Capítulo 16

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| Jaskier |

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| Jaskier |

La insensibilidad de mi brazo izquierdo hace que me despierte justo cuando el sol apenas comienza a entrar por la ventana. El hombro de Nina está apoyado con todo su peso sobre mi extremidad adormecida. Si solo pudiera subirlo para que quedara bajo su cuello, dejaría de sufrir y conseguiría dormir de nuevo.

Rodeo a Nina con el brazo derecho y la aprieto para pegarla a mi cuerpo. Sospechaba que podría reaccionar de golpe al no recordar donde se encuentra y es lo que hace, pero con las mismas ganas de seguir durmiendo se voltea hacia mí, me permite liberar mi brazo y me abraza.

—Roncas mucho —se queja y me rodea el cuello con sus brazos.

—Mmh...

—Despierta. Debemos ducharnos —dice y bosteza en mi cara. La ignoro para continuar durmiendo. Solo le presto atención y abro un ojo cuando pasa su pierna por sobre mi cadera y mi entrepierna se encuentra en un lugar satisfactorio.

—Mmh... hay que ensuciarse primero.

En secreto, algunas cosas pueden aflorar en momentos inesperados. Ni ella ni yo hemos cambiado en lo esencial: ella sigue siendo la chica de pocas palabras preocupada por su pueblo y yo el chico de muchas preguntas que siente que por fin encaja en alguna parte sin que haya resultado forzado.

Nos duchamos, comemos y nos mezclamos entre los demás. Nina se concentra tanto en todos en general que logra hacer como si nada extraño pasara. Por otro lado, yo parezco olvidar hasta que tenía que enviar mi informe hoy.

Ayudamos llenando los tanques de agua del edificio y luego acarreamos algunas cajas con comida. Nos encontramos con Rob, para mi sorpresa, y carga varias cajas con suministros. Lleva, como es lo usual, una enorme sonrisa de oreja a oreja.

—¡Jask! Voy al otro pueblo, con otros sanadores. No sé si me dejaré ver mucho hoy.

—¡Saluda a los sanadores de mi parte! —digo con entusiasmo y le revuelvo el cabello.

—¿Ya llegó el bote con cargamento? —pregunta Nina y recuerdo que debo entregarles a ellos el informe.

—Ah, sí —responde mi amigo, recordando algo—. Llegó algo más, a Lu la llamaron enseguida. No tengo idea de qué es, pero te deben estar buscando.

Observo a Nina. Está evidentemente preocupada y se me ocurre que le gustaría correr hasta el muelle enseguida.

—Mejor nos apuramos —sugiero—. ¡Adiós, Rob!

KHAOS [LIBRO PUBLICADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora