Gilgamesh

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Tanto Fujimaru como Mash yacían parados, hablando de frente. Parecían pensativos. Pero se distrajeron cuando cierto Mago se hizo presente.

—¡Merlín!

Ambos jóvenes corrieron hacia el albino.  

—¿Huh? ¿Qué ocurre?

—Bueno —ambos jóvenes se miraron antes de que Fujimaru hablara por los dos—. Tenemos una duda.

—¿Qué es? —pregunto el mago con curiosidad.

—Verás...tenemos curiosidad por saber si Gilgamesh alguna vez...tuvo una pareja —mascullo el pelinegro algo nervioso.

Merlín sostuvo su barbilla entre sus dedos con los ojos cerrados, pensativo. Estuvo unos segundos en silencio antes de contestar, aún sin abrir los ojos.

—Si.

—¿Ah?

—Gilgamesh tuvo una pareja.

Las bocas de Fujimaru y Mash se abrieron de sorpresa, se miraron aún con sorpresa y algo de emoción. Y voltearon a ver al mago, expectantes.

—¿Quién era? —preguntó Fujimaru con emoción.

—Una muchacha plebeya. Su nombre era Iyari. Era una joven hermosa y humilde. Ella y Gilgamesh se enamoraron cuando se conocieron de casualidad en las calles de Uruk. Gilgamesh y ella estuvieron mucho tiempo juntos, hasta que finalmente Gilgamesh la hizo oficialmente la reina de Uruk.

*

La bella joven estaba parada a un lado del rubio, vestida con finas prendas y joyas. Se le veía feliz, enamorada.

*

—Era la reina perfecta y todos en Uruk la amaban. Es una pena lo que le sucedió.

Tanto el pelinegro como su sirviente se preocuparon.

—¿Qué le paso? —preguntó Mash, inquieta.

Merlín abrió los ojos y los miro.

—Gilgamesh la mató.

Hubo un silencio horrorizado. Las expresiones en los rostros de Fujimaru y Mash cambiaron a terror.

—¿Porque...?

—Una noche, Gilgamesh la descubrió escabulléndose a los jardines del palacio. Hacia unos días que Iyari se comportaba de forma sospechosa, así que la siguió.

*

La castaña se escabullo silenciosa y ágilmente por los pasillos del palacio. Mientras cierto rubio la seguía con la misma avidez.

*

—Cuando llegó a los jardines, vio que Iyari se tomaba de las manos con una figura encapuchada. Gilgamesh rápidamente enfureció y arremetió contra los dos. Iyari intentó calmarlo, pero sucedió una tragedia.

*

—¡Gilgamesh, por favor, cálmate!

El rubio volteo furioso hacia su amante. Sus ojos carmesí ardiendo como fuego.

—¡¿Como pudiste hacerme esto?!

Drabbles/One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora