Capítulo 1

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 | Jaskier |

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| Jaskier |

Me levanto de la cama completamente desnudo y camino hacia la cocina de mi departamento, dejando en mi cama a la chica que conocí hace apenas unas horas.

A este punto lo mejor que puedo hacer es hervir el agua para prepararme un té. Necesito despejar la mente de las pasadas horas. Mientras me lo sirvo, llevo mi vista hacia el exterior. Veo Nueva York a las tres de la madrugada. Las luces artificiales me hacen entrecerrar los ojos. Me apoyo contra el ventanal de vidrio sin ningún interés por volver a mi cama.

¡Lo harás porque yo lo digo! Porque te lo ordeno, Jaskier.

La imagen mental de mi padre en nuestra última videollamada aún es un episodio desagradable. Lo olvidé por varios minutos cuando encontré el éxtasis en la chica, ahora solo hay silencio y vuelven los recuerdos de años de esos gritos.

De pronto mi celular vibra dentro de mi chaqueta arrojada sobre el sofá de cuero azabache, arruinando mi momento de silencio, pero milagrosamente distrayéndome. Un mensaje de Rob aparece en mi pantalla cuando lo veo.

Rob:
Todo firmado, nos vamos a las 7am.

Mis ojos amenazan con salirse de sus órbitas.

¿Qué?

Yo:
¡¿Tan pronto?!

Responde enseguida. Apenas me deja tiempo para dejar la taza dentro del fregadero.

Rob:
Solo sigo órdenes. Quieren que lleguemos antes de que cambien de opinión y no nos dejen entrar.
¡Esto es épico, Jas!

Solo para ti, Rob, solo para ti.

Pongo los ojos en blanco.

A veces es tan marica.

Yo:
Sólo es una isla con ignorantes, Robert. No vas a cogerte a las indígenas.

Sonrío con su respuesta.

Rob:
No me arruines la noche, Jaskier Ignis.
Te veo en el aeropuerto.
✓ ✓

Me baño y me visto con urgencia. No me doy el tiempo para hacer una lista con lo que debería llevar, solo llego y meto todo lo que asumo necesitaré. Arrastro mis maletas y bolsos por el piso y me apresuro por llegar a la puerta. Por suerte me acuerdo de la chica desnuda en mi cama antes de que cierre con llave; sería bueno decirle que me mudo a una isla al otro lado del mundo.

[...]

El aeropuerto internacional John F. Kennedy se ve más grande cada vez que entro en él, lo cual es malditamente seguido. Lo veo más que a mi madre.

KHAOS [LIBRO PUBLICADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora