracias al universo de que se tratara de una terrible pesadilla, se levantó, salió de sus aposentos y se dirigió a la media noche a las habitaciones de su hermana, que dormía plácidamente sin imaginarse las cosas terribles que Eren había soñado.

La noche anterior había sido el baile y todo había sido perfecto, el vestido verde que ella usó le había quedado espectacular y se sintió orgulloso de verla comportarse como toda una dama, su niña su pequeña Antía ahora sería una monarca. Él había pasado toda la noche sentado bebiendo vino, o más bien, fingiendo que bebía al lado de Nill e ignorando a la reina madre, quien no lograba disimular la desesperación que tenía con las ganas de hacer algún comentario desatinado "Esta omega, se va morir un día con su propio veneno" pensó Eren, el hecho de que él no le hablara ya era una cuestión que había sido objeto de múltiples comentarios entre las damas de la corte. Por momentos Eren pensó que el vino estaba haciendo estragos en él, porque notó en medio de la gente un encapuchado, le parecía increíble que nadie lo notara solo él y se parecía mucho al que siempre solía soñar, apenas tuvo esa sensación dejó de beber y se puso alerta, Nill notó su tensión, pero poco o nada podía hacer como alfa para ayudar a su amigo.

El aroma de Flor de loto de Antía había inundado el lugar, se podía sentir la felicidad en el aire, pero William, era un asunto a parte, era evidente que Antia le gustaba, pero lo había pillado varias veces observándolo. Nill lo había notado también "Ese principito - le dijo con sorna- envidia todo de ti, desde Barto hasta mi" le había dicho echándose a reír. Eren solo movió la cabeza ante el comentario y trató de no darle mas importancia de la que realmente ameritaba.

Acarició el cabello de su hermana quien ante el tacto se despertó.

- ¿Eren? - dijo limpiándose los ojitos - ¿Qué sucede, no me digas que estamos en casa y que todo ha sido un sueño?

- No pequeña - sonrió en la penumbra - tuve un sueño horrible y vine a verte.

- ¿Esta vez me asesinaban o me secuestraban? - le preguntó. Eren solía tener esa clase de sueños frecuentemente Antía lo sabía.

- Está vez eras asesinada en el baile de anoche... Es que me quedé inquieto... Pero olvídalo, sé que estas bien y todo será perfecto. - le dio un beso en la mejilla.

Se fue de regreso a su habitación y no volvió a dormir, en esa mañana su hermana se casaba con el príncipe alfa de Lyonesse y la haría su reina. Dio indicaciones expresas a Nill sobre la seguridad, el alfa lo observaba aburrido "estas casi paranoico, todo irá bien" le dijo tocándole el hombro para transmitirle confianza.

La entrada de la Catedral de Loria estaba ricamente ataviada y la seguridad era extrema, el pueblo había salido a las calles a ver a la princesa Antía y a su hermano el Emperador, ella esa mañana lucía hermosa, su cabello estaba recogido con en un moño alto para dar lugar a ser coronada por su esposo, durante la ceremonia usó una tiara pequeña, sus mejillas lucían sonrosadas y sus labios un hermoso tono carmín. El vestido dejó a los asistentes sin aliento, cuando ella descendió del carruaje de la mano de su hermano, quien estaba ataviado con sus mejores galas, eren había optado por la corona que fue de su padre y sus emblemas en oro macizo adornaban su pecho, cuando estuvieron de pie uno al lado del otro, parecía que el tiempo se había detenido.

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