Un silbido fuerte y claro irrumpía en un prado con un ambiente rodeado por arboles, aquel ruido singular parecía una especie de timbre agudo pero sonoro, dueño de una pequeña ave que no trataba de cantar por esas estaciones. El ave pelirroja luchaba en la alta hierba del bosque por regresar a su hogar, por batir sus alas y arribar al claro cielo del atardecer. Mas herida era incapaz de poder lograrlo por si sola y ella, que la observaba a cierta distancia lo comprendía al ver el color rojo mas intenso brotando de su ala derecha. Nació y se crío en ese desolado lugar y aún así ninguno de los dos seres se habían topado alguna vez, la niña de rizos extendió su mano antes de pensarlo queriendo tocar al pájaro y este respondió errático sacudiendo su cuerpo para alejarse de sus dedos lo más posible haciendo que la pequeña cayera sobre su espalda del susto.
El peculiar silbido agudo regresó, parecía ser la voz del ave que buscaba con desesperación volver a alzarse en vuelo y la castaña continuó mirando a la creatura sin saber que hacer, luego observó a sus lados girando el rostro por completo un tanto inquieta antes de elevar la mirada hacia la copa de los arboles. Una delgada rama estaba casi partida girando sobre su eje por la brisa de la tarde y más allá de esta vio un conjunto de hebras oscuras de todo tipo y tamaños. El nido.
—¡Oh por Dios!
La mujer en medio del pórtico de una cabaña abrió en sorpresa su boca llevando una de sus manos al centro de su pecho. La rizada niña se presentó al pie de las cortas escaleras de la entrada cubierta de tierra con hojas y ramas enredadas en su melena junto a una colorida pluma, una mejilla picada y ambas rodillas lastimadas.
—Quise hacer que volviera a su casa. —fue todo lo que dijo la menor en justificación, sus manos se centraban en resguardar el nido del ave pelirroja que ahora se encontraba dentro de el todavía haciendo ruidos.
—¿Peleaste con un árbol? Cielos, niña.
Ganándose los regaños preocupados de esa mujer de larga melena café que portaba un delantal y faldas bordeadas, su progenitora, entraron en la cabaña para encargarse de lo sucedido. Esa noche misma noche la niña era custodiada sin descansó por su madre, quién peinaba sus cabellos al tiempo que la menor terminaba de comer la tarta de calabazas y el ave descansaba sobre el alféizar de la ventana en su nido. Los siguientes pasos pesados a las afueras en el pórtico avisaron la llegada del hombre de la familia exactamente cuando el sol terminó de ponerse en el horizonte, él se adentro con un saco lleno de semillas, avena y harina en sus ásperas manos.
—Es un cardenal.
—¿Cardy...?
—Cardenal, tesoro. Esta villa fue nombrada por ellos. Es sorprendente que lo hallaras. El pobre no habría sobrevivido la noche.
Observó a su padre analizar la pequeña herida del ave con cuidado sin necesidad de tocarla. Ambos tomaron su momento en silencio para vigilarla antes que la madre apareciera para llevar a la niña a su cama.
Las cosas eran sencillas en una familia que residía en medio de ninguna parte, todo era mundano y aún así, ¿Cómo las cosas pudieron complicarse años más tarde? ¿Por qué de pronto sostener el pequeño cuerpo de un ave había trasformado su día a día, como esa niña lo conocía?
Su escenario sereno y feliz se arribó en la desesperanza, dolor y temor al sostener la mirada de su progenitor por última vez. Y por una sola vez que ella pudo desear los cuentos de hadas que jamás creyó reales, pero que a su padre le encantaba relatar en medio de las noches antes de ir a dormir.
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𝐊𝐈𝐍𝐆𝐒𝐋𝐀𝐘𝐄𝐑 ━━𝐞𝐫𝐞𝐧 𝐣𝐚𝐞𝐠𝐞𝐫
FanfictionK.S. eren jaeger ࿐ ࿔*:・゚ Para los que luchan por ella, la vida tiene un sabor que los temerosos nunca conocerán. Y la muerte no es la mayor perdida en la vida. La mayor perdida es lo que muere dentro de nosotros mientras vivimos. »shingeki no ky...