Luego de la muerte del monarca Friedich I, se debe de cumplir lo pactado con el antiguo rey vecino, después de muchos años de guerra por el control y supremacía de ambos.
Eren, ahora es un emperador que se encarga de cuidar su reino y proteger a su...
Y con sangre escribiré mi nombre, el de los míos y de mi estirpe,
con fuego tatuaré mi legado,
mi espíritu en el ambiente queda,
mi nombre vivo aunque yo muera.
La noticia del torneo llegó a todos lados en todo el continente de Laurasia, muchos empezaron a viajar desde sus países para reunirse en la capital del imperio de Angkor, la ciudad de Loulan, que se caracterizaba por sus hermosas casa ornamentadas con balcones y adornados con plantas que bajaban como enredaderas, las bellas plazas con piletas ornamentales y sobre todo por ser un lugar limpio, ya que así evitaban enfermedades.
Los caballeros llegaban con sus escuderos con algunos días de anticipación para estar listos y descansados durante la hazaña. A las afueras del castillo se habían instalado grandes carpas para los viajeros, Eren observaba todo muchas veces en su balcón y veía practicar a los miembros de su guardia que tenían intención de ganar. Para todos ellos había dispuesto se les dé alimento y bebida, consideraba que su pueblo debía estar feliz con las nupcias, si no empezarían a juzgar la situación de manera desfavorable.
Habían acordado que habrían dos tipos de torneo, las justas por un lado y los combates cuerpo a cuerpo por otro, Sir Markan, su maestro de armas que ya era un hombre entrado en años, peleaba con Eren de vez en cuando. Se sentía orgulloso de su pupilo ahora emperador, lo había convertido en un gran guerrero.
- Por un momento creí que era posible -le dijo mientras combatían, en un prado lejos del castillo.
- ¿Qué cosa maestro? - le respondió Eren, mientras sostenía un ataque
- Que tu fuerza podría disminuir, con la activación de tus feromonas -le dijo, Eren suspiró, el tema lo tenía hasta el copete.
- Todos piensan que el hecho que sea un omega, me convierte en un minusválido, limitado, con taras mentales. -le respondió.
- Lo que preocupa es como respondas a tu instinto - Su maestro lo detuvo y se sentaron juntos en una piedra. - No se te juzga por tus capacidades Eren, tu eres el mejor emperador de todos los tiempos y aún eres muy joven, tu reinado será largo y próspero, pero es bien sabido que los omegas tienen una naturaleza distinta a la de un alfa y es algo que no puedes quitar viene dentro de ti.
- Lo sé maestro - respondió Eren - y también sé que soy el mejor emperador omega de la historia, le respondió con una sonrisa.
A Eren le gustaban los torneos, tenía en la sala principal de su castillo varios trofeos, cuando era príncipe, muchos monarcas los invitaban expresamente a participar, es que su estilo de pelea no era el común, su maestro le había enseñado a pelear como los gladiadores romanos en el estilo Dimachaerus, mientras todos pelean con una espada y escudo, Eren pelea con dos espadas, una en cada mano, eso le daba un aspecto más fiero y hacía a los omegas suspirar al verlo en acción, su maestro le enseñó a pelear así con esa intensión de que se vea fuerte, valiente e imponente.
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