Aún no entendía como no podía superarlo, después de tantos años.
Nunca habían sido nada, eso siempre estuvo bastante claro, y aún así le dolía ver su foto, lo extrañaba hasta el punto de maldecir el haberlo conocido.
Cosmo Imai, el busca pleitos de la escuela.
Por pura casualidad había peleado a su lado cuando ambos estuvieron metidos en un lío, desde ese entonces comenzaron a verse más seguido, él la saludaba y hablaba con ella mientras ella solo escuchaba en silencio. También era su as bajo la manga cuando tocaba examen, ella siempre haría el examen del rubio antes que el suyo.
Él era los músculos y ella era el cerebro.
Coordinaban perfectamente y ella siempre sería su compañera en los trabajos grupales ya que nadie más querría hacer equipo con él, así que se le pasaba mayormente junto a el rubio, quien le hablaba de trivialidades mientras ella lo escuchaba en silencio, aunque en ciertas ocasiones solía decirle "vago" o "inútil", por lo que el solía quejarse.
Se los veía siempre juntos, aunque a veces ni se los veían, por que Cosmo se escapaba y la arrastraba a ella con él.
"—Vamos, Beatrice."
Siempre le decía él.
Ella nunca se negó por que era divertido, además de que detestaba la escuela, así que para ella era matar dos pájaros de un tiro.
Añoraba los viejos días junto a Cosmo.
Habían seguido un tiempo juntos incluso después de la escuela, pero debido a una fuerte discusión, se separaron y Beatrice rompió todo contacto con él debido a la ira, luego de eso comenzó a odiar a Cosmo, y ahora se sentía estúpida por extrañarlo.
La nombrada se alejó del recuadro con un suspiro, alejándose.
A veces se sentía estúpida por su comportamiento infantil de odiar a Cosmo, pero nunca se tiro para atrás debido a su orgullo, el cual nunca le permitía disculparse.
Además de nada servía arrepentirse, era demasiado tarde, y habían pasado cuatro años desde la pelea. Pero aún así, la pelea seguía fresca en su mente.
Habían peleado porque Cosmo había estado ignorándola debido a que unas cuantas chicas del instituto llamaron su atención.
Flashback
—Oye, Tierra a Cosmo. ¿Podrías escucharme? —Pregunto Beatrice con fastidio mientras pasaba una mano frente al rostro del rubio.
—No molestes, Beatrice —reprendió el chico sin importancia, mirando a unas chicas no muy lejos.
—¿Disculpa? —pregunto indignada—. ¿Que demonios te pasa?
—¿Que demonios te pasa a ti, Beatrice? —pregunto el rubio igual de enojado.
—¡¿Que demonios me pasa?! ¡Me has estado ignorando por esas estúpidas! ¡Eso es lo que pasa! —respondió como si escupiera veneno.
—¡Pues por algo debe ser! ¿no? —la confronto.
—¿¡Y por que es eso!?