Capítulo 21: Camina conmigo

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Brandon:

Dejo caer un largo y canso suspiro cuando veo toda la tarea que tengo que hacer, realmente estoy lleno de actividades que realizar, también tengo la visita al centro de atención de psicología la próxima semana, en la cual solo podremos asistir los alumnos que han mantenido su puntaje en todo el semestre, por suerte yo estoy en ese grupo de alumnos. Apenas han vuelto las clases, pero los profesores están con todo, es como si estuviesen preparando tareas para la vuelta de los alumnos.

Han pasado ya dos semanas desde la última vez que hable con Laura personalmente, o sea le había enviado un mensaje hace unos cuantos días deseándole que su día sea increíble, luego ella me respondió con un "gracias, igualmente" acompañado con emoji de estrellita, he intentado verla, incluso esperar en la hora de la salida, conste que me he aprendido su horario de salida, pero ha sido difícil, con tantos trabajos he tenido se me es imposible todo, inclusive he limitado mis visitas al the mees café algo que extraño mucho pero no tengo de otra.

Si me preguntan si extraño a Laura, no dudaría en contestar que la extraño, porque si la extraño, en verdad necesito verla, aunque recuerdo que ella también tiene una vida, también tiene una carrera universitaria, seguro ha de estar muy ocupada.

―Te necesito Laura, no sabes cuánto―digo mientras camino en las afueras de la universidad, ya es miércoles, mitad de semana, siento que este semestre los días pasan volando, en un abrir y cerrar de ojos ya estamos del lunes al domingo.

Camino para dirigirme a la salida de la universidad, afortunadamente hoy salimos temprano, la clase de lógica ha estado bastante interesante, sigo caminando con las manos en los bolsillos de mi abrigo, algo que se me volvió una costumbre total, aunque Emma me dice que es por no querer usar guantes, mi caminata transcurre sin más hasta que la veo, es ella, esta parada en el mismo lugar en que la vi la primera vez. Ella me observa desde su posición con una sonrisa, como si estuviera esperándome, va vestida con un pantalón color negro, un enorme abrigo color beige, su cabello recogido como siempre, creo que nunca la he visto con el pelo suelto.

Me detengo por un momento antes de seguir avanzando hacia ella, luego le regalo una sonrisa y camino hasta llegar junto a ella.

―Hola―me saluda sonriendo.

―Hola, ¿Cómo estás?

―Muy bien―contesta―tu ¿cómo estás?

Bastante cansado y con ganas de besarte, quiero contestar, pero me limito a un:

―Bien―ella asiente ―algo cargado por las tareas, pero estoy bien.

―Te entiendo.

Creo que en estos momentos ya he admitido todo lo que siento por ella, ya no hay dudas, la quiero. Sí que la quiero.

―No sabes cuánto te he extrañado―suelto de la nada―dos semanas sin verte ni hablar contigo es demasiado.

Tenía que decirlo.

Mis palabras parecen haberla dejado impresionada.

―Me dijiste que hablaríamos sobre lo que paso en tu casa, después de la fiesta―recuerdo ese día como si fuese ayer―lo recuerdas ¿no?

Ella sonríe tímidamente, hasta veo que se sonroja un poco.

―Cómo olvidarlo.

―Sí, fue un día loco.

Nuevamente el silencio reina entre nosotros.

―¿Quieres hablar de ello? ―pregunto, no sé cómo va a terminar esto, pero debo tomar ciertos riesgos.

Una Tarde en el CaféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora