Las figuras envueltas de humo y huesos se destrozaban a medida que el amanecer sobresalía por encima de los muros condecorando otro nuevo día pero con un pasó forzado hacia atrás que marchitó las esperanzas de una mujer de mediana edad con alborotados cabellos marrones que gritó completamente alterada, desesperanzada y sin poder creerlo con sus manos sobre la cabeza, sus ojos cafés exaltados tras unas gruesas gafas de montura oscura que se nublaron ligeramente con las bruscas exhalaciones en su respirar. Aquellos huesos que se despedazaban por si solos para convertirse en polvo hacia la nada misma, dos titanes de mediana altura, siete y cuatro metros, habían sido ejecutados por una sombra que la noche arrancó devuelta hacia su oscuridad escondiendo su identidad para las miradas nerviosas, abrumada y confusas de cientos de soldados ahora presentes en lo que se había vuelto una escena de crímen dentro de una de las instalaciones custodiadas y pertenecientes de la Legión de Reconocimiento para su ardua investigación sobre los devoradores de hombres, causantes de la prisión de la humanidad. Los titanes.
¡SAWNEY, BEAN!—chilló desgarradoramente la mujer de gafas que ejercía el mando principal sobre la investigación de aquel par de titanes que ya hubo perdido todo su valor con la muerte de los sujetos monstruosos de prueba. La teniente estaba desconsolada observando la escena y corriendo de un cadáver vaporoso a otro sin entender porqué había sucedido lo que sus ojos se negaba a creer con el cariño insano y caprichoso que tuvo hacia esos titanes sumado a su hambre por querer averiguar más de esos seres, desvelar cada uno de sus misterios cómo su obsesión principal y peligrosa para con esos monstruos. Hange Zoé vivía para esos momentos que la orillaban más cerca de la muerte con cada nueva misión/expedición lejos de la seguridad de los muros de Rose para encontrar a esas bestias que vagaban libremente en el exterior. Su encantó escalofriante bordeando a la locura por los titanes que la iniciaron en todas sus investigaciones que empezaron simplemente un día cualquiera siendo una novata en su primera expedición al lograr sostener asombrada un brazo de un titán que pudo ser aniquilado y darse cuenta de la facilidad que tuvo para sujetar ese enorme pedazo de carne cómo sino fuera algo real, como si realmente no se hallará delante de sus ojos y así mismo como siempre veía a esos cuerpos volverse nada tras cortarles la nuca. Todas esas viejas libretas de antaño en sus primeros años cubrieron aquellos datos, teorías y cientos de historias que hubo recolectado con la finalidad de hallar una respuesta que hablara del origen desconocido de los titanes.
Hange Zoé era una auténtica fenómeno dentro de cuerpo de exploración pero la única con el suficiente valor para empezar a preguntarte sobre ellos con libertad y sostener sus miradas con las hileras de dientes peligrosos de estos apuntó de devorarla en más de una ocasión de su pasado. Hange Zoé podría estar loca para miles pero era una genio y sin embargo ahora con la escena que montaba llorando por la perdida de esos seres hacían poner en duda a más de uno sobre esa famosa supuesta inteligencia que poseía la mujer embelesada por los monstruos.
Entre aquellos soldados que participaron de la investigación de la teniente se hallaban una cuarta parte del cuerpo de exploración ajena a todo el experimento que se llevaba a cabo y se presentaban bajó la inminente idea de que alguien más pudiera ser que frustró los pasos que estos daban. En pocas palabras, una amenaza silenciosa habitando entre ellos que solo a ojos del excéntrico comandante de la legión era sumamente evidente que desde la increíble aparición de humanos que podían convertirse en titanes todo estaba cambiando demasiado de prisa y revelaciones aún más oscuras podrían estar a punto de emerger de entre la marea de voces ignorantes, una falsa seguridad y alta mortalidad que los había estado cegando por mucho tiempo de creerse verdaderamente libres, de poder ser capaz de hallar la verdad.
—Dime que es lo que ves. —habló Erwin Smith colocando ambas manos firmemente sobre los hombros del joven soldado de ojos esmeralda azulados que veía la situación por delante totalmente absorto y perdido. En cuánto las palabras susurrantes del comandante fueron dirigidas únicamente para él, Jaeger reaccionó un poco exaltado y nervioso por el leve tono de complicidad tenaz que detectó en el rubio hombre. — ¿Quién crees que es el verdadero enemigo?
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𝐊𝐈𝐍𝐆𝐒𝐋𝐀𝐘𝐄𝐑 ━━𝐞𝐫𝐞𝐧 𝐣𝐚𝐞𝐠𝐞𝐫
FanficK.S. eren jaeger ࿐ ࿔*:・゚ Para los que luchan por ella, la vida tiene un sabor que los temerosos nunca conocerán. Y la muerte no es la mayor perdida en la vida. La mayor perdida es lo que muere dentro de nosotros mientras vivimos. »shingeki no ky...