Los disparos se abrieron por el cielo y descendieron a la tierra como un ave cayendo en picada directo a su terrible golpe. La madre de esa pequeña de largos rizos cubrió de pronto con sus manos, presionando su palma hacia su rostro y obligándola a no poder ver nada más allá de la oscuridad para después atraerla contra su pecho.
—Estaremos bien, no te asustes, papá volverá en cualquier momento. —le susurró con tal solo poder evitar que su hija comenzará hablar.
O peor llorar, aunque ninguna de las dos opciones vió la luz en ese momento. La pequeña se dejó cegar por su madre y guardo todo el silencio posible, lo único audible de ella y que avisaba a su progenitora que todavía estaba con ella, eran los eufóricos latidos de su corazón, fuertes y cada vez más rápidos, eran todo el sonido que llenaba sus oídos y la inquietaba pero a su vez prevalecia en el exterior en una calma poco natural para una criatura de su edad. Su corazón parecía ahogar todos sus demás sentidos y bajo una idea extraña quiso detener todo eso oprimiendo sus orejas bajo sus palmas y nada. Aún escuchaba sus escadalosas palpitaciones, pero algo más, sentía otros latidos ajenos a su interior y pronto entendió que provenían de su mamá, igual de furiosos y veloces que los de ella.
¿Miedo? ¿Desesperación? ¿Pánico? Todo lo que se comprendía era que necesitaban mantenerse a salvo, abrazar el furor por proteger sus vidas y nada más valía o importaba.
Nada más.
KINGSLAYER
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CAPÍTULO CUATRO:
ENIGMAS DE SER
UN SOLDADO
Drossel abrió exaltada sus ojos en cuánto un disparó volvió a romper su concentración. Casi había perdido la estabilidad dándose de bruces contra la tierra, pero en su lugar se encogió visiblemente en su sitió. Olvidó la compañía con la que residía en la hora de ejercicios físicos que exigían cumplir diariamente. Estaba queriendo alejar el horrendo sonido de la pólvora estallando cuándo una mano pálida se extendió hacia abajo, cerca de su rostro.
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𝐊𝐈𝐍𝐆𝐒𝐋𝐀𝐘𝐄𝐑 ━━𝐞𝐫𝐞𝐧 𝐣𝐚𝐞𝐠𝐞𝐫
FanfictionK.S. eren jaeger ࿐ ࿔*:・゚ Para los que luchan por ella, la vida tiene un sabor que los temerosos nunca conocerán. Y la muerte no es la mayor perdida en la vida. La mayor perdida es lo que muere dentro de nosotros mientras vivimos. »shingeki no ky...