Capitulo 7: Dos Mensajes

34 9 0
                                    

                        Brandon 

Camino con la cabeza baja por lo que ha ocurrido con Laura, ha rechazado mi invitación de ir por un café. No me rechazo directamente, pero salió corriendo sin decir nada más, le dije que se detenga, pero fue en vano.

Me dolió bastante, tuve que resignarme a tomar mi café solo, sin su compañía
Supongo que ahora que ella tiene su libro ya no habrá una excusa para verla, ya no hay nada que me tenga atada a ella. Tendré que conformarme con recordar su rostro, sus ojos, su pelo.

Mierda.

Sin dudas esa chica ha despertado algo en mí, algo que no entiendo, pero de debo admitir que se siente bien sentir aquello que no entiendo que es.

¿Sera que estoy enamorado de ella?
Es la pregunta que me esta repitiendo mi cerebro una y otra vez camino al departamento.

Llego al edificio, abro el enorme portal con mucho desgano, una vez adentro voy directo al ascensor para llegar más rápido al piso de mi departamento, pero hay un papel pegado que dice:

Inhabilitado Temporalmente.

Suelto un fuerte suspiro, ahora mis ánimos están más apagados que nunca, tendré que subir al menos unos veinte pisos para llegar, ir directo a mi habitación para dejarme caer a mi cama y olvidarme del mundo por unas horas, solo eso.

—Aquí vamos—digo y comienzo a subir por las escaleras. 

Llego hasta mi piso con algo de cansancio, no tanto, pero si lo suficiente para hacer sudar mi cuerpo.

El frio del otoño se siente afuera, pero aquí adentro, mas subir las escaleras ya no se siente ni un poco de frio. Ahora entiendo por que algunos vecinos prefieren usar las escaleras para hacer ejercicios en vez de ir al gimnasio.

Abro la puerta del departamento, al entrar no me encuentro con nadie en la sala de estar, así que me encamino directo a mi cuarto. Estoy apunto de pasar de la sala a mi habitación, pero un estruendo ruido de un utensilio que se cae y rompe en mil pedazos detiene mis pasos, giro mi cuerpo hacia la cocina que es de donde proviene el sonido. Camino lentamente hasta llegar a la cocina y me encuentro con Justin mirando el suelo, supongo que está viendo los pedazos del utensilio roto.

—Mierda—maldice en voz baja, aparentemente no ha notado mi presencia.

—¿Que paso?—pregunto

Justin se gira de cuerpo completo y levanta la cabeza para mirarme.

—Hice un desastre- dice, tiene los ojos muy rojos, creo que mi amigo ha estado llorando—Creo que es lo único que se hacer.

Se agacha para recoger los pedazos, pero por el temblor de sus manos se le vuelven a caer de nuevo.

—Oye déjame a mi hacerlo—me mira nuevamente a la cara y los ojos se aguan poco a poco—Yo voy a recoger too, tu ve a descansar. 

Asiente lentamente y sale de la isla de la cocina para ir a su habitación, no se que ha pasado exactamente pero ya tengo sospechas sobre algo.

Dejo mi mochila en la mesa para buscar la escoba y barrer los pedazos de la taza que se han esparcido por el piso.

—Te ayudo?—levanto la mirada para encontrarme con Emma para cerca de la mesa que tenemos en la cocina

—Eh, si.

Emma trae la pequeña pala de plástico para recoger los pedazos, al cabo de unos minutos ya recogimos todos los pedazos que fueron montones. Algo me dice que mi amigo descargo su furia con la taza.

No es un reproche en contra de el, solo digo que a veces las personas no controlamos nuestros sentimientos y nos dejamos llevar por la intensidad de ellos, a veces simplemente perdemos el control, el equilibro que mantiene los niveles de intensidad desaparece y explotamos, por eso las personas que están con un sentimiento de furia golpean y rompen lo que encuentran a su alrededor. Y creo que eso le paso a Justin, por suerte solo rompió la taza.

Una Tarde en el CaféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora