ꜥꜤ Capítulo❛ VII

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Observó la mirada de unos orbes azules que se derretian del dolor reflejados en los grandes ojos oscuros de un monstruo, tras su desesperado gritó la oscuridad invadió todo el escenario y colapsó segundos más tarde ante una cegadora luz que llenó su mente de lagunas mentales que intentaron hundirla, sepultarla en medio de todo ese abismal caos antes de poder escapar.

Una oleada de caluroso aire se desplegó por su alrededor, escocio sus fosas nasales que trataban de recibir oxígeno y separó sus labios en vano en busca de más aire secando su garganta en el proceso. No podía saber o entender cómo fue que no había caído por el filo del borde de la muralla, pero solo estuvo a penas despertando para visualizar lo cerca que estaría de la muerte una vez más, los vapores de ese titán la cubrían, más halló la colosal mano alzada a metros sobre ella para dejarla caer aplastando todo a su paso.

Rápidamente, Feyre tuvo que reunir todas sus fuerzas y así rescatarse de aquella situación, se alejó de la artillería fijada a la superficie de la muralla y se aventó a caer lejos, en ese mismo instante el titán colosal arrasó con todo objeto que se hallaba sobre los muros destrozando los cañones. Feyre activó en plena caída su equipo hacia la edificación más cercana, varios metros la apartaban pero tuvo la suerte de su lado cuando su dispositivo tridimensional logró engancharse, se columpio de una forma vertiginosa ahogando un gritó y llegó a una superficie sólida para plantarse a tropicones, tomando equilibrio con mucho esfuerzo antes de caer de bruces contra ese tejado.

Todas sus extremidades se erizaron con dolor, sentía el nacimiento de hematomas y golpes por todo su cuerpo picando de forma desagradable sus fuerzas por permanecer en pie. Alzó la cabeza sobre su hombro conteniendo gestos heridos en sus facciones con el horroroso hallazgo de la destrucción de la puerta de la muralla del distrito de Trost.

La misma tragedia de hace cinco años atrás iba a volver a repetirse. Susurrante y silenciosa, la muerte se pasearia por toda está ciudad para borrar cualquier alma y provocar la devastación de las vidas de todos allí.

La joven Drossel no quería creer lo que sus ojos podían observar, se convertiría en la espectadora del terror plasmado en seres de un rostro enorme, repleto de dientes y con ansias de devorar. Sus piernas le dejaron de responder bajo esos pensamientos antes que las reclutas Blouse y Carolina la encontrarán soltando fuertes exclamaciones de alivió por su bienestar.

—¡Dioses, Feyre! ¡Te creí muerta! ¡Dios! —gritó todavía desesperada la recluta Blouse sujetando de los hombros a la castaña.

Feyre se lo cuestionó en ese segundo de haberla escuchado, quizás debió estar muerta ahora mismo, pero el destino es muy caprichoso.





Feyre se lo cuestionó en ese segundo de haberla escuchado, quizás debió estar muerta ahora mismo, pero el destino es muy caprichoso

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KINGSLAYER
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CAPÍTULO SIETE:

𝐊𝐈𝐍𝐆𝐒𝐋𝐀𝐘𝐄𝐑 ━━𝐞𝐫𝐞𝐧 𝐣𝐚𝐞𝐠𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora