Los guardias llevaban sujetos del brazo al omega, que ya no se veía ni arreglado y hermoso, estaba asustado, todas sus hormonas de miedo empezaron a emanar e sin control, William se había quedado paralizado al verlo entrar, sintió como su corazón se rompía parte por parte, su respiración se aceleró y se llevó una mano al puente de la nariz en señal de angustia, sus pensamientos iban muy rápido. Eren estaba sorprendido también, había cruzado palabras con Alsir algunas veces y no le había parecido una mala persona, todo le seguía pareciendo muy extraño.
– Mi señor – dijo Alsir y se postró a sus pies – yo jamás conspiraría en contra suya. – tenía los ojos llenos de lágrimas y la cara sucia al parecer se había caído mientras era llevado por los soldados.
William se mantuvo en silencio y dio dos pasos para atrás. Al verlo tan afectado Eren tomó el control de la situación.
– ¿Cuáles son las pruebas para que allá sido detenido de esta forma? – preguntó Eren.
– Su majestad – empezó el soldado – El asesino, tenía una pulsera grabadas con el nombre de este omega, estamos casi seguros que fue el pago para esta conspiración, le haremos confesar – dijo el soldado.
– Mi señor – Alsir empezó a llorar, yo jamás yo no podría hacerle daño a usted, nunca mi señor, se lo juro mi señor, usted sabe cuánto lo he amado. –su voz era suplicante, resultaba desgarradora, Eren estaba empezando a maldecir el hecho de no tomar su té de gramíneas.
William seguía frío, sin siquiera dirigirle la mirada, sus pensamientos iban muy rápido no lograba ordenar sus ideas, con esfuerzo logró articular palabras.
– Eren, ven un momento – le dijo William y ambos caminaron a un rincón de la instancia. – Yo quisiera hablar a solas con él acusado.
– Resuelve este asunto – dijo Eren con rostro severo – que no te tiemble la mano, recuerda que estas en el ojo de todos.
– En este momento la opinión de los demás, no es algo que me quité el sueño Eren – dijo, ya que a pesar de mantener la compostura, sentía su corazón destrozado. El sentía amar a Alsir tiernamente. El dolor que sentía era mayor al que hubiese sentido si en realidad hubiera salido herido.
– Tiene que importarte – dijo Eren – No te salvé la vida para que quedes como un blandengue – se volteó – Nill ven conmigo, ustedes quédense afuera. –les dijo a los soldados.
Nill no quería moverse, sentía que una parte de si mismo estaba cayéndose a pedazos, se sentía desesperado y su lobo, estaba empezando a enloquecer. En un instante Alsir levantó la cabeza y se encontró con los ojos de Nill, se miraron a los ojos los dos, fue en ese instante que lo sintió: sintió la voz suplicante de Alsir en su interior, sintió la llama de su alfa, sintió que no estaba equivocado. Eren lo contemplaba, y él después de unos minutos de indecisión decidió seguirlo.
– ¿Qué te sucede? – pregunto el emperador, observando fijamente a su mejor amigo.
– No he tenido tiempo de hablar de esto contigo Eren, quizás todo lo que ha pasado ha hecho que nos alejemos un poco – empezó Nill y Eren empezó a preocuparse – Alsir, es importante para mí.
– ¿De qué manera? –cuestionó "desde cuando no me doy cuenta de nada, necesito mi té" pensó enojado consigo mismo.
– Ejerce una fuerte atracción sobre mí, me atrevería a decir, que es mi omega –se atrevió a decir Nill y es que ni el mismo lo entendía, había estado enamorado de Eren desde siempre y sintiéndose extraño por amar a otro alfa, había odiado sus sentimientos se había odiado a si mismo cuando lo besó una tarde en las caballerizas y Eren le hizo saber que nunca podría corresponderlos, en ese momento él se había sentido casi seguro de que Eren también lo amaba, pero lo que había sentido en ese momento no era nada en comparación a lo que sentía ahora
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Pacto
RandomLuego de la muerte del monarca Friedich I, se debe de cumplir lo pactado con el antiguo rey vecino, después de muchos años de guerra por el control y supremacía de ambos. Eren, ahora es un emperador que se encarga de cuidar su reino y proteger a su...